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El cocreador del submarino Titan quiere ahora mandar a 1.000 personas a vivir a Venus
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Una estación flotante en 2050

El cocreador del submarino Titan quiere ahora mandar a 1.000 personas a vivir a Venus

A pesar del desastre del Titán, el empresario sigue empeñado en buscar los límites de nuestra especie y quiere ahora enviar humanos a Venus para convertirnos en una civilización multiplanetaria

Foto: Ilustración de una estación flotante en Venus. (NASA)
Ilustración de una estación flotante en Venus. (NASA)

Guillermo Söhnlein fundó OceanGate en 2009 junto con Stockton Rush, el empresario recientemente fallecido junto a otras cuatro personas en su sumergible Titán. El Titán, como todo el mundo sabe, implosionó bajo el agua el pasado 18 de junio cuando viajaba hasta los restos de Titanic. Aunque el desastre del sumergible obligó a OceanGate a interrumpir sus actividades, el incidente no ha impedido que Söhnlein se siga planteando nuevos retos con sus otras empresas. El último, crear una colonia flotante para 1.000 personas en Venus para 2050.

Foto: Ilustración del un sistema estelar binario. (Warwick University)

Venus está mucho más cerca que Marte de nuestro planeta y para muchos, como el exjefe científico de la NASA, James Green, podría ser un candidato ideal para albergar al ser humano. Otros investigadores piensan que la idea es una locura. La superficie de Venus ronda los 462 °C y el planeta sufre una presión atmosférica 90 veces superior a la de la Tierra. Aunque hace mil millones de años era un planeta azul con océanos y, probablemente, con vida, hoy en día su atmósfera está compuesta por grandes cantidades de dióxido de carbono y dióxido de azufre que la hacen totalmente irrespirable.

Que sea difícil vivir allí no lo hace imposible, piensa Söhnlein, que en declaraciones para Business Insider asegura que no ve por qué la humanidad no debería intentar vivir en este planeta. El empresario asegura que según sus investigaciones hay una franja de la atmósfera de Venus a unos 50 kilómetros de la superficie donde las temperaturas son más bajas, la presión menos intensa y donde los humanos podrían sobrevivir, al menos en teoría.

Un plan cogido con pinzas

La obsesión con llegar a Venus ha hecho que Söhnlein haya creado Humans2Venus junto con el empresario Khalid Al-Ali. El objetivo de la compañía, dicen, es desarrollar ideas que permitan superar las barreras que impiden que los humanos lleguen a Venus.

Aunque aún no tiene claro cómo lo va a hacer, Söhnlein quiere construir una estación espacial en esa franja más fría de la atmósfera venusiana que sea capaz de resistir el ácido sulfúrico de las nubes. Según él, esta colonia flotante podría albergar entre cientos y miles de personas y podría estar lista para 2050. "Creo que es menos ambicioso que poner un millón de personas en la superficie marciana para 2050", asegura.

placeholder Guillermo Söhnlein. (Instagram)
Guillermo Söhnlein. (Instagram)

Mientras descubre cómo conseguirlo, Söhnlein sostiene que objetivo a corto plazo es desarrollar técnicas que permitan reducir los costes de lanzamiento y maneras de financiar misiones espaciales sin el apoyo de agencias gubernamentales. Un razonamiento que recuerda a la manera caótica en la que Elon Musk puso en marcha SpaceX.

Moverse rápido y romper cosas

Söhnlein también coincide con Musk en la idea de convertirnos en una civilización multiplanetaria. Y al igual que el fundador de Tesla sigue el mantra de Silicon Valley que dice que para innovar de verdad hay que romper cosas y moverse rápido.

"Creo que desde que tenía 11 años he estado impulsado a ayudar a hacer de la humanidad una especie multiplanetaria", asegura el empresario para el medio estadounidense. "Tenía el sueño recurrente de ser el comandante de la primera colonia marciana”. Ahora, con Musk sacándole varios cuerpos de ventaja en el plan para colonizar el Planeta Rojo, parece que ha recalculado sus ambiciones para convertirse en el comandante de Venus.

La creación de OceanGate es para el empresario un paso intermedio para lograr estas aspiraciones. Tanto él como Rush "consideraron que la exploración submarina, y en especial el uso de sumergibles tripulados, era lo más parecido que podíamos hacer para ir al espacio y fomentar esa visión sin tener que ir realmente al espacio", afirma Söhnlein.

Sin embargo, la ambición de crear un sumergible barato que fuera capaz de llegar al fondo del océano sin tener que pasar por el control de las agencias de certificación puede haber matado también su sueño venusiano. Ya veremos qué pasa en el futuro, pero por ahora se antoja difícil que nadie se ofrezca voluntariamente a ir a vivir a las nubes de Venus sin poder bajar a un planeta que no tiene comida ni oxígeno. También parece muy poco probable, por no decir imposible, que pueda convencer a la gente de subirse en algo que haya sido construido por un fundador de OceanGate, por mucho que Söhnlein afirme haber estado desligado de la compañía desde 2013.

Sin embargo, Söhnlein tiene fé. "Olvídense de OceanGate. Olvídense de Titan. Olvídense de Stockton. La humanidad podría estar al borde de un gran avance y no aprovecharlo porque, como especie, nos vamos a cerrar en banda y retroceder al statu quo", asegura.

Guillermo Söhnlein fundó OceanGate en 2009 junto con Stockton Rush, el empresario recientemente fallecido junto a otras cuatro personas en su sumergible Titán. El Titán, como todo el mundo sabe, implosionó bajo el agua el pasado 18 de junio cuando viajaba hasta los restos de Titanic. Aunque el desastre del sumergible obligó a OceanGate a interrumpir sus actividades, el incidente no ha impedido que Söhnlein se siga planteando nuevos retos con sus otras empresas. El último, crear una colonia flotante para 1.000 personas en Venus para 2050.

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