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Lo de Carlos Franganillo con la DANA fue una bofetada sin manos a sus rivales
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OPINIÓN DE 'LA TELETIPA'

Lo de Carlos Franganillo con la DANA fue una bofetada sin manos a sus rivales

Mientras el resto de informativos envían a sus reporteros a las zonas arriadas por la gota fría, Carlos Franganillo colgó su chaqueta para enfangarse en el barro en directo

Foto: Carlos Franganillo, en 'El Telediario'. (TVE)
Carlos Franganillo, en 'El Telediario'. (TVE)

"Buenas noches desde Orihuela (Alicante), esto es 'El Telediario'. Se teme que el caudal del Segura anegue todavía más zonas de la población en la que nos encontramos". El viernes, 13 de septiembre, Carlos Franganillo, director y presentador de la segunda edición del informativo de TVE, arrancó 'El Telediario' desde la zona cero de la DANA.

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No conectó desde plató, no. Se trasladó y desde primera fila dirigió la orquesta de un equipo que con su esfuerzo nos llegó a meter el agua del río desbordado en casa, nos mostró la potencia, el brío y la energía que puede llegar a tener la Naturaleza. El hombre puede robarle espacio, pero cuando el agua dice que vuelve a su cauce, arrasa sin piedad todo aquello que se encuentra en el camino.

Estaba claro que la actualidad informativa de las últimas horas se centraba y se centra en las zonas afectadas por la gota fría. Perdón, DANA, que ahora parece que se llama DANA, como la tormenta perfecta y la ciclogénesis explosiva. ¡Cada vez somos más técnicos! Lo dicho, el desbordamiento del río Segura ha causado tales estragos en Murcia, Alicante y Almería, que Carlos Franganillo lo vio claro y se personó allí donde estaba la noticia.

placeholder Carlos Franganillo, en 'El Telediario'. (TVE)
Carlos Franganillo, en 'El Telediario'. (TVE)

Esto que es de primero de periodismo, en los tiempos que corren desgraciadamente no es lo habitual. En una época en la que prima la información de sillón y teléfono, el yo lo subí primero, en una época en la que el periodismo caviar, el que desgasta botas, vive sus horas más bajas, lo de anoche fue todo un soplo de aire fresco, fue volver a creer en esta profesión que llevamos en la sangre, esa por la que muchos estamos donde estamos. Lo de anoche fue una bofetada sin manos a sus rivales, una demostración de saber hacer periodismo del de verdad, un ejemplo de lo que debería ser siempre la televisión pública.

Franganillo se mojó. Literalmente. Desde una de las calles inundadas de Orihuela manejó la batuta, organizó las conexiones, resumió y reorganizó la noticia del día; mientras Olga Lambea, desde Torrespaña, se ocupó del resto de las informaciones. El excorresponsal de Moscú y Washington no se conformó con la dirección. Protagonizó una de las piezas del informativo, recuperó su espíritu de reportero y como el corresponsal que fue, bajó al barro para comprobar de la mano de los vecinos de la zona, cómo había afectado la gota fría a los habitantes de la ciudad de Miguel Hernández. ¡Se me había olvidado lo que me gustaban sus crónicas! Las de Moscú sobre todo, porque en EEUU le fagocitó la política.Franganillo se dejó la chaqueta en Madrid, se remangó la camisa y pateó Orihuela para contar desde primera línea lo sucedido.

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Carlos Franganillo, en 'El Telediario'. (TVE)

Confieso que me enganchó. Yo que no soy fiel, que nunca tengo claro qué informativo 'pinchar', de manera que me dedico a repartir el tiempo entre TVE, Antena 3 y Telecinco, zapeando o viendo una cadena a una hora y otra a la siguiente, ayer me quedé pegada a la televisión pública, esa que pagamos todos, la misma a la que le había perdido el respeto hace tanto tiempo que ni soy capaz de recordar. ¡Vale! Las piezas de Carlos del Amor y Almudena Ariza son apuestas a caballo ganador. Está claro que la Corporación Pública cuenta con un capital de profesionales de lujo y unos directivos escogidos a dedo que la han defenestrado gracias una gestión nefasta. Sospecho que recuperar la audiencia perdida va a resultar lo más parecido a una travesía por el desierto sin agua. Pero lo de ayer fue un trabajo enorme, un trabajo en equipo que nos recordó el sentido de servicio que debe primar en una televisión pública. Probablemente ese, y solo ese, sea el camino de la reconquista. Que vayan tomando nota los que mandan.

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Carlos Franganillo, en 'El Telediario'. (TVE)

A los críticos, a los 'haters' que se desgañitaron en las redes sociales acusando de "excesivo protagonismo de Franganillo", a aquellos que como único insulto compararon el informativo con "una pieza más propia de 'España Directo", me gustaría recordarles que el periodismo es un oficio vivo. Que es mejor un 'España Directo' que un busto parlante frío y displicente. Ya lo dijo el maestro Kapuściński: "El trabajo de los periodistas no consiste en pisar las cucarachas, sino en prender la luz, para que la gente vea cómo las cucarachas corren a ocultarse".

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"Buenas noches desde Orihuela (Alicante), esto es 'El Telediario'. Se teme que el caudal del Segura anegue todavía más zonas de la población en la que nos encontramos". El viernes, 13 de septiembre, Carlos Franganillo, director y presentador de la segunda edición del informativo de TVE, arrancó 'El Telediario' desde la zona cero de la DANA.

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