Ondas 2019 | Una noche de defensa del buen periodismo y muchos 'zascas' políticos

Este jueves, el 'Gran Teatre Liceu' de Barcelona ha acogido la entrega de los Premios Ondas 2019. Con un monólogo inicial del presentador Juan Carlos Ortega, ha dado comienzo la 66ª edición de la gala organizada por Radio Barcelona, que ha ido eligiendo a sus parejas de entregadores de premios mediante un juego al estilo de una máquina tragaperras.

[Jordi Évole recoge su Ondas con dardos a Abascal, Maduro y la situación en Cataluña]

La primera pareja, Juanra Bonet y Rosa María Mateo, se han permitido el lujo de lanzar una 'pulla' política antes de entregar los premios que les correspondían. "Sánchez e Iglesias hubieran dado más espectáculo", ha comentado el presentador de '¡Boom!', mientras la presidenta de RTVE matizaba que "fueron muy breves" en la decisión que tomaron este martes.

Sin más dilación, Candela Peña ha subido al escenario a por su Ondas a la mejor intérprete femenina en ficción por 'Hierro'. Ni corta ni perezosa, se ha dedicado el galardón a sí misma aunque "sonara rarísimo": "Porque he pasado muchas fatigas y porque estoy en un momentazo".

Turno luego del premio Ondas a mejor presentador de informativos, que este año ha ganado Carlos Franganillo (TVE) por realizar un telediario que "cuida mucho la parte periodística y narrativa", según Juanra Bonet. El presentador de la pública ha comentado que el premio "impone mucho más que el telediario" y ha dado las gracias al extenso equipo que lo hace posible cada día desde Torrespaña.

Pepa Fernández y Rosa María Calaf han sido las encargadas de presentar el Ondas al mejor programa de actualidad o cobertura especial para 'Salvados', por las entrevistas a Nicolás Maduro y al Papa Francisco, "muy difíciles de conseguir y de realizar", según las periodistas. Haciendo gala de su habitual ironía, que esta vez ha salpicado a Cataluña y a Vox, Jordi Évole ha agradecido el premio por su trabajo en su última temporada como presentador del programa de La Sexta.

Movistar + y 'Hierro' han sido, sin duda, las triunfadoras de la noche. Candela Peña y el equipo de la serie volvía a subirse a recoger el galardón a mejor serie española, esta vez, compartido con 'Arde Madrid'. Sobre la segunda ficción, Paco León ha destacado "la cantidad de series que han hecho que España sea primera potencia mundial en ficción televisiva": "Somos un desastre para muchas cosas, pero esto lo hacemos bien", ha bromeado.

A cargo de Tony Aguilar y María Teresa Campos ha corrido la entrega de, además del primer premio musical de la noche, el premio a las mejores presentadoras: Alejandra Andrade ('Fuera de cobertura', Cuatro) y Paloma del Río (TVE). Especialmente en el caso de la periodista deportiva, que ha hecho todo un alegato a los deportes minoritarios que lleva narrando desde hace más de 30 años, el discurso ha sido muy reivindicativo: "No es fácil ser periodista deportiva en un mundo de hombres".

Josep Cuní y Julia Otero han presentado otra de las categorías más fuertes de la cita, la de mejor programa de entretenimiento. Un premio que ha ido a parar de nuevo a Movistar+, por el éxito de 'La resistencia'. Los de David Broncano, conscientes del poco tiempo que tenían para hacer su discurso (solo un minuto), han decidido 'tirar' de su habitual humor y un guiño a la que parece ser la entrevistada favorita del equipo: María Teresa Campos.

Muy emocionado, Miguel Ángel Silvestre ('En el corredor de la muerte, Movistar+) se ha subido al escenario del teatro para recoger el premio que le acreditaba como el mejor intérprete masculino de ficción y ha dado un breve pero contundente discurso: "Quiero decir que estoy en contra de la pena de muerte y que creo que en la inocencia de Pablo Ibar", ha sentenciado el actor, que luego ha dedicado el premio a su padre por su "generosidad y entrega".

Una ausentada, pero 'en vídeo' Rosalía, que no ha podido recoger su Ondas a fenómeno musical del año, ha dado paso al broche final de la gala con los ganadores del Ondas a la mejor idea radiofónica: Berto Romero y Andreu Buenafuente. Lo que parecía que iba a ser un discurso breve ha acabado en una expulsión a rastras de los cómicos del escenario, ya vacío, por parte del presentador y del mimo que ha ido controlando el tiempo de cada intervención a golpe de cronómetro.