200 terremotos en un mes: qué está pasando en el suelo de Navarra
Es posible que se produzcan nuevas réplicas durante los próximos días, pero los expertos coinciden en que no deberían ser motivo de preocupación
La pasada madrugada estuvo llena de sobresaltos en Navarra. Dos terremotos —uno de magnitud 4,6 y otro de magnitud 4,4—, con epicentro cerca de Lizoáin y cuyas réplicas se alargaron hasta pasadas las 6:00 horas, sacudieron numerosos municipios de la Comunidad Foral e incluso llegaron a sentirse en Zaragoza, Huesca y La Rioja. No es el único movimiento sísmico registrado últimamente en la zona: el Instituto Geográfico Nacional (IGN) tiene constancia de, al menos, 200 temblores desde que comenzó el mes de septiembre, 68 en lo que va de semana.
¿Es normal que se concentre tanta actividad sísmica en un mismo lugar? Sí, lo que se lleva produciendo desde hace tiempo en Navarra es lo que los científicos conocen como enjambre sísmico, una sucesión de actividad sísmica que puede durar días, semanas o meses. "Estos implican la ocurrencia de un gran número de terremotos en un lugar muy concreto y en un periodo de tiempo muy corto, que es justamente lo que está ocurriendo", explica a El Confidencial el geólogo Nahúm Méndez. "No es la primera vez que ocurre en esta zona en las últimas décadas, y el origen de estos enjambres todavía está siendo discutido, ya que podría tener distintos orígenes y variar de una vez a otra".
En efecto, no es un fenómeno nuevo. En 1903, cuando Charles F. Ritcher apenas tenía tres años, los pamplonicas pasaron más de tres horas en movimiento; en 1923, el Ayuntamiento de la capital navarra se vio obligado a suspender varios actos de los Sanfermines por otro importante temblor de tierra; y en 1982, se sucedieron varios terremotos entre Puente la Reina y Pamplona, según cuenta en declaraciones a Efe el geólogo navarro Antonio Aretxabala. Más recientemente, ya en 2004, Lizoáin también tembló; y en 2013, hubo una "crisis sísmica" entre El Perdón y Etxauri.
Si se echa la vista aún más atrás, el área pirenaica ha sufrido cuatro grandes terremotos durante los últimos seis siglos, con magnitudes de 6 a 7 e intensidades de entre VII y X grados en la escala Richter. Aretxabala considera que el de esta noche es el enjambre más denso y de más intensidad en Navarra desde que hay registros: "Lo que hemos pasado esta noche en Pamplona, que ha temblado la ciudad varias veces, debe ser muy parecido a lo que vivieron en 1903, pero entonces no había sismógrafos y sobre todo no había ni escala de Richter".
No hay de qué preocuparse
Aunque España no sea uno de los países con más riesgo de sufrir un terremoto devastador, la actividad sísmica es frecuente en el sur y el sudeste peninsulares, dada la proximidad al punto de fricción entre las placas tectónicas africana y euroasiática. Un seísmo de dimensiones apocalípticas, producido en el océano Atlántico, destrozó Lisboa en 1755 y causó más de 100.000 muertos en ambos territorios ibéricos. Otro de los temblores más mortales tuvo lugar en 1884 y arrasó por completo el municipio granadino de Arenas del Rey. Sin ir más lejos, nueve personas murieron y más de 300 resultaron heridas en Lorca (Murcia) hace nueve años.
"Sabemos que en la zona hay algunas fallas activas, los accidentes geológicos donde se producen los terremotos, y que están relacionados con la colisión entre África y Eurasia, ya que muy cerca del epicentro de los terremotos se encuentran los Pirineos, formados precisamente por esta colisión, y cuando ocurren estos choques a gran escala, la transferencia de los esfuerzos puede llegar muy lejos de donde se produce precisamente esta colisión", aclara Méndez.
"En la zona, hay algunas fallas activas y muy cerca del epicentro se encuentran los Pirineos"
Es posible que se produzcan nuevas réplicas en Navarra durante los próximos días, pero en principio no deberían ser motivo de preocupación. "No tenemos que asustarnos, porque no va a haber terremotos catastróficos, puesto que las fallas no dan para cosas como las de Japón o las de California", argumenta Aretxabalan. "Tenemos fallas chiquitinas, muchas, muy pequeñas, vivimos en una zona en la que la corteza está muy fracturada. Es como una serie de fichas de dominó tiradas de forma horizontal encima de la mesa y, cuando mueves una, se mueven las de cerca, por eso es tan contagiosa aquí la sismicidad", ahonda.
La pasada madrugada estuvo llena de sobresaltos en Navarra. Dos terremotos —uno de magnitud 4,6 y otro de magnitud 4,4—, con epicentro cerca de Lizoáin y cuyas réplicas se alargaron hasta pasadas las 6:00 horas, sacudieron numerosos municipios de la Comunidad Foral e incluso llegaron a sentirse en Zaragoza, Huesca y La Rioja. No es el único movimiento sísmico registrado últimamente en la zona: el Instituto Geográfico Nacional (IGN) tiene constancia de, al menos, 200 temblores desde que comenzó el mes de septiembre, 68 en lo que va de semana.