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Un geólogo español en el volcán Kilauea: "¿Miedo? ¡Si es lo mejor que me ha pasado!"
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Un geólogo español en el volcán Kilauea: "¿Miedo? ¡Si es lo mejor que me ha pasado!"

El volcán más activo de Hawái vive uno de los episodios más violentos de las últimas décadas mientras muchos habitantes se resisten a dejar sus casas

Foto:  El geólogo tras una fumarola del volcán hawaiiano (Daniel Pastor)
El geólogo tras una fumarola del volcán hawaiiano (Daniel Pastor)

Ríos de lava, chorros que alcanzan 70 metros de altura, decenas de casas arrasadas, evacuaciones, gases tóxicos, roca fundida, grietas y terremotos: desde finales de la semana pasada la erupción del volcán Kilauea, en la isla de Hawái, la mayor de todas las que forman el archipiélago del mismo nombre, ya está haciendo historia. Los expertos creen que puede ser comparable con algunos de los episodios de mayor duración, documentados en el siglo XIX.

En medio de todo el caos, un geólogo español se siente un espectador privilegiado. Daniel Pastor Galán investiga en la Universidad de Tohoku (Japón) y se encuentra en Hawái casi por casualidad. En realidad, sus estudios tienen que ver con la tectónica de placas y la geodinámica interna, en concreto, se centran en aspectos como las corrientes de convección del manto terrestre, que en última instancia están relacionados con la formación de volcanes. Sin embargo, la explicación de su presencia al borde del cráter durante los tres días previos a la erupción es más trivial: estaba de vacaciones con su mujer.

Desde Japón, Hawái es un destino “relativamente cercano, tan sólo ocho horas de avión”, que no son nada teniendo en cuenta que el archipiélago está en medio del Pacífico y sólo la costa norteamericana está algo más cerca. Por eso “insistí en que viniéramos de vacaciones, geológicamente es un destino de primer nivel mundial”, comenta desde allí en conversación con Teknautas.

El Kilauea es el volcán más activo de esta isla, aunque hay otros cuatro que también lo están y otros dos submarinos. Desde los años 70 no descansa, así que “fuimos, precisamente, porque el volcán estaba a punto de entrar en erupción, se había llenado el lago de lava del cráter hasta arriba, se estaba desbordando, así que tener la oportunidad de ver aquello iba a ser sensacional”.

placeholder El volcán fotografiado el pasado 6 de mayo (Reuters)
El volcán fotografiado el pasado 6 de mayo (Reuters)

El espectáculo de esos momentos previos “fue impresionante”, asegura el geólogo segoviano. “Nos acercamos a unos pocos cientos de metros del cráter y vimos cómo el lago de lava borboteaba. Aunque el volcán permanece activo, normalmente la lava queda mucho más abajo y no se ve nada, así que este cambio era un indicio de que la actividad era muy fuerte y de que podía entrar en erupción”, relata.

Y justo cuando sucedió se marcharon de la zona: “Comenzaron a evacuar gente, hablaban de unas 10.000 personas, porque se abrieron varias grietas de las que empezó a salir lava mientras el cráter la escupía, caía en carreteras y provocaba incendios en los bosques”. Por el momento, no hay víctimas.

La visión de un geólogo

Daniel Pastor investiga “hechos que ocurrieron en el pasado, hace cientos de millones de años, pero como geólogo ver la Tierra activa es interesantísimo. Ahora vivo en Japón desde hace año y medio, he podido vivir de cerca montones de terremotos, algunos meses uno a la semana y la gente me pregunta si me da miedo. Yo digo que todo lo contrario, me anima, me da energía. Pues esto es lo mismo. ¿Da miedo ver un volcán así? Si eres una de las personas que vive en la zona que han tenido que evacuar, supongo que mucho, pero si vas de visita, para mí que sucediera esto justo en los días que fuimos fue lo mejor que podía pasarme”, comenta ya a salvo en Oahu, la isla donde se encuentra la capital, Honolulu.

¿Da miedo ver un volcán así? Si eres una de las personas que vive en la zona que han tenido que evacuar, supongo que mucho

Dentro de los límites del Parque Nacional de los Volcanes “puedes pisar lava que se ha solidificado en las últimas semanas o en el último año, puedes estar tocando rocas y una parte de la isla que es nueva, que no existía hace unos pocos años y terrenos que se encuentran donde hace un siglo sólo había mar”. Todo ello da idea de la intensa actividad volcánica de esta zona, que sin embargo, no se había visto sorprendida por una erupción tan violenta en décadas.

Evacuaciones forzosas

“Los medios de comunicación están muy pendientes de las evacuaciones, los fuegos y los cortes de carreteras, pero aquí en Oahu la gente lo ve con distancia”, afirma. La isla grande tiene poco más de 10.000 kilómetros cuadrados y unos 180.000 habitantes, más o menos como si colocamos la provincia de Zamora en medio del Pacífico.

placeholder Daniel Pastor, en una puesta de sol hawaiana (D.P.)
Daniel Pastor, en una puesta de sol hawaiana (D.P.)

“No hay grandes ciudades pero la evacuación es un problema. La gente está muy ligada a su casita, no quieren irse, a algunos les han obligado y no ha sido fácil, se quieren quedar en casa incluso cuando ven la lava venir. Parece que el instinto de quedarte en tu casa y no perderlo todo es muy grande, el problema es que más tarde va a ser difícil incluso entrar con helicópteros porque se estaba quemando el bosque y estaban cortando las carreteras”, asegura Daniel Pastor.

Un “punto caliente”

En su estancia en las islas ha podido hablar con otros geólogos, más especializados en vulcanología y permanece atento al US Geological Survey, el servicio geológico de Estados Unidos, donde se puede seguir la erupción en tiempo real.

“Hawái es un punto caliente”, afirma, porque “se encuentra encima de una pluma mantélica, que son materiales que vienen desde el límite entre el núcleo y el manto y son zonas de la Tierra muy calientes. Hay investigadores que creen que esto tiene una relación con la tectónica de placas a largo plazo, lo que se corresponde más con mi línea de investigación, pero otros consideran que son estructuras distintas dentro de la Tierra que tienen que ver con su formación original”.

placeholder Foto de la erupción tomada por Pastor (D.P.)
Foto de la erupción tomada por Pastor (D.P.)

Según algunas teorías, estos 'hotspots' o puntos calientes podrían ser clave en la formación de supercontinentes como Pangea (asunto que forma parte de las investigaciones del geólogo segoviano) una idea que “provoca mucho debate en la actualidad”.

Un terremoto “distinto”

La erupción se vio acompañada por un terremoto de magnitud 6,9 el pasado fin de semana, el más fuerte registrado desde 1975. “Nosotros no lo sentimos, ya estábamos en Kailua-Kona”, un lugar de la misma isla, pero apartado del Kilauea. “Los terremotos en Hawái están muy relacionados con la actividad volcánica y son muy superficiales, en la zona del volcán se notan mucho, pero lejos de allí no, porque cuando el epicentro es poco profundo las ondas no viajan bien. En cambio, justo en el lugar donde se producen los daños pueden ser más graves”, destaca Daniel Pastor.

No obstante, “las casas están preparadas para la actividad sísmica, que es bastante constante y común, suele haber terremotos de 3 y 4 casi a diario” y en este caso “no parece que los daños relacionados con el terremoto fueran muy grandes”.

placeholder Un geólogo del USGS recoge muestras junto al volcán (Reuters)
Un geólogo del USGS recoge muestras junto al volcán (Reuters)

De hecho, “los temblores en Hawái son muy distintos a los de Japón, lo que tú notas es lo mismo, que la Tierra se agita, pero aquí está relacionado con la pluma, el material que viene del límite entre el núcleo y el manto, y con el vulcanismo en sí mismo, con cómo ese magma que se funde y que intenta salir va rompiendo la roca”.

Por el contrario, en Japón los terremotos están relacionados con la subducción de placas. “La placa del Pacífico o de Filipinas se meten debajo de la isla y por la fricción de una placa con otra producen terremotos por la rotura de la corteza o la litosfera. Aunque tus sensaciones sean parecidas, el origen es distinto”.

Ríos de lava, chorros que alcanzan 70 metros de altura, decenas de casas arrasadas, evacuaciones, gases tóxicos, roca fundida, grietas y terremotos: desde finales de la semana pasada la erupción del volcán Kilauea, en la isla de Hawái, la mayor de todas las que forman el archipiélago del mismo nombre, ya está haciendo historia. Los expertos creen que puede ser comparable con algunos de los episodios de mayor duración, documentados en el siglo XIX.

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