Ucrania descubre cómo desactivar los drones suicidas rusos por casualidad

En los últimos meses Rusia ha destruido o dañado múltiples unidades ucranianas utilizando sus drones kamikaze, pero los soldados del Ejército de Kiev parecen haber descubierto cómo neutralizarlos, al parecer por pura casualidad. No usan baterías antiaéreas ni misiles tierra-aire ni rifles de radiointerferencia: según varios documentos gráficos enviados desde el frente, sólo utilizan una combinación de redes de camuflaje y metal que neutralizan los drones enemigos después de capturarlos como si fueran pájaros.

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Como apunta el analista de defensa y aviación Sebastien Roblin en Forbes, estas imágenes ucranianas contrastan con los vídeos publicados por los rusos semanas antes en los que se veían varias piezas de artillería atacadas por sus drones. Ahora, según muestran los ucranianos, estos drones kamikaze caen como moscas en estas redes metalizadas. Lo más probable es que la electrónica de estos aparatos fabricados en Rusia no sea de grado militar, como ha pasado con varias de las chapuzas de la industria del país.

Descubrimiento por accidente

En las últimas semanas, los artilleros ucranianos han sufrido múltiples ataques de los drones rusos después de meses de burlar el fuego del Ejército de Vladimir Putin. Hasta hace poco, los primeros han demostrado una extraordinaria habilidad para posicionarse en el campo de batalla y lanzar varias andanadas de proyectiles antes de recoger sus bártulos en tiempo récord — en unos tres minutos, como se muestra en el vídeo bajo estas líneas — y trasladarse a otra localización de disparo antes de que los rusos pudieran responder de forma efectiva.

Esto cambió recientemente con la modificación de las tácticas rusas, como cuentan los propios ucranianos:

Según cuenta CJ — un oficial de artillería de los EEUU que analiza en Twitter lo que está pasando en el campo de batalla de Ucrania — en vez de contestar al fuego ucraniano con disparos de artillería o cohetes, los rusos comenzaron a atacar con drones kamikaze, poniendo en el aire a sus Lancet-3, un pequeño dron de tres kilogramos diseñado y fabricado en Rusia por la empresa de defensa Zala, del Grupo Kalashnikov. El Lancet puede volar en un radio de 40 kilómetros en busca de su presa antes de lanzarse a destruirla.

Irónicamente, fue entonces cuando la capacidad de los ucranianos para atacar y abandonar su posición se volvió en su contra. Confiados en su aparente invencibilidad y ante la necesidad de montar y desmontar el chiringuito con rapidez, muchos de los artilleros habían dejado de utilizar redes de camuflaje. Y los que sí las seguían usando, perdían su protección al moverse de un lugar a otro de forma constante, quedando a la vista de las cámaras de los Lancet.

Pero la desprotección de los obuses ucranianos, cuenta CJ, parece haber terminado gracias a la casualidad: "[S]e descubrió, aparentemente por accidente, que los Lancets tienen dificultades para penetrar en las redes de camuflaje utilizadas por los tanques del ejército ucraniano para realizar disparos indirectos... el ejército ucraniano rápidamente pasó esta lección aprendida a sus unidades [de obuses] M777, que eran más vulnerables”. Según dicen, en sólo una semana, los artilleros ucranianos comenzaron a usar cercas o pantallas metálicas en redes de camuflaje que proporcionan protección contra los Lancets. Si bien esto hace que los M777 tengan menos movilidad, también significa que ahora están protegidos de la amenaza de estos drones, que es la más les está haciendo daño.

El contínuo aprendizaje de Ucrania

Más allá de los horrores de la guerra, es fascinante ver cómo se están desarrollando las tácticas y los usos de equipo en este enfrentamiento que está afectando profundamente cómo los Ejércitos están planteando sus sistemas de defensa y ataque. Sobre todo el ingenio de los ucranianos para plantear soluciones a problemas tácticos ocasionados por nuevas tecnologías.

No es la primera vez que los ucranianos utilizan soluciones low-cost o tecnología primitiva para contrarrestar las capaciades militares rusas. Ya hablamos sobre cómo están protegiendo sus unidades Himars usando una tecnología que los Aliados usaron para engañar a los Nazis en la Segunda Guerra Mundial: construyendo vehículos falsos para confundir a los invasores. Ucrania cuenta con 16 unidades de estos Sistemas de Cohetes de Alta Movilidad modelo M142, que son capaces de lanzar misiles guiados por GPS a 80 kilómetros de distancia con una precisión y poder destructor patentemente letales. Los expertos dicen que los HIMARS han parado la ofensiva rusa, destrozando sus líneas logísticas y posiciones. Su efectividad ha sido tal, de hecho, que el Ministro de Defensa ruso Sergei Shoigu fijó como prioridad absoluta la destrucción de estos vehículos.

Para protegerlos contra los ataques de los soldados de Putin, Kiev tomó prestada la lección de la Operación Fortaleza, el mejor ejemplo del uso de vehículos falsos de la historia. Combinada con otras operaciones de inteligencia, fue tan efectiva que engañó a Hitler y sus espías igual que los HIMARS de madera están engañando a las fuerzas de Putin.

La estratagema aliada fue la mayor operación de desinformación de la historia. Por el norte, mantuvo al ejército nazi en Noruega hasta el final de la guerra por decisión del propio Führer. Pero aún más importante fue la parte sur del engaño, diseñada para hacerles creer que los aliados atacarían por la zona de Calais y que Normandía era sólo una distracción. Para realizar este engaño, americanos e ingleses crearon un ejército de goma y madera al que llamaron el Primer Grupo de los Ejércitos de EEUU al mando del ya entonces legendario General Patton. Construyeron cientos de aviones de lona, tanques inflables y lanchas de desembarco de madera, que posicionaron en la zona ideal para invadir Calais. Combinado con varias operaciones de contrainteligencia y cables de radio, el engaño fue tan efectivo que los nazis se lo tragaron por completo, creyendo que el ataque principal se produciría en Calais incluso días después del famoso desembarco de Normandía.​​