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La incógnita tras el tsunami de contagios: ¿evitan las vacunas el covid persistente?
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¿QUÉ PASARÁ CON ÓMICRON?

La incógnita tras el tsunami de contagios: ¿evitan las vacunas el covid persistente?

El alto número de infecciones de la sexta ola hace temer las repercusiones en forma de covid persistente. ¿Con ómicron será diferente? ¿Nos protegerán las vacunas?

Foto: Vacunan a una mujer de avanzada edad. (EFE/Sáshenka Gutiérrez)
Vacunan a una mujer de avanzada edad. (EFE/Sáshenka Gutiérrez)
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A pesar de que el número de contagios de esta ola lleve semanas completamente desbocado, el bajo porcentaje de casos graves hace que el drama sea menor que en otros momentos críticos de la pandemia. Definitivamente, las vacunas funcionan y evitan las consecuencias más graves. Sin embargo, este inédito episodio de infección masiva deja una incógnita en el aire: ¿qué pasará con el covid persistente? Los estudios indican que alrededor de un 15% de las personas que han sufrido la enfermedad continúa con síntomas meses más tarde. Si el número ya era alto anteriormente, en esta nueva fase podríamos estar sumando decenas de miles de enfermos diarios que dentro de mucho tiempo seguirían sufriendo fiebres, cansancio, malestar general, pérdida de memoria o dolores de cabeza y musculares, entre otros síntomas.

Sin embargo, no sabemos cómo se va a comportar ómicron con respecto al covid persistente. ¿Generará tantos casos como las variantes anteriores o también tendrá efectos más leves con respecto a las secuelas? Además, al margen del efecto de esta nueva variante, ¿hasta qué punto las vacunas pueden protegernos? Hasta el momento, hay más preguntas que respuestas con respecto a un problema de sintomatología muy variada y origen desconocido. Investigar esta cuestión no resulta fácil, aunque comienza a haber más datos.

Foto: Vacuna. (EFE/Pool/Doménech Castelló)

Por ejemplo, un estudio desarrollado en Israel con 951 pacientes indica claras diferencias en los síntomas posteriores al covid entre vacunados y no vacunados. En conjunto, la mayoría de estos problemas se reducían en torno a un 60% entre los que habían recibido la pauta completa (dos dosis). Los investigadores analizaron las dolencias más comunes de covid persistente: fatiga, dolor de cabeza, debilidad y dolor muscular persistente. Tras estudiar a diversos grupos de infectados entre marzo de 2020 y noviembre de 2021, llegaron a la conclusión de que la vacunación disminuye la probabilidad de sufrir todas estas secuelas pasados unos meses. El análisis incluye tanto vacunados que se infectaron posteriormente como personas que habían pasado la enfermedad y se vacunaron más tarde.

Los expertos ven con optimismo los resultados, aunque con cautela, ya que se trata de un estudio preliminar. “Vamos teniendo más información, pero aún es escasa”, afirma en declaraciones a Teknautas Pilar Rodríguez Ledo, vicepresidenta de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), responsable de investigación de esta entidad e impulsora de estudios sobre covid persistente en España. El trabajo de Israel muestra el efecto inmediato de la vacunación, pero “tenemos que valorar los efectos que tiene a largo plazo y analizar esa información en función de distintos perfiles”, comenta.

La SEMG también ha realizado un estudio sobre el efecto de las vacunas en pacientes españoles que ya tenían covid persistente, investigación aún pendiente de publicar. “Hay un perfil de pacientes que mejoran con la vacunación, pero no sabemos si esa mejoría se mantiene en el tiempo”, advierte. Principalmente, se trata de personas que sufren esta dolencia en forma de brotes o picos, con momentos puntuales en los que presentan más síntomas. Ese efecto terapéutico de las vacunas podría explicarse por el hecho de que las dosis consigan hacer reaccionar al sistema inmunitario, pero no se sabe por qué solo beneficia a algunos pacientes.

placeholder Dolor de cabeza.
Dolor de cabeza.

En general, el desconocimiento de las causas del covid persistente impide sacar conclusiones más claras. Una teoría es que el virus permanece escondido en ciertas partes del organismo más allá de la fase aguda. Otra sería la existencia de autoanticuerpos que son atacados por el sistema inmunitario. Una tercera apunta a que la respuesta inmune puede quedar alterada por la infección. Tampoco se descarta que las causas sean distintas en diferentes grupos de pacientes, lo que explicaría la diferente respuesta ante las vacunas.

Estar preparados

En cualquier caso, la gran pregunta en estos momentos es si esta sexta ola de covid, caracterizada por casos leves, seguirá dejando un reguero de covid persistente en los próximos meses. La lógica hace pensar que la enfermedad grave deja más secuelas. Sin embargo, la realidad es que “este tipo de pacientes no se caracteriza por la gravedad en su fase aguda, al menos en la mayoría de los casos”, recuerda Rodríguez Ledo. Incluso hay muchos pacientes que fueron asintomáticos. El perfil más común es el de mujeres de mediana edad, muy alejado del prototipo de pacientes que acaban hospitalizados. Según la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los síntomas que se mantienen a partir de las 12 semanas del contagio pasarían a ser covid persistente.

De momento, “estamos muy ocupados viendo cuál es la gravedad de ómicron, la mortalidad que genera y la ocupación en UCI”, comenta la experta de la SEMG. “Aunque hay menos sintomatología, con muchos más contagios los números absolutos no son desdeñables. Lo que nos falta saber es, precisamente, cuál será la persistencia de síntomas. Si se mantiene el porcentaje de afectación, o incluso si desciende un poco, va a ser un gran número”, advierte.

Foto: Foto: EFE.

¿Hasta qué punto es preocupante? “Creo que no debemos alarmarnos, pero sí estar atentos y preparados. Deberíamos ir por delante del virus y realizar una previsión. El problema es que no tenemos información de cómo las distintas olas han influido en las tasas de persistencias de síntomas. Es posible que ómicron produzca diferencias no solamente en contagio y gravedad, sino también con respecto al covid persistente”, comenta.

Reinfecciones

Otra característica de ómicron que distingue a esta variante de las anteriores es que está provocando muchas reinfecciones. Al contar con muchas mutaciones, esta nueva versión del virus logra esquivar los anticuerpos y muchas personas que han tenido covid vuelven a caer enfermas. “Por simple cuestión de estadística, tiene que haber pacientes de covid persistente que se estén reinfectando”, comenta Rodríguez Ledo. De hecho, “tener síntomas no tiene por qué proteger de una nueva infección”, advierte. No obstante, por el momento no hay datos: “Estos pacientes, precisamente porque su salud está deteriorada, se cuidan y se protegen más, así que es posible que esto modifique sus posibilidades de contagio”.

¿Qué consecuencias puede tener una nueva infección para quienes siguen teniendo secuelas importantes? “Es algo que empezamos a ver ahora y tendremos que analizar”, apunta. Al igual que otros aspectos del covid persistente, estudiar las reinfecciones también presenta dificultades importantes. Para empezar, ¿cómo diferenciar entre un pico de los síntomas que arrastran los pacientes durante meses y una nueva infección? En principio, no parece que volver a contraer la infección sea una buena noticia. Sin embargo, una vez más, estamos ante terreno desconocido y las intuiciones pueden resultar engañosas. “Es posible que estas reinfecciones influyan de manera muy similar a como lo hace la propia vacunación, pero todavía es pronto para saberlo”, apunta la responsable de la SEMG.

placeholder Test. (EFE)
Test. (EFE)

Junto a colectivos de pacientes, esta sociedad médica ha tratado de recopilar datos desde el principio de la pandemia, pero cree que esta nueva ola puede dar mucha más información. Por eso, los médicos tienen previsto iniciar un nuevo seguimiento de los afectados y comparar los nuevos pacientes de covid persistente con los de olas anteriores. De momento, “no hay datos que nos indiquen que el perfil ha cambiado”, reconoce la vicepresidenta, pero la evolución de la pandemia es tan cambiante que merece la pena estudiar a fondo la cuestión.

En cambio, cada vez conocen mejor cómo evolucionan los afectados. “Hay algunos que mejoran e incluso han revertido la mayoría de los síntomas. Otros se están adaptando a la nueva situación de su estado de salud y tienen tratamientos, no para curar la enfermedad, ya que desconocemos el mecanismo por el cual el virus genera esa persistencia de los síntomas, pero al menos sí para mejorar la calidad de vida”, comenta. En ese sentido, sigue siendo imprescindible investigar más y homogeneizar las pautas de actuación.

A pesar de que el número de contagios de esta ola lleve semanas completamente desbocado, el bajo porcentaje de casos graves hace que el drama sea menor que en otros momentos críticos de la pandemia. Definitivamente, las vacunas funcionan y evitan las consecuencias más graves. Sin embargo, este inédito episodio de infección masiva deja una incógnita en el aire: ¿qué pasará con el covid persistente? Los estudios indican que alrededor de un 15% de las personas que han sufrido la enfermedad continúa con síntomas meses más tarde. Si el número ya era alto anteriormente, en esta nueva fase podríamos estar sumando decenas de miles de enfermos diarios que dentro de mucho tiempo seguirían sufriendo fiebres, cansancio, malestar general, pérdida de memoria o dolores de cabeza y musculares, entre otros síntomas.

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