Una nueva terapia contra el cáncer podría evitar las recaídas

Un equipo de investigación ha creado un tipo de célulasCAR-T (células creadas en laboratorio para atacar células cancerosas) que es capaz de derrotar a las células que provocan la leucemia y el cáncer linfático y que está especialmente indicado para aquellos pacientes que recayeron tras tratamientos de inmunoterapia CD19.

Estas nuevas células podrían ayudar a los médicos a luchar contra los tipos de cáncer que se forma en las células B y evitar las recaídas de los pacientes afectados.

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Álvaro Hermida

Hasta la fecha, las células CAR-T se han revelado como una terapia muy eficaz para los cánceres de la sangreque se habían vuelto resistentes a los tratamientos estándar.

30% de recaidas

No obstante, hasta un 30 por ciento de los pacientes con tumores malignos de células B recaen en el linfoma tras el tratamiento con células CAR-T, en parte porque la eficacia de esas células T CAR, que apuntan a la proteína CD19 en células B cancerosas, comienza a desaparecer y el cáncer regresa.

Los experimentos en ratones han funcionado, ahora hay que probar en humanos

Investigadores del Instituto de Investigación Beckman de City of Hope (Estados Unidos) han diseñado células CAR-T que se dirigen a una proteína llamada BAFF-R, cuya expresión también se limita a las células B sanas y cancerosas.

Probaron sus células CAR-T orientadas a BAFF-R en ratones con células de linfoma humanas y encontraron que el tratamiento condujo a una completa regresión tumoral y una supervivencia a largo plazo del cien por cien en los animales.

Los resultados muestran que BAFF-R es un objetivo viable para los tratamientos con células CAR-T, aunque se necesitarán más experimentos para confirmar si las células tumorales podrían desarrollar resistencia al perder BAFF-R.

Optimismo

"Este nuevo tratamiento podría cambiar cómo se trata la leucemia y el linfoma en todo el mundo", ha señalado Larry Kwak, uno de los autores principales del estudio, a MedicalXpress.

La terapia con células CAR-T consiste en tomar las células T del torrente sanguíneo del paciente. Las células inmunitarias se diseñan genéticamente en un laboratorio para reconocer y atacar una proteína específica asociada al cáncer, como es la BAFF-R, y se reintroducen en el torrente sanguíneo del paciente, donde se ponen a trabajar destruyendo las células tumorales.