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Los bajos fondos de 'MasterChef': "Se nos pide que apretemos a la gente, hasta romperla"
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UNA EXPERIENCIA A MENUDO TRAUMÁTICA

Los bajos fondos de 'MasterChef': "Se nos pide que apretemos a la gente, hasta romperla"

Presión salvaje, ganadores designados y toda una suerte de ayudas se esconden detrás de uno de los formatos más exitosos de la televisión

Foto: Tamara, en el momento de su expulsión de 'MasterChef Celebrity 6'. (TVE)
Tamara, en el momento de su expulsión de 'MasterChef Celebrity 6'. (TVE)

En los últimos días se ha debatido en torno al papel de 'MasterChef' en el suicidio de Verónica Forqué. Al respecto surgen varias preguntas: ¿pudo el programa haber protegido más a la actriz, a sabiendas de su frágil estado de salud? ¿Se aprovechó 'MasterChef' de su depresión para ganar audiencia? ¿Tienen los concursantes la posibilidad de abandonar cuando deseen el programa?

Y la pregunta del millón: ¿sabía Verónica Forqué a lo que se enfrentaba? Este periódico ha contactado con guionistas, productores, agentes de actores y participantes del concurso para recabar un relato oral de lo que se esconde tras las cámaras del formato dorado de Shine Iberia, que dista mucho de ser un concurso de cocina al uso. Se han omitido todos los nombres, en ocasiones por cláusulas de confidencialidad impuestas por la productora y en otros por temor a las represalias en un sector tan endogámico como el de la televisión.

Foto: Verónica Forqué, en 'MasterChef Celebrity'. (TVE)

Si algo tienen claro todos los que han participado en 'MasterChef Celebrity' es que allí la cocina es solo una excusa para producir tres horas semanales de televisión en 'prime time'. Gana quien tiene que ganar, explota quien estaba designado para hacerlo y, por el camino, se hace caja con todo lo que permite la cadena pública, que no es poco.

El desarrollo del concurso no está guionizado, pero guionistas y productores cuentan con herramientas para conducir los acontecimientos por unos senderos que siempre favorezcan al espectáculo televisivo. El primer paso para contar una historia, y quizás el más importante en un formato ‘reality’, es el 'casting': “La elección de los participantes es muy parecida a la que se haría en una serie de televisión. Necesitas un personaje bueno, uno malo, uno simpático, uno individualista, uno que físicamente impresione… Si coges las ediciones anteriores de 'MasterChef Celebrity' puedes identificar estos roles en todas ellas”, dice un exguionista.

'MasterChef' busca los mismos roles que se utilizan para una serie de ficción

“Después solo hay que aplicar las normas básicas que se utilizan en cualquier arco argumental: presentación-clímax-desenlace, las subtramas, el alivio cómico… y, por supuesto, el conflicto. No hay drama sin conflicto. Se sigue el esquema carácter-contracarácter al pie de la letra. Si se introduce un personaje muy expresivo, dado a llamar la atención o erigirse como el líder del grupo, al lado siempre le vamos a colocar a su némesis, a uno que le discuta el liderato y le confronte. Con eso está todo hecho, dos personajes concebidos para enfrentarse van a terminar por enfrentarse”.

Un ejemplo recurrente es la introducción de la actriz Anabel Alonso, cuyo carácter garantizaba constantes roces con sus compañeros. "Fue la estrella de la cuarta edición. se peleó con Boris Izaguirre, con Tamara Falcó, con Yolanda Ramos... Si te fijas, en los ocho programas que estuvo, no pasaron tres minutos sin un plano suyo. Es justo lo que buscamos", dice otro exguionista.

Distintas fuentes que han trabajado en el programa señalan que hay diferencias a nivel de relato entre 'MasterChef' y la edición 'Celebrity'. Los segundos cobran mucho más —cada uno negocia su contrato por separado— porque se les supone mayor capacidad dramática en pantalla. La diferencia va entre los 1.000 euros mensuales de los concursantes anónimos hasta los 15.000 de media que reciben los famosos. Además, a los concursantes de la edición clásica se les mantiene tres meses recluidos en las instalaciones del programa, mientras que a los ‘celebrities’ solo se les cita un puñado de veces por semana.

“Con las ‘celebrities’ hay un pacto no escrito: ellos conocen el medio, saben que tienen que aportar al espectáculo y que la cocina es solo una parte del programa. Salvo algún caso concreto, su ambición no es ganar ni aprender a cocina, sino pasar el máximo tiempo posible en antena, porque eso les supone dinero y, sobre todo, exposición. 'MasterChef' les permite mostrarse no solo simpáticos y guapos, sino también habilidosos, empáticos y currantes, algo que no pueden conseguir en otro sitio”, explican. "Es un programa que relanza carreras como ningún otro".

Los 'celebrities' no quieren ganar ni aprender a cocinar, sino aguantar el máximo posible

Esta es la clave: el 'casting' debe ser un ‘win-win’ entre programa y ‘celebrities’. En un sector tan precarizado en España como el del espectáculo, en el que miles de actores apenas pueden trabajar una o dos veces al año, “hay bofetadas” por entrar al 'Celebrity'. Los candidatos objetivo son dos: jóvenes que necesitan ampliar su presencia en pantalla para optar a trabajos o, sobre todo, celebridades veteranas que necesitan un último impulso en su carrera. “Entre los agentes de actores hay un número que es el más buscado de España: el de Macarena Rey”, dice un agente de actores radicado en Madrid.

Macarena Rey es el nombre que surge en todas las conversaciones. La CEO de Shine Iberia, de 51 años, es el epicentro del fenómeno 'MasterChef'. “¿Que cómo te puedo definir a Maca?”, dice un extrabajador de 'MasterChef'. “Es una señora guapísima y elegantísima que trabaja todas las horas del día. Curra con los productores, va a los rodajes y sus opiniones son definitivas en las reuniones de guion. En mi opinión, a veces acierta y otras no, pero siempre tiene clarísimo lo que quiere y dónde quiere llegar”.

placeholder Macarena Rey, en el centro, junto al jurado de 'MasterChef'. (Shine Iberia)
Macarena Rey, en el centro, junto al jurado de 'MasterChef'. (Shine Iberia)

Rey, exdirectiva de BocaBoca, Telefónica y Canal Plus, es una ejecutiva incansable a quien fichó la hija de Rupert Murdoch para ponerse al frente de 'MasterChef'. Allí lo controla todo, desde el aspecto que tiene que tener el 'show' en pantalla hasta el vestuario del jurado, pasando por las distintas líneas de negocio que ha abierto el programa en los últimos años, entre las que destacan un restaurante en Madrid y campamentos para que los niños aprendan a cocinar.

"Tiene un sentido del espectáculo tan desarrollado, tan voraz, que no deja que se caiga el ritmo un minuto", dicen fuentes del programa. "Y, por supuesto, es ella la que borra las líneas rojas, la que exige al equipo subir la presión sobre un concursante hasta romperlo emocionalmente. Por eso 'MasterChef' es el programa de la televisión española en la que más gente llora y acaba perdiendo los nervios y, si no sucede más, es porque el resto del equipo y, en especial, el jurado, están constantemente pidiendo que se baje un poco el pistón. Emocionalmente es agotador para todos".

Shine Iberia no ha querido hacer declaraciones para este reportaje.

Pese a que ninguno de los consultados estuvo presente en la última edición del programa, sí han tenido contacto con sus excompañeros de 'MasterChef' y reconocen los métodos utilizados con Verónica Forqué: "Verónica era muy excéntrica y eso significa audiencia. Se la puso de capitana de un equipo para que se generase el caos e, incluso, uno de los miembros del jurado, Pepe, la apadrinó para que pasase más tiempo en pantalla. Se la llevó al límite como a todos los concursantes de su perfil", explican.

Otros exconcursantes, como María del Monte o Fernando Tejero, han criticado duramente el formato tras pasar por sus platós. En líneas generales, no se esperaban una experiencia tan salvaje con respecto a lo que veían en pantalla: "¿Qué es 'MasterChef'? Es una barbaridad, para lo bueno y para lo malo. El jurado es que no nos daba ni los buenos días. Vivíamos con una presión tremenda, yo llegué a la cocina casi de rodillas, me hice inmensamente pequeña".

"Hay momentos de tanta tensión, y el programa te pone en una tesitura que te salen las uñas y eres capaz de asesinar a tu compañero. Te sale un 'alien' que está en todos nosotros, pero que guardas para casa... Me da mucho pudor que eso se vea [...]. Me arrepentí de entrar desde el minuto uno. Me pregunté qué hacía ahí con el Cordobés o con María del Monte... Me dije, ¿qué estoy haciendo con mi vida?", explicó Fernando Tejero en la presentación de 'MasterChef 4'.

"Te ponen en una situación tan límite que te sale el 'alien' que hay dentro de cada uno"

Esta disonancia entre el carácter familiar del programa y los métodos empleados internamente ha generado alguna polémica. En marzo, Macarena Rey presumió de ‘reality’ blanco en una entrevista en 'Vertele': “No es por echarme flores, pero es muy complicado lo que hacemos cada temporada. Nosotros vamos con unos formatos muy blancos, muy familiares, y competimos con otros muy de 'reality', mucho más fuertes, como pueden ser ‘La isla de las tentaciones’, ‘Supervivientes’ o ‘Gran Hermano’. Al final hay que llamar la atención y hay que entretener. Y lo hacemos cosiendo y cocinando”.

Jorge Javier Vázquez se dio por aludido y le respondió en ‘Sálvame’: "Me gustaría que muchas de las personas conocidas que han ido a trabajar a 'MasterChef' explicaran cuál ha sido su experiencia y en qué situaciones límites se les ha colocado para que dieran juego en el programa. Programa blanco, tururú". Más allá de que Telecinco quizá no sea la voz más autorizada para afear excesos en ‘realities’, Twitter resucitó las palabras de Jorge Javier tras el suicidio de Verónica Forqué.

"No es un concurso"

Otra idea generalizada es que 'MasterChef', en especial la edición 'Celebrity', no es un concurso. "Desde el primer programa sabemos quiénes van a llegar a la final, aunque muchas veces cambiemos el guion sobre la marcha, porque algunos personajes nos dan más o menos de lo que esperábamos", afirma un exguionista. "Por supuesto, esta es otra decisión que toma Macarena, que tiene sus favoritos. Para algunos concursantes el programa es una balsa de aceite y para otros un camino empedrado, todo depende de los planes que haya para ellos".

Hay decenas de recursos para dirigir las situaciones. A los concursantes se les imparten unas clases de cocina antes de cada programa, de modo que una forma de que gane quien interesa al programa es hacer que las pruebas coincidan con lo que mejor han hecho fuera de cámara. "¿Te han enseñado a hacer un suflé y lo has hecho bien? Pues suflé en la prueba de eliminación. ¿Al otro le da asco pelar pescado? Pues toma una lamprea, si puede ser viva, mejor. Es muy sencillo", explican fuentes del programa. "Y, si las cosas se tuercen, al final del proceso está el jurado, que sabe perfectamente lo que tiene que decir. Si algo está en su punto, si le falta sal, si no tiene sabor... Todas esas decisiones las toma el jurado, que no deja de ser el propio programa, y el espectador no tiene forma de comprobar si es verdad".

En la sala de montaje se termina de dibujar la historia. El concursante que va a salir ese día se va perfilando desde antes: se escogen los planos en los que hace un mal gesto a sus compañeros, o cuando no está trabajando, para presentarlo como alguien que no está compitiendo bien y que debe abandonar el programa. Incluso una música bien escogida puede servir para que un concursante que no caía bien a la audiencia tenga una despedida emotiva. "Una vez se entra en la sala de montaje, los concursantes ya no tienen el control de nada, ahí lo importante es caerle bien a Macarena o a otro de los jefes", explica un exguionista.

Por último, cabría cuestionarse por qué hay tanto secretismo en torno a este programa. Los pocos que hablan no quieren dar su nombre, mientras que la mayoría rechaza contar lo que sucede una vez se apagan las cámaras. Los motivos son diferentes según a quién le preguntes. "MasterChef' es un programa con muchísima audiencia que, además, paga bien al personal. Es cierto que es muy intensivo, con mucho viaje y trabajo los fines de semana que no se paga, pero cualquier guionista lo va a ver como un seguro de vida. Piensa que los programas en televisión suelen durar una o dos temporadas; 'MasterChef' lleva casi 10 años".

Por otra parte, los concursantes famosos no pueden hablar por dos motivos: tienen una cláusula de silencio y, además, para muchos es la última tabla de salvación. Lo explica un agente de artistas: "Se busca a actores en horas bajas que traguen con lo que sea. A la mayoría los exprimen mucho más de lo que esperan, porque, además, los artistas tienen siempre una relación muy complicada con su ego, pero el sistema es así y ellos solo quieren volver a reengancharse a la maquinaria, por eso casi ninguno te va a reconocer que la experiencia de 'MasterChef' es horrible, aunque en privado lo hagan casi todos".

En los últimos días se ha debatido en torno al papel de 'MasterChef' en el suicidio de Verónica Forqué. Al respecto surgen varias preguntas: ¿pudo el programa haber protegido más a la actriz, a sabiendas de su frágil estado de salud? ¿Se aprovechó 'MasterChef' de su depresión para ganar audiencia? ¿Tienen los concursantes la posibilidad de abandonar cuando deseen el programa?

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