Margarita Salas: "En algunas ocasiones las mujeres nos hemos echado para atrás"

Siempre ha sido el gran referente de la mujer científica española e incluso de la investigación patria en general, pero al menos por hoy también es protagonista en Viena. Allí, ha recogido, a sus 80 años, el Premio al Inventor Europeo 2019 en la categoría ‘Logro de toda una vida’, convirtiéndose en la primera mujer española que lo consigue. Por si fuera poco, también se ha llevado el ‘Premio Popular’ gracias al voto del público.

La asturiana Margarita Salas (Valdés, Asturias, 1938), que continúa investigando en su laboratorio del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBMSO, centro mixto entre el CSIC y la Universidad Autónoma de Madrid), vuelve a marcar un hito científico. La patente de su método para amplificar el ADN y poder estudiarlo más fácilmente –utiliza la enzima phi29 ADN polimerasa– sigue siendo la más rentable de la historia del CSIC y ahora recibe más reconocimientos. Poco después de recoger sus nuevos galardones atiende a Teknautas por teléfono desde la capital austriaca.

[Radiografía de la patente más rentable de la historia de España]

PREGUNTA: El premio a su trayectoria parece lógico, pero la genética no es una disciplina fácil de comprender para el gran público. ¿Le sorprende que hayan votado por usted?

RESPUESTA: No me lo esperaba en absoluto, ha sido una sorpresa porque, además, no he hecho nada para pedirle a la gente que votase por mí.

P: Hablamos de premios a inventores. Si ya la ciencia ha sido muy masculina a lo largo de la historia, el mundo de la invención aún lo es más.

R: Entre los 15 finalistas había 12 hombres y 3 mujeres, así que efectivamente lo sigue siendo…

P: ¿Está cansada de que le pregunten por el papel de la mujer en la investigación?

R: Ya se está reivindicando, ahora tenemos muchas mujeres que se inician en investigación, haciendo tesis doctorales, y creo que seguirán su carrera investigadora y llegarán a ocupar los puestos que le correspondan de acuerdo con su capacidad y su trabajo. El papel de la mujer en la ciencia va a ir aumentando, quizá sin prisa, pero sin pausa.

P: Todo va cambiando, pero usted ha asegurado que sufrió discriminación en sus inicios.

R: Cuando yo empecé se pensaba que las mujeres no estábamos capacitadas para hacer investigación. Evidentemente, a mí se me discriminaba porque pensaban que yo no valía, pero salí adelante.

P: ¿Y se ha encontrado con muchos más casos a lo largo de su carrera?

R: Al principio las mujeres que hacíamos investigación éramos muy pocas, pero con el paso del tiempo poco a poco hemos ido aumentando. Ahora incluso hay más mujeres empezando. En un futuro, aunque sea lejano, espero que haya tantas como hombres en lo más alto de la ciencia.

P: ¿Y por qué no acaban de llegar y de romper el famoso ‘techo de cristal’?

R: Las mujeres hemos empezado tarde y llegar arriba cuesta trabajo. También en algunas ocasiones nos hemos echado para atrás en ciertos aspectos, como cuando nos ofrecían algún puesto más alto, de dirección. Creo que ahora ya pensamos que hay que seguir adelante.

P: En ese aspecto hemos mejorado un poco. ¿Y en la financiación de la ciencia española?

R: Cuando yo volví de Estados Unidos en 1967, después de estar tres años en Nueva York con Severo Ochoa, en España no había financiación para hacer investigación. Mi marido y yo pudimos empezar gracias a que nos trajimos una ayuda de allí. Después, el presupuesto fue aumentando poco a poco, pero ahora llevamos unos años que está bajo mínimos.

Hay que aumentar considerablemente la financiación para que todos podamos seguir adelante y sobre todo para que los jóvenes tengan la posibilidad de encontrar un puesto de trabajo. En España formamos muy bien a los doctores, aquí se hace muy buena investigación, pero el problema es que no encuentran trabajo. Si quieren seguir, tienen que salir al extranjero y no pueden volver.

P: Si usted volviera a empezar en estos tiempos, ¿volvería a irse o se quedaría en España?

R: Me volvería a ir a Estados Unidos. Yo creo que la etapa de formación posdoctoral en el extranjero es importante para todos, aunque ahora en España se hace muy buena investigación y no es absolutamente necesario salir fuera, aunque siempre es conveniente.

P: ¿Qué significa para un país contar con inventores?

R: Es importante. En España todavía escasean las patentes, hay poca cultura en este ámbito y es importante fomentarla y que seamos conscientes de que de la investigación básica surgen aplicaciones. En el caso de mi trabajo, estas aplicaciones no eran previsibles cuando empezamos, pero surgió una que ha sido totalmente útil y fantástica para la amplificación del ADN.

P: La secuenciación del ADN se puede aplicar a muchos campos, entre ellos, la medicina. ¿Cree que de alguna manera su contribución ha ayudado a salvar vidas?

R: Es una herramienta más de las que tenemos para hacer análisis genéticos. Cuando hay poca cantidad de muestra de ADN la podemos amplificar y producir millones de copias para poderlo analizar, secuenciar y estudiar. Esta técnica se usa también en estudios de tipo forense, criminológicos y paleontológicos. Realmente, ayuda mucho a poder estudiar el ADN.

P: ¿Los premios que le han concedido hoy también amplificarán su condición de referente en la investigación española?

R: Este premio es importante no sólo para mí, sino para la ciencia de nuestro país. Que se reconozca a una española como ganadora del premio de invención de la Oficina Europea de Patentes es una recompensa y anima a España a seguir en la senda de la inversión, la innovación y las patentes.

P: ¿Cree que veremos pronto algún Nobel español?

R: Ojalá, lo que pasa es que para tener el premio Nobel hace falta que haya una masa crítica y realmente todavía en España somos muy pocos por falta de inversión en investigación. Así pueden surgir pocos premios Nobel, pero tenemos un posible caso, por la tecnología de CRISPR/Cas, Francisco Mojica. Si dan el premio Nobel por esta técnica, quizá se lo den a él también.

P: Ya que hablamos de inversión, ¿tiene esperanzas de que algo cambie en política científica ahora que incluso se ha creado un ministerio de ciencia?

R: La esperanza es lo último que se pierde y yo, en general, soy optimista. El hecho de que se haya creado un ministerio es importante, porque alguien se sienta en el Consejo de Ministros para apoyar a la ciencia.

P: Y usted sigue trabajando. ¿Los científicos no se jubilan?

R: Yo creo que si los científicos no se quieren jubilar, no deben hacerlo. Es decir, yo no quiero una jubilación forzosa. El que quiera continuar investigando, si está en buenas condiciones físicas y psíquicas, no se debe jubilar, debe ser optativo. Ahora nos obligan a retirarnos a los 70 años y para poder seguir trabajando nos tienen que dar un permiso especial. Yo afortunadamente, lo tengo, la presidencia del CSIC me nombró profesora Ad honorem y puedo seguir investigando.

P: ¿Y aún nos puede sorprender con nuevos avances e invenciones?

R: En ciencia nunca se sabe, uno trabaja para obtener los mejores y más interesantes resultados que sea posible y no se puede predecir cuándo ni cómo llegará la novedad ni qué será, pero se trabaja para ello.