Ten mucho cuidado con el Covid-19 si ya sufres estas enfermedades
El cornavirus SARS-CoV-2 causa más casos graves y fallecimientos en personas que sufren otras patologías, pero no están claros los mecanismos por los que sucede
Suele decirse, con ánimo de tranquilizar o como prueba de que el Covid-19 no es tan grave —aunque en mucha gente causará el efecto contrario—, que afecta más a las personas mayores y con 'enfermedades de base'. Sin embargo, poco se comenta acerca de esas patologías que pueden complicar la enfermedad causada por el virus SARS-CoV-2. El volumen de pacientes aún es escaso —salvo en China— para llegar a grandes conclusiones, pero desde el comienzo del brote se vio que muchos de los casos graves eran de pacientes con hipertensión, diabetes o enfermedades cardiovasculares.
Un estudio sobre las características clínicas de pacientes chinos, publicado la semana pasada en la revista 'The New England Journal of Medicine', indica que el 73,3% de los fallecidos tenía otras enfermedades o, dicho en términos médicos, presentaba algún tipo de comorbilidad. Los autores de este análisis comparan los datos con los de la epidemia de SARS, cuando los fallecidos que sufrían otras dolencias fueron el 46%, y con los del MERS (60%).
Estos coronavirus anteriores fueron más letales para la población general, sin necesidad de asociarse con otras enfermedades. En cambio, SARS-CoV-2 es inicialmente menos agresivo, por eso los expertos insisten en que en la mayoría de los casos los pacientes no fallecen 'por' coronavirus, sino 'con' coronavirus, porque su verdadero efecto ha sido agravar patologías preexistentes.
Pero, exactamente, ¿qué enfermedades nos vuelven más vulnerables ante el coronavirus? Un estudio publicado en la revista 'JAMA' el 7 de febrero ha servido de referencia para los expertos. Aunque solo incluía el análisis de 138 personas que habían requerido hospitalización, entonces era el más amplio sobre los perfiles de los enfermos y por eso el Ministerio de Sanidad lo incluyó en sus informes técnicos. El 46,4% tenía enfermedades crónicas de base: el 31,2% hipertensión, el 14,5% enfermedades cardiovasculares, el 10% diabetes, el 7% cáncer, el 5% enfermedad cerebrovascular y el 3% enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
De hecho, el procedimiento de actuación frente a casos de infección del ministerio incluye un formulario sobre los casos en investigación en que los facultativos deben notificar una lista de factores de riesgo y enfermedades de base que incluye estas dolencias, aunque le suma otras, como problemas hepáticos, renales o inmunodeficiencias (por ejemplo, VIH).
Un estudio más amplio y más reciente, también con pacientes chinos, rebaja un poco las cifras. Son 1.590 pacientes hospitalizados, de los que 399 (el 25,1%) tenían alguna comorbilidad. Con respecto al total de los pacientes ingresados, el 16,9% sufría hipertensión, el 8,2% diabetes y el 3,7% enfermedades cardiovasculares. Aunque la forma de clasificar las patologías y los porcentajes cambia, todos los estudios coinciden en cuáles son las enfermedades que más relación tienen con los casos graves de coronavirus.
Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) elaborado por una misión conjunta entre expertos chinos e internacionales habla, entre otras muchas cosas, del riesgo individual. Hasta el 20 de febrero, se habían confirmado 55.924 casos, de los que habían muerto 2.114. Analizando esos fallecimientos, el informe indica que la tasa de letalidad para personas con enfermedad cardiovascular llegaba al 13,2%. Para quienes sufren diabetes, era del 9,2%; para personas con hipertensión, del 8,4%; para los que tienen EPOC, del 8%, y en caso de cáncer, del 7,6%.
En general, los resultados no son muy diferentes a los de otras enfermedades respiratorias. Una investigación española publicada en 'PLOS ONE' hace justo un año alertaba sobre las complicaciones de la gripe (incluyendo diversos tipos). Los investigadores analizaron los casos de 1.726 pacientes que habían sido hospitalizados en Cataluña, de los cuales 595 (34,5%) ingresaron en la UCI y 224 (13%) fallecieron. El 76,3% sufría alguna comorbilidad y las más frecuentes eran las enfermedades cardiovasculares (29,4%), la EPOC (25,6) y la diabetes (25%).
¿Por qué sucede?
Algunos especialistas consideran que es demasiado pronto para estimar cuáles son los mecanismos por los que la infección provocada por el virus SARS-CoV-2 se puede combinar con otras patologías y ocasionar complicaciones graves o la muerte. “Hay estudios descriptivos que nos informan de las características que tienen las personas que han fallecido, pero no son análisis predictivos acerca de cuál de estas enfermedades específicamente hace que aumente la mortalidad, para eso hace falta más investigación”, explica a Teknautas Jesús Rodríguez Baño, jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Virgen Macarena de Sevilla.
En general, “la infección condiciona una descompensación de las enfermedades de base y se produce una respuesta anómala del organismo, que puede ser exagerada o insuficiente, pero los mecanismos patogénicos no se conocen bien”, apunta. Sin embargo, la cuestión está más estudiada en otras patologías con síntomas parecidos a los del Covid-19, especialmente en el caso del virus de la gripe. Según la Fundación Española para el Corazón, los pacientes cardiovasculares son un grupo de riesgo ante enfermedades respiratorias debido a un conjunto de mecanismos que los hacen más sensibles.
Por ejemplo, se ha comprobado que el virus de la gripe puede ocasionar inflamaciones que afecten a las arterias o al propio corazón, llegando a desencadenar infartos. Además, el simple hecho de que las vías respiratorias sufran una infección puede hacer mella en los pacientes con insuficiencia cardiaca por falta de respiración o ahogo, tanto en una situación de esfuerzo como de reposo.
Con respecto a la diabetes, esta enfermedad debilita el sistema inmune hasta tal punto de que las personas con tipo 2 tienen tres veces más probabilidades de ser hospitalizadas por la gripe. No obstante, “la diabetes es muy heterogénea, habría que ver si algunos tipos o fases más o menos avanzadas de la enfermedad condicionan la respuesta al coronavirus”, apunta el especialista.
El enigma de la hipertensión
El caso de la hipertensión, que aparece muy destacada en los estudios, es más curioso, porque no es un factor de riesgo claro en otras infecciones. “No sabemos si puede ser simplemente un hecho asociado, porque quienes la sufren son personas mayores y con otro tipo de enfermedades, o si tiene alguna relevancia en sí misma”, comenta el experto. No obstante, ya hay teorías acerca de este enigma. “El virus utiliza una molécula para entrar en las células, lo que se llama un receptor, y esa molécula se inhibe cuando se toman fármacos para la hipertensión. Por ahí podría haber algún tipo de relación, pero no tenemos información al respecto, es una idea completamente especulativa en este momento”, añade.
También llama la atención de los expertos que en los estudios del nuevo coronavirus no hay mucha incidencia de la inmunodepresión que pueden sufrir, por ejemplo, los pacientes de cáncer. “No se contabilizan muchas personas en tratamiento con fármacos que parezcan estar claramente inmunosuprimidas. No sabemos si no está reflejada esta variable o si la población sometida a estos tratamientos en China no es tan alta como aquí, pero también tenemos que analizar este tema”, comenta Rodríguez Baño.
Por otra parte, el hecho de que existan enfermedades de base no está relacionado con los pocos pacientes jóvenes que han presentado un cuadro grave o que incluso han llegado a fallecer, según este experto, que también es presidente de la Sociedad Europea de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas. “Esto ocurre siempre con las enfermedades virales, y más si son infecciones nuevas o emergentes. Pueden afectar a personas concretas que estén sanas y producir un cuadro inflamatorio pulmonar muy exagerado. Lo vimos con la gripe A y con el SARS, y ahora también en este caso. Para los jóvenes, que haya una enfermedad de base no parece determinante”, comenta.
En ese sentido, los datos sobre las enfermedades asociadas a los casos graves forman parte del estudio de la enfermedad y no deberían provocar alarma, según explica. “La edad es la variable más relevante”, apunta. En todo caso, las personas mayores que además sufran alguna de estas dolencias deberían extremar las precauciones relacionadas con las recomendaciones generales, como tener en cuenta la higiene de las manos o evitar los lugares con muchas personas.
La sepsis como causa final de fallecimiento
Otro aspecto relacionado con la mortalidad provocada por el nuevo coronavirus es la sepsis. “Es un síndrome muy inespecífico. Cuando una persona tiene determinados síntomas, como la hipotensión o el fallo de órganos vitales provocados por una infección, pasamos a calificar la situación como sepsis. Sin embargo, no es un cuadro diferente, estaremos ante una neumonía con sepsis”, señala el responsable del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Virgen Macarena de Sevilla, “y se habrá llegado a ese punto debido a la infección y a las demás enfermedades de base”.
No obstante, Marcio Borges, coordinador nacional del Código Sepsis, ha explicado en un artículo publicado por la Agencia SINC que ante un nuevo reto como el Covid-19, “una intervención precoz y más rápida es clave para salvar vidas”. Los pacientes afectados por el SARS-CoV-2 “acaban sucumbiendo a la desproporcionada respuesta defensiva que desencadena su propio sistema inmunitario y que conduce a un fallo multiorgánico”, pero España es uno de los países mejor preparados para afrontar esta situación, porque 150 hospitales tienen implantado el Código Sepsis, un protocolo de respuesta rápida para atender a los pacientes que sufren el síndrome y cuyo número se puede incrementar por la irrupción del coronavirus.
Suele decirse, con ánimo de tranquilizar o como prueba de que el Covid-19 no es tan grave —aunque en mucha gente causará el efecto contrario—, que afecta más a las personas mayores y con 'enfermedades de base'. Sin embargo, poco se comenta acerca de esas patologías que pueden complicar la enfermedad causada por el virus SARS-CoV-2. El volumen de pacientes aún es escaso —salvo en China— para llegar a grandes conclusiones, pero desde el comienzo del brote se vio que muchos de los casos graves eran de pacientes con hipertensión, diabetes o enfermedades cardiovasculares.