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El relato más personal de Laureano Oubiña: "Me llevaba una media de dos palizas diarias"
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El relato más personal de Laureano Oubiña: "Me llevaba una media de dos palizas diarias"

La primera parte del documental 'Yo fui un narco' muestra a un Laureano seguro de sí mismo y con ganas de contar su verdad alto y claro

Foto: Laureano Oubiña en 'Yo fui un narco'. (DMAX)
Laureano Oubiña en 'Yo fui un narco'. (DMAX)

En la primera parte del documental 'Yo fui un narco' en DMAX se ha podido ver al narcotraficante gallego Laureano Oubiña contando su historia en primera persona. En este primer episodio se ha mostrado como un hombre tajante en cada una de sus declaraciones, contando sus vivencias tal y como él las recuerda. Oubiña ha hecho un recorrido por su vida desde que era niño hasta que fue detenido por primera vez en su propia casa mientras estaba en la habitación en calzoncillos.

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El capítulo comienza con un Laureano recordando su infancia, época de su vida que marcó su carácter y que le hizo ser quien es ahora. "Fue como la de mucha gente en aquella época, pasando mucha hambre y miseria. En la posguerra o emigrabas o hacías alguna cosa ilegal porque del trabajo no se vivía. En nuestra taberna, que muchas veces cerraba a las 3 de la mañana, estaban a la orden del día las puñaladas y se rompían botellas y vasos en la cabeza de un vecino al otro.Todo el mundo llevaba una navaja en el bolsillo".

He sido un mal padre. Un buen padre no se arriesga a cosas que te pueden meter en la cárcel por muchos años

Recuerda a su padre como alguien muy estricto y recto: "Nunca me ha dado un beso. En cuanto le llegaba alguna queja de algún vecino de que yo había hecho una travesura, me llevaba una paliza. Me llevaba una media de dos palizas diarias, a hostia limpia. Le gustaba mucho la caza y llevaba siempre a los perros con él a unas fincas que teníamos. Un día, un perro que se llamaba Negrín, se metió en la finca de un vecino y le dio un tiro al perro. Mi padre se afeitaba con navaja y dijo: "a este le voy a marcar para toda su vida, para que cuando se mire en el espejo se acuerde de mí". Le rajó la cara". Oubiña relata sin pestañear cómo, cuando no estaba su padre en casa, disfrutaba desmontando y montando armas como si de un juego se tratara, e incluso a veces iba a un monte y practicaba tiro.

"Sacaba un bastón de roble, entre seco y verde, y me daba con él, hasta que un día le arranqué el bastón, intenté romperlo y se lo tiré, eché a correr de casa y desde ese día no he vuelto allí a buscar nada". Así fue cómo, aun siendo menor de edad, Oubiña se fue de casa a buscarse la vida y se casó con su primera mujer, con la que tuvo 8 hijos. De todos ellos viven 7 y prácticamente no tiene relación con ninguno. "Mi boda fue como un entierro en vida. Mi primer matrimonio fue un desastre. He sido un mal marido y un mal padre. Un buen padre no se arriesga a cosas que te pueden meter en la cárcel por muchos años".

placeholder Laureano en su ciudad natal, Cambados, durante la grabación de 'Yo fui un narco'. (DMAX)
Laureano en su ciudad natal, Cambados, durante la grabación de 'Yo fui un narco'. (DMAX)

Cuando se divorció, se casó con su secretaria Esther Lago, para él, la mujer de su vida. "Fue amor a primera vista. Ella se enteró de que estaban buscando una mujer para la oficina a finales del 79. Me dijo que necesitaba trabajar porque estaba separada y tenía un hijo de 14 meses y la mandé a la oficina de Pontevedra. En ese momento fue un flechazo, para mí y creo que para ella también. De ella me enamoró la forma de ser, tenía un carácter fabuloso, nunca perdía la sonrisa de la cara por muchas cosas serias que pasaran. Tenía un defecto, se celaba hasta del viento que me pudiera dar en la cara. Le gustaba ir a la descarga igual que a mí, no sé si por el tabaco o por no perderme de vista".

El pazo de Baión, "su muerte en vida"

Ambos compraron uno de los pazos más grandes de la ciudad, el pazo de Baión, que les costó 275 millones de pesetas, una cantidad muy descabellada para la época que hizo sospechar a toda la provincia que algo estaba pasando. Siempre se ha dicho que fue un capricho de Esther, pero Laureano ha querido aclarar en el documental que no fue así. "Lo compramos los dos, ella hacía más hincapié porque sabía que en casa de mis padres siempre había habido una bodega de albariño y quería tenerme cerca y controlado a golpe de walkitalkie".

Aún así, afirma que por él no lo hubiera comprado: "El dinero estaba fuera de España y lo traje para aquí para comprarlo. Maldito sea el día en que lo traje, estaba bien donde estaba. En el tiempo que estuvimos viviendo ahí se gastaron mil y algo de millones de pesetas. Aunque afirma que él nunca pensó en vivir allí, que lo compró como negocio: "Si tener un negocio es ostentación, pues es ostentación”, así se defiende de las críticas recibidas por parte de los ciudadanos de su pueblo al enterarse de que había comprado el pazo.

El propio Laureano define el pazo como su muerte en vida: "El puñetero pazo maldito, por las envidias de este país, es la peor enfermedad que tenemos, y es incurable. Hoy en día se cura el cáncer, pero la envidia no, a ver si sale alguna cura pronto, que buena falta nos hace". Zanja la polémica del dinero con una afirmación rotunda: "No hay fortuna en el mundo, ninguna, que se haga legalmente" y "No se va a descubrir nunca el culpable -del narcotráfico-, las putas entre ellas se tapan todas".

'Operación Nécora'

Asociaciones antidroga y mujeres que habían perdido a sus hijos por culpa de estas sustancias, se empezaron a manifestar en la valla del pazo de Baión, lideradas por Carmen Avendaño, fundadora y presidenta de la Fundación Érguete. Su intención era descubrir de dónde había salido el dinero para comprar semejante pazo. Oubiña recuerda a todas estas personas como "un equipo de la Santa Inquisición" que le gritaba "Oubiña, ladrón".

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Finalmente, el juez Baltasar Garzón consiguió destapar la 'Operación Nécora' gracias a que Ricardo Portabales denunció a los famosos del narcotráfico, lo que le convirtió en el primer testigo protegido de la Justicia española.

El miércoles 14 de noviembre se podrá ver la segunda entrega del documental 'Yo fui un narco' a las 22:30 en DMAX, donde, después de 25 años, se verán las caras Laureano Oubiña y Ricardo Portabales.

placeholder Laureano junto a Portabales en 'Yo fui un narco'. (DMAX)
Laureano junto a Portabales en 'Yo fui un narco'. (DMAX)

El episodio promete, ya que Oubiña ha definido a Portabales como "una estrella mediática total, de la tele, de la radio...con sus disfraces y sus tonterías. Por su culpa pasé 6 años y 4 meses en prisión preventiva. Para mí ha sido un buitre, y que me perdonen los buitres. Minitó deliberadamente, es un mentiroso compulsivo que se cree sus propias mentiras". Portabales se defiende: "El 'caso Nécora' fue todo una farsa, un montaje, una mentira". En la segunda parte del documental se podrá ver quién lleva la razón y cómo reaccionan al encontarse cara a cara después de tantos años.

En la primera parte del documental 'Yo fui un narco' en DMAX se ha podido ver al narcotraficante gallego Laureano Oubiña contando su historia en primera persona. En este primer episodio se ha mostrado como un hombre tajante en cada una de sus declaraciones, contando sus vivencias tal y como él las recuerda. Oubiña ha hecho un recorrido por su vida desde que era niño hasta que fue detenido por primera vez en su propia casa mientras estaba en la habitación en calzoncillos.

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