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Nuevos problemas para The Line: Arabia Saudí cancela una de sus infraestructuras clave
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Nuevos problemas para The Line: Arabia Saudí cancela una de sus infraestructuras clave

Los promotores de Neom han cancelado la construcción de la planta desalinizadora que iba a surtir hasta un tercio del agua que necesita este megaproyecto urbanístico levantado en pleno desierto

Foto: El puerto industrial de Neom, Oxagon, donde estará la planta de hidrógeno y amoníaco. (Neom)
El puerto industrial de Neom, Oxagon, donde estará la planta de hidrógeno y amoníaco. (Neom)

Neom, la megápolis futurista que Arabia Saudí quiere construir en el desierto, se va a quedar sin una de sus infraestructuras clave: una planta desalinizadora con un coste estimado de entre 1.500 y 2.000 millones de dólares que iba a abastecer el 30% de las necesidades de agua previstas de la ciudad. La cancelación del proyecto llaga tras el drástico recorte de The Line, el gigantesco rascacielos que sirve de buque insignia del proyecto y que recientemente ha pasado de poder alojar a 1,5 millones de personas en 2030 a menos de 300.000 para el final de la década.

La desalinizadora era un proyecto anunciado en 2022 que estaban llevando a cabo el consorcio formado por Enowa, filial de Neom, la japonesa Itochu y la francesa Veolia. El plan consistía en crear una planta que funcionaría con energía 100% renovable y suministraría dos millones de metros cúbicos de agua al día a Neom. La planta utilizaría una avanzada tecnología de membranas para producir flujos de salmuera separados, lo que permitiría desarrollar y monetizar posteriormente los subproductos derivados de la desalinización.

Foto: (Inteligencia artificial - Dall-E - Novaceno)

La planta se iba a instalar en Oxagon, una ciudad industrial flotante que se está construyendo al noroeste de Arabia Saudí y que, según sus promotores, será el primer puerto totalmente automatizado y centro logístico integrado del mundo. Oxagon también será el hogar de una planta de energía renovable con capacidad para producir 4GW de potencia y hasta 600 toneladas diarias de hidrógeno verde.

Sin embargo, fuentes de Enowa han declarado al medio especializado MEED que las necesidades de agua de Neom han evolucionado en el último año “lo que nos ha llevado a adoptar un enfoque gradual para ampliar la capacidad. En consecuencia, hemos decidido poner fin a nuestro acuerdo de desarrollo conjunto para este proyecto”.

Las necesidades de Neom “han evolucionado”

Aunque los motivos de la cancelación no están claros, la decisión llega meses después de que se conocieran los graves problemas financieros a los que se enfrenta este faraónico proyecto.

Neom es el sueño del príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed bin Salman, que quiere crear una “nueva Europa” y “revolucionar nuestra civilización”. Se trata de un proyecto de 1,5 billones de dólares con el que el reino saudí quiere transformar la economía del país, que hasta ahora ha dependido casi exclusivamente de la venta de petróleo. El plan es convertir la región en algo similar a lo que es Hong Kong para China, un lugar moderno y cosmopolita regido por la sostenibilidad, la innovación y el emprendimiento y que además sea uno de los mayores destinos turísticos del mundo.

The Line es el emblema de este sueño: un descomunal rascacielos formado por dos edificios paralelos con fachadas de espejo que medirán 500 metros de alto por 170 kilómetros de largo y que unirán el golfo de Aqaba con el desierto a través de una cadena montañosa. La intención de Bin Salmán al arrancar el proyecto era tener terminada la construcción —que el príncipe heredero denomina “mis pirámides”— para 2030. Aunque eso ya no va a suceder.

Las obras de The Line ya han arrancado. Sin embargo, fuentes del gobierno saudí consultadas por Bloomberg han reconocido que solo podrán completar 2,4 kilómetros de lo proyectado para el final de la década. Esas mismas fuentes aseguran que la construcción únicamente podrá albergar a 300.000 residentes para 2030, mucho menos de los 1,5 millones que soñaba bin Salman.

La causa del frenazo

Ese drástico recorte en el tamaño de The line y su número de habitantes significa también un frenazo en la construcción de las infraestructuras necesarias para darle servicio. Y una de las más importantes, teniendo en cuenta que esta megaestructura se va a construir en pleno desierto, es la desalinizadora de agua.

La causa del frenazo la apunta el Wall Street Journal. El megaproyecto se pagará, supuestamente, con el Fondo de Inversión Pública, un fondo dirigido por el príncipe heredero. El diario económico asegura que el efectivo de ese fondo se redujo aproximadamente en tres cuartas partes, hasta unos 15.000 millones de dólares, en el mes de febrero. Esto, sería el nivel más bajo desde diciembre de 2020, que es cuando el fondo empezó a compartir sus datos.

Karen Young, investigadora del Instituto de Oriente Medio y de la Universidad de Columbia, en EEUU, ya apuntó hace unos meses que muchos de los grandes proyectos pueden verse frenados o paralizados a medida que aumenten los costes y se aclare su eficacia. Aunque es probable, dice, que el reino saudí siga inyectando dinero durante los próximos años. "Creo que se producirá un derroche hasta 2030 y luego habrá un castigo", afirma la investigadora.

Neom, la megápolis futurista que Arabia Saudí quiere construir en el desierto, se va a quedar sin una de sus infraestructuras clave: una planta desalinizadora con un coste estimado de entre 1.500 y 2.000 millones de dólares que iba a abastecer el 30% de las necesidades de agua previstas de la ciudad. La cancelación del proyecto llaga tras el drástico recorte de The Line, el gigantesco rascacielos que sirve de buque insignia del proyecto y que recientemente ha pasado de poder alojar a 1,5 millones de personas en 2030 a menos de 300.000 para el final de la década.

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