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La defensa de la humanidad contra un ataque interestelar es imposible
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La defensa de la humanidad contra un ataque interestelar es imposible

La guerra entre la humanidad y una civilización interestelar de nivel 2 en la escala Kardashev tendría un final casi instantáneo sin posibilidad de defensa

Las típicas películas de ciencia ficción no se acercan a la realidad de un conflicto entre civilizaciones de diferentes sistemas solares. Según las leyes de la física y la tecnología que conocemos actualmente, una guerra interestelar sería mucho más sencilla y mortífera que las batallitas entre las típicas flotas de naves que nos vende el cine y la literatura. Este tipo de guerra duraría un solo disparo y, la civilización que estuviera en el punto de mira, no podría defenderse.

Foto: Un motor de Rolls-Royce usado para pruebas con combustible sintético SAF. (Rolls-Royce)

De hecho, lo de las armadas espaciales —como las flotas imperiales y rebeldes en Star Wars— es una auténtica tontería, como muestra este nuevo vídeo del canal científico Kurgezsagt (asegúrate de activar los subtítulos traducidos al español cuando veas el vídeo).

El vídeo presenta un escenario hipotético sobre cómo sería realmente una guerra de este tipo planteando tres armas diferentes que son, hoy en día y con lo que conocemos científica y tecnológicamente, totalmente prácticas. Las tres armas están basadas en tecnologías actuales que ya tenemos en la Tierra pero realizadas a una escala mucho mayor.

Láser estelar usando una esfera de Dyson

El láser estelar no sería como el de la Estrella de la Muerte. Este láser comienza con un enjambre de Dyson, una colección de estructuras orbitales alrededor de una estrella que capturaría el 1% de la energía total emitida por el sol. Una civilización de nivel 2 en la escala Kardashev sería capaz de construir un enjambre de Dyson, desplegando millones de satélites alrededor de la estrella, cada uno equipado con paneles solares para capturar la energía estelar.

La energía capturada se convierte entonces en un haz láser concentrado. Esto se logra mediante la alineación precisa de los satélites para enfocar su energía colectiva en un radio de varios kilómetros.

placeholder Un láser de varios billones de vatios podría alcanzar la Tierra fácilmente y derretir toda su superficie por completo. (Kurgezsagt)
Un láser de varios billones de vatios podría alcanzar la Tierra fácilmente y derretir toda su superficie por completo. (Kurgezsagt)

El haz láser resultante, con una potencia de millones de billones de vatios apuntaría a un objetivo a millones de años luz de distancia pero su impacto sería devastador. Al llegar a su objetivo, el láser tendría suficiente energía para quemar la Tierra por completo, evaporando los océanos y derritiendo su corteza casi instantáneamente mientras el planeta gira sobre su eje.

Misil relativista con propulsión por antimateria

Un misil relativista sería un arma puramente cinética —sin cabeza explosiva de ningún tipo— que utilizaría su masa y una velocidad cercana a la de la luz para liberar una potencia destructora que acabaría con toda la vida de un planeta.

El misil utilizaría antimateria como su principal fuente de propulsión para alcanzar velocidades cercanas a la de la luz. Esto requeriría la producción de antimateria, claro, algo que ya se ha conseguido en laboratorio pero debería ser a gran escala. Cuando la antimateria entra en contacto con la materia ordinaria produce una aniquilación instantánea, liberando una gran cantidad de energía.

placeholder Un pequeño misil viajando a 99,9% de la velocidad de la luz sería capaz de destruir toda la vida en la Tierra. (Kurgezsagt)
Un pequeño misil viajando a 99,9% de la velocidad de la luz sería capaz de destruir toda la vida en la Tierra. (Kurgezsagt)

La energía liberada aceleraría el misil progresivamente a velocidades relativistas, es decir, cercanas a la velocidad de la luz (99.999999%). El misil mantendría su alta velocidad sobre distancias interestelares de millones de años luz.

Al impactar a esa velocidad contra la atmósfera terrestre, a pesar de su pequeña masa, el misil liberaría una energía comparable a todo nuestro arsenal nuclear y al impacto de asteroides del juicio final como el que acabó con los dinosaurios, causando la destrucción masiva de la humanidad en cuestión de minutos.

Haz de electrones ultrarelativista

El haz de electrones ultrarrelativista es un concepto que implica acelerar electrones a velocidades extremadamente altas, cercanas a la velocidad de la luz.

El proceso comenzaría con un colosal acelerador de partículas, mucho más grande que el LHC del CERN. Este acelerador movería los electrones a velocidades ultra relativistas, algo que permite que el haz de electrones mantenga su cohesión a lo largo de distancias interestelares.

placeholder Un haz de electrónes ultrarrelativista traería la muerte de toda la vida en la Tierra destruyendo el ADN de todas la células. (Kurgezsagt)
Un haz de electrónes ultrarrelativista traería la muerte de toda la vida en la Tierra destruyendo el ADN de todas la células. (Kurgezsagt)

Al llegar a su objetivo, este haz de la muerte totalmente invisible penetraría la atmósfera y llegaría a todos los humanos y vida en el planeta Tierra, causando daños a nivel molecular, destruyendo el ADN y básicamente matando a todo bicho viviente, incluyendo los microorganismos. Nuestro mundo quedaría totalmente inerte y esterilizado.

Lógicamente, aunque estén basadas en tecnología y ciencia ya existente, estas tres armas están más allá de nuestras capacidades tecnológicas actuales. Pero, si realmente existen las civilizaciones de nivel 2 en la escala Kardashev, éstas sí podrían construirlas y dispararlas. Si alguna vez pasa, nuestro único consuelo es que moriríamos en muy poco tiempo y casi sin sufrir.

Las típicas películas de ciencia ficción no se acercan a la realidad de un conflicto entre civilizaciones de diferentes sistemas solares. Según las leyes de la física y la tecnología que conocemos actualmente, una guerra interestelar sería mucho más sencilla y mortífera que las batallitas entre las típicas flotas de naves que nos vende el cine y la literatura. Este tipo de guerra duraría un solo disparo y, la civilización que estuviera en el punto de mira, no podría defenderse.

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