Crean una 'cámara mágica' capaz de desnudar a cualquier persona

Alguien ha creado una cámara compacta de consumo capaz de desnudar personas automágicamente. La cámara, llamada Nuca, utiliza inteligencia artificial para procesar la imagen capturada en la nube, reconstruyendo un desnudo a partir de la imagen real.

Diseñada por los artistas alemanes Mathias Vef y Benedikt Groß, Nuca es por ahora un prototipo creado para demostrar cómo nos estamos acercando progresivamente al fin de la realidad. No me extrañaría que, en algún momento, algo similar pueda llegar a venderse. Como un gadget dedicado o como una app fácil de utilizar para tu teléfono. Este producto de consumo especulativo, como dicen en su página web, está creado para provocar la reflexión sobre el extraño y potencialmente peligroso futuro al que nos dirigimos, como ya apuntamos en nuestro minidocumental Control Z El fin de la realidad.

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De hecho, Vef y Groß, han llevado al extremo esta idea presentando su prototipo Nuca como un producto real, imitando los típicos materiales de startup de Silicon Valley que anuncian a bombo y platillo la última barbaridad/estupidez como la ideaca del siglo.

Lo grave es que la hipérbole del proyecto ya ha sido superada con creces por aplicaciones que son usadas para todo: desnudar al débil para humillar o acosar, manipular a las masas con noticias e imágenes falsas, o estafar con vídeo o voz. Por ahora, muchas de estas herramientas están fuera del alcance de la mayoría de los usuarios pero el paso lógico es que algo como Nuca se convierta en la realidad. De hecho, ya está pasando sin que nos demos cuenta desde las propias marcas: productos como las gafas de realidad aumentada de Apple o sus cascos AirPods Pro, procesan lo que ves y lo que oyes digitalmente, creando una realidad sintética que no es la realidad verdadera que percibimos de forma natural.

Cómo funciona

El diseño del prototipo Nuca sigue el formato de una cámara compacta estándar. Utiliza un cuerpo de 430 gramos diseñado e impreso en 3D que mide 19,5 x 6 x 1,5 centímetros. Como lente tiene un objetivo de 37 mm. Dentro de ese chasis impreso, un teléfono móvil realiza las labores de captura de imagen y actúa de visor. Un software muestra la imagen de entrada y otros datos en tiempo real, como la detección de las poses del sujeto ante la cámara.

Cuando presionas el botón de disparo, la fotografía se envía a la nube para que sea procesada. El sistema analiza la pose y puntos de referencia faciales, analizando 45 identificadores como el género, la edad, el origen étnico, la expresión y la forma del cuerpo.

Esta información se envía a un motor Stable Diffusion con un modelo especializado en la creación de desnudos. El modelo interpreta la información y genera el desnudo base. Esta imagen se procesa aún más, utilizando un proceso de deep fake que añade la cara de la persona física sobre el cuerpo desnudo.

Una reflexión sobre el fin de la realidad

Obviamente, el cuerpo del sujeto no es el real sino lo que se imagina la IA. Según cuenta Vef a la página web 404, "tratamos de averiguar básicamente cómo reaccionaría la gente a este invento, porque nosotros mismos tenemos diferentes reacciones. Es un tema crítico, como se ve en las noticias, desde el caso de los deep fakes de Taylor Swift hasta esos niños en España que desnudaban a sus compañeros [con IA]".

Según Vef, mucha gente todavía no sabe qué está pasando con esta tecnología. La prueba está en las reacciones de la gente cuando ve la cámara en acción. “La primera [mujer] a la que se la enseñé no sabía nada de los casos de deep fakes que están sucediendo. La sorprendió mucho”, afirma Vef. “Otras personas, como mis amigos, pensaron que era superdivertido y querían jugar con [Nuca] y hacerse más fotos. Así que hay una gran variedad de reacciones".

Lo que está claro es que Nuca es un desafío práctico y tangible de algo que ahora está limitado a unos pocos frikis. Algo que rompe los límites de la privacidad, el consentimiento y el uso ético de la tecnología de inteligencia artificial generativa más allá que las páginas de internet que hacen exactamente lo mismo, como apuntan sus creadores. Al llevar la creación de los desnudos generados por la IA al espacio físico compartido entre fotógrafo y sujeto, el conflicto es potencialmente mayor. Y ese, según sus creadores, es precisamente el objetivo.