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EEUU y China nos barren en IA. Científicos plantean una polémica idea para adelantarles
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Un CERN de la IA

EEUU y China nos barren en IA. Científicos plantean una polémica idea para adelantarles

La UE intenta no quedarse atrás en inteligencia artificial con una propuesta para desarrollar una multimillonaria infraestructura centrada en impulsar la investigación científica

Foto: Instalaciones del CERN. (EFE/EPA/Salvatore di Nolfi)
Instalaciones del CERN. (EFE/EPA/Salvatore di Nolfi)
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Si la inteligencia artificial va a determinar el futuro de la economía y de la sociedad, la mala noticia es que Europa se ha quedado rezagada hace tiempo. Bruselas ha sido pionera en el mundo al elaborar una normativa para regular esta tecnología, tratando de garantizar la seguridad de sus ciudadanos, pero ni las compañías ni los países europeos lideran su desarrollo. Conscientes de la situación, un grupo de asesores científicos de la UE ha elaborado un informe en el que destacan una clara solución: hay que construir una gran instalación de IA de última generación y dedicarla a potenciar la investigación científica.

Este futuro centro se llamaría EDIRAS (del inglés European Distributed Institute for AI in Science, que se podría traducir como Instituto Europeo Distribuido para la IA en Ciencia), pero a la hora de presentarlo, para que se entienda el concepto, han preferido definirlo como un “CERN para la IA”, en referencia al laboratorio de física más importante del mundo, con sede en Ginebra (Suiza). Aunque la idea no es original, ha llamado la atención la propuesta de dedicar esta gran infraestructura, específicamente, a acelerar la ciencia. ¿Estamos dando en el clavo?

Foto: Bill Gates. (REUTERS)

Los expertos en IA han reaccionado en las últimas semanas ante una iniciativa presentada ante la Comisión Europa con mucha rapidez, pero con poca concreción. La primera incógnita sería la sede de este proyecto, aunque la idea expresada en el documento es contar con muchas instalaciones repartidas por el continente, sin especificar dónde. No obstante, la verdadera dimensión del EDIRAS dependería del presupuesto, que por el momento es desconocido. Una de las grandes agrupaciones de científicos relacionados con la inteligencia artificial, CLAIRE (del inglés Confederation of Laboratories for Artificial Intelligence Research in Europe), se ha atrevido a lanzar una propuesta: 100.000 millones de euros en los primeros seis años. Esa cifra es similar a la de todo el programa Horizonte Europa, la principal inversión de la UE en todas las ramas de la ciencia, para el periodo 2021-2027.

placeholder La unidad ELLIS Alicante. (EFE)
La unidad ELLIS Alicante. (EFE)

La otra gran asociación de investigadores en IA es ELLIS (European Laboratory for Learning and Intelligent Systems), una infraestructura que cuenta con tres unidades en España (en Madrid, Barcelona y Alicante) y más de 40 por todo el continente. En general, los científicos que pertenecen a este grupo consideran que ya existen núcleos creados a lo largo de toda Europa que encajan perfectamente con la idea de una infraestructura descentralizada. Frente a esa propuesta, otros consideran que una sede central podría ofrecer mucha más potencia gracias a la instalación de las más avanzadas supercomputadoras. La comparación con el CERN ofrece incluso una vía intermedia, ya que muchos físicos trabajan en remoto con los datos que se generan en Ginebra. En cualquier caso, todos los expertos coinciden en una cosa: hay que hacer algo.

Por qué vamos por detrás y qué hay que cambiar

“El mayor problema que tiene Europa es que no ha sido capaz de crear empresas tecnológicas de IA de un determinado tamaño”, comenta Pedro Larrañaga, catedrático de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Informáticos de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y director de la ELLIS Unit Madrid, en declaraciones a El Confidencial. Apenas una compañía francesa y otra alemana parecen haber apostado recientemente por llenar ese hueco, pero “estamos muy lejos de las grandes tecnológicas dedicadas a IA en EEUU y del potencial que tiene China”.

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Evento de Microsoft sobre la aplicación de la IA al sector sanitario. (Europa Press)

No obstante, la clave ha sido “la falta de escala y de enfoque”, afirma el experto, así que “probablemente, eso es lo que intenta corregir la Comisión Europea”. Con respecto a lo primero, la inversión se ha centrado hasta ahora en pequeños proyectos, sin una apuesta ambiciosa en este sector que coordine el trabajo de un número suficiente de científicos. Sin embargo, “se están planteando que Europa no puede competir con gigantes como Microsoft”, así que el enfoque es hacerlo, al fin, a través de una apuesta fuerte y focalizada en el ámbito académico. Es decir, “potenciando aquello en lo que somos medianamente buenos, porque a nivel de publicaciones científicas sobre IA Europa no está mal; pero en el siguiente paso, saltar al mercado, la situación es muy distinta”.

Por tanto, “la idea subyacente a esta noticia parece centrarse en potenciar la investigación científica en Europa sobre la base de la inteligencia artificial, en lugar de impulsar el desarrollo de la propia IA”. ¿Es este el enfoque que se necesita? Desde que se han popularizado ciertas herramientas, como ChatGPT, “parece que el mensaje es que todos podemos usar la IA, pero para hacer algo realmente disruptivo, que merezca la pena, hace falta una buena formación en matemáticas, en estadística y en aprendizaje automático”.

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Visita de Macron al CERN. (EFE)

Además, el Viejo Continente se enfrenta a un problema de retención del talento: muchos expertos en IA se van a EEUU, pero también a Canadá o Australia, y ninguna de las grandes corporaciones dedicadas a la IA tiene su sede principal en un país europeo. Si no se invierte de manera inteligente en esta tecnología disruptiva estamos ante una “probable desaceleración de la economía”, opina el experto.

¿Qué debe investigar el “CERN para la IA”?

La cuestión es si el impulso a la ciencia es el enfoque más audaz para esta futura instalación. Algunos expertos, como Holger Hoos, fundador de CLAIRE, han criticado ese punto: "Todos estamos a favor de invertir en IA para la ciencia, pero creemos que este no debería ser el enfoque exclusivo ni siquiera principal", ha declarado. Quienes consideran que esa visión es demasiado restrictiva creen que se perdería una gran oportunidad para desarrollar la industria, la ingeniería e incluso la administración pública, asuntos clave en los que también van a tener mucho que decir las máquinas.

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La potencial aplicación de la IA es enorme. (EFE)

Por el contrario, otros expertos consideran que, precisamente, la oportunidad de Europa está en apostar por un modelo distinto al de las grandes compañías tecnológicas de EEUU, con financiación estatal y al servicio de la ciencia. De hecho, “los grandes descubrimientos que permitieron el despegue de la IA se hicieron hace años en las universidades”, recuerda Antonio Diéguez, catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia de la Universidad de Málaga. Ese motor de inversión pública puede resultar clave para dinamizar el sector, al igual que ocurre con el CERN en la física o con los programas espaciales. Por otra parte, “no deberíamos dejar que la innovación en IA estuviera únicamente en manos de empresas privadas, porque su objetivo principal es obtener beneficios, así que sus intereses no tienen por qué coincidir con los de la mayoría de la ciudadanía”, opina.

En cualquier caso, “la mayor parte de la investigación científica actual es en realidad tecnociencia”, asegura el experto, “es decir, la ciencia depende de una manera sustancial del desarrollo tecnológico”. En concreto, el futuro EDIRAS “sería un claro proyecto de tecnociencia, al igual que lo es la propia IA, porque los avances teóricos y tecnológicos van de la mano”, explica. Algunas ramas científicas se verían claramente beneficiadas de un proyecto de este tipo, sobre todo las que se basan en algoritmos, como los modelos climáticos o algunas partes de la biología (una de las apuestas de Google y Meta), pero también —y de esto apenas se habla— las ciencias sociales y, en particular, la economía y todas las disciplinas que analicen grandes cantidades de datos.

Foto: La estructura de las proteínas, clave para la biología. (Wikipedia)

No obstante, Diéguez alerta sobre cómo la IA está transformando la ciencia. “Vamos a tener modelos con una gran capacidad predictiva, pero sin ninguna capacidad explicativa. A partir de un gran conjunto de datos, inmanejable para un ser humano, se pueden hacer predicciones, clasificaciones y obtener resultados con una gran exactitud. Sin embargo, ese sistema es incapaz de proporcionar una explicación de los mecanismos subyacentes de los fenómenos que predice”, asegura. Dejar toda la investigación en manos de la IA provocaría la “ilusión” de que se están produciendo avances en el conocimiento cuando, en realidad, no estamos entendiendo lo que pasa.

Si la inteligencia artificial va a determinar el futuro de la economía y de la sociedad, la mala noticia es que Europa se ha quedado rezagada hace tiempo. Bruselas ha sido pionera en el mundo al elaborar una normativa para regular esta tecnología, tratando de garantizar la seguridad de sus ciudadanos, pero ni las compañías ni los países europeos lideran su desarrollo. Conscientes de la situación, un grupo de asesores científicos de la UE ha elaborado un informe en el que destacan una clara solución: hay que construir una gran instalación de IA de última generación y dedicarla a potenciar la investigación científica.

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