El megasubmarino privado que rivaliza con los submarinos de ataque nuclear de EEUU

Para Christian Gumpold, el futuro de los superyates está literalmente bajo el agua. "Creo que los superyates sumergibles abordan eficazmente las nuevas y crecientes necesidades de los propietarios y representan el futuro de la navegación para individuos con un patrimonio neto extremadamente alto", afirma. Ya sabes, los Jeff Bezos, Elon Musks y el resto de ‘multimillardarios’ que están a un submarino y una guarida subterránea en un volcán de convertirse en el Dr. Evil.

Gumpold es el director ejecutivo de Migaloo, una empresa austriaca que se autodenomina “estudio de diseño de yates sumergibles privados”. Y el navío futurista que adorna esta página es el M5, un lujoso submarino que, con 165 metros, está a sólo unos pocos metros de igualar la eslora de los nuevos submarinos de ataque de la clase Columbia que pronto se convertirán en la nueva piedra angular de la tríada nuclear estratégica de los Estados Unidos.

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Lo que plantea la pregunta: si el nuevo tiburón atómico estadounidense cuesta 9.150 millones de dólares por unidad, ¿cuánto costará el M5? Incluso sin el reactor nuclear que impulsa al Columbia, su equipamiento de categoría militar o sus lanzadores de misiles balísticos intercontinentales Trident, el M5 no podía ser mucho más barato, me dije.

Por eso, después de ver este submarino espectacular, no pude resistirme a contactar con Gumpold para hacerle dos preguntas muy básicas sobre el M5 (y luego otras cuantas más): ¿Cuánto cuesta esta locura y qué cuánto dinero hay que tener para pasar de megarrico de agua dulce a Capitán Nemo.

Sin presupuesto (desorbitado) fijo

"No existe una suma específica, ya que cada diseño se desarrolla en estrecha colaboración con los clientes y sus deseos únicos e individuales", me dice Gumpold. El CEO de Migaloo —que afirma haber estado diseñando yates desde 2008, desarrollando tanto yates de producción como varios superyates de más de 100 metros de eslora— me dice que este proceso de diseño colaborativo en el que el futuro propietario y el diseñador desarrollan los planos finales —eligiendo las características específicas, los materiales y el diseño interno del barco— es común en el diseño de superyates.

"Solo después de que se haya desarrollado un diseño conceptual, los diferentes proveedores, como astilleros, integradores de equipos o diseñadores de interiores, pueden estimar sus costos, formando gradualmente el precio general del proyecto", describe. Me dice que los superyates de más de 130 metros tienen un volumen de proyecto típico que alcanza varios cientos de millones de dólares. "Un superyate sumergible como el M5 entra naturalmente en esta categoría, y cualquier posible propietario debe ser consciente de ello", señala. "El público objetivo de los superyates sumergibles está formado por personas con o sin experiencia en superyates en el ámbito de los UHNI (las siglas en inglés de individuo con patrimonio ultra alto)”.

El futuro de los megayates

En opinión de Gumpold, estos superyates sumergibles son el futuro de las embarcaciones para este tipo de público, que busca una independencia total y el secreto de su paradero. Sólo muy pocas personas en el mundo podrían adquirir un M5. Ni siquiera todos en la lista de multimillonarios de Forbes para 2023 podría conseguir uno, ya que necesitaría tener un capital lo suficientemente grande como para invertir un par de miles de millones de euros en este submarino de lujo y otro tanto para mantenerlo.

El diseño del M5 no es un concepto inventado, me dice Gumpold. Ni es un pequeño submarino experimental de bajo coste como el infame Titán. El diseño de estos superyates híbridos combina tecnologías existentes de submarinos y superyates. Los astilleros existentes pueden construirlos, afirma. “Hay viabilidad y ofrece seguridad general, con construcción de doble casco y varios cascos de presión”, me comenta. "Además, no empleamos tecnologías nuevas o experimentales, sino soluciones estándar de la industria [para aspectos como la propulsión]". Esto incluye la tecnología motriz utilizada en superyates y submarinos militares con motores diésel que alimentan las grandes baterías necesarias para su funcionamiento bajo el agua.

Secretismo

Mirando el diseño, es difícil creer que esto pueda convertirse en realidad. Pero él insiste en que esto no es sólo vapor y que tiene todas las herramientas y proveedores necesarios para fabricarlos. El intenso proceso de diseño centrado en el propietario, afirma, está “especialmente estructurado para involucrar a socios clave, como astilleros, expertos en construcción, organizaciones de seguridad naval y los estados desde el comienzo del proceso de diseño”. Esto les permite abordar todos los parámetros técnicos y legales que deben cumplirse en la fase de diseño conceptual, señala.

De hecho, según Gumpold, ya existen negociaciones con varias partes interesadas en todo el mundo que tienen un interés significativo en el concepto de un superyate sumergible. “Su objetivo es ser los primeros individuos a nivel mundial en poseer y utilizar este producto innovador”, recalca. Cuando pregunté quién, por supuesto, la respuesta fue "desafortunadamente, no puedo revelar más información en este momento". No puedo asegurar si esa afirmación es realidad o fantasía, por supuesto. Pero quiero que sea real solo para poder ver este absurdo monstruo marino. Y quiero que Elon Musk sea su dueño solo para verlo vestido como el Capitán Stubing.