El despotismo de Mila Ximénez: la lía en 'GH VIP 7' y ya amenaza con abandonar

Mila Ximénez es, probablemente, la concursante más potente de'GH VIP 7' y desde el primer minuto ha demostrado por qué el público tiene tanta confianza en ella: ha arrancado la edición con un monumental cabreo al negarse a entrar en la casa a través de la gatera de la puerta principal, regalando así el primer espectáculo de la noche.

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La colaboradora de 'Sálvame' debía entrar junto a 'El Cejas' al programa, pero cuando los dos se dirigieron a la puerta se dieron cuenta de que esta no abría. Jorge Javier Vázquez les explicaba que se había quedado atrancada y que necesitaban desengrasarla. Mientras tanto, ambos debía entrar por la gatera.

El joven 'youtuber' no lo dudaba ni un segundo, entrando sin dificultad por el hueco inferior de la puerta. Mila, en cambio, entraba en cólera: "Me niego a hacer eso. No voy a entrar en la casa por la gatera. ¡Ya te digo yo a ti que no!".

El presentador trataba de alentarla, pero el cabreo de Ximénez era cada vez mayor: "Ya sabía yo que me ibais a preparar algo así. Ya me tiré del helicóptero, ¡no pienso entrar a gatas!".

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Cuanto más le animaba Jorge, más se cabreaba ella: "No voy a romperme la espalda entrando, que además se me puede mover el balón gástrico. ¡Anda a la mierda, ya!". Mila Ximénez iba y venía, negándose una y otra vez a entrar así, pero finalmente se quitaba los zapatos dispuesta a intentarlo. Nada más lejos de la realidad, ya que tras agacharse se lo pensaba dos veces. "¡No lo voy a hacer!", gritaba.

Tras su negativa, el programa decía y dele abría la puerta con normalidad: "¡Ya tengo que entrar cabreada y una mierda al concurso!". "Míralo por el lado bueno, así te ahorras el trabajo de cabrearte dentro", sentenciaba entre risas Vázquez.

Este sería el primer escollo de Mila, pero no el único, ya que el programa desvelaría posteriormente que la casa oficial estaba cerrada y todos tenían que convivir en un pequeño cuarto, sin ducha y con poca comodidad: "Yo me voy ya mañana, te lo digo. No tengo edad para vivir en un búnker, para estar en el jardín y compartir cama. No he venido aquí para sufrir, no he venido aquí para eso". Jorge no se lo tomaba en serio: "Al menos has dicho que te vas mañana, podrías haber dicho que te ibas ya hoy".