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Motivos por los que el plan de Trump para enviar astronautas a la Luna huele a humo
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¡y no a humo de cohete precisamente!

Motivos por los que el plan de Trump para enviar astronautas a la Luna huele a humo

Desde hace 30 años, todos los presidentes estadounidenses han elaborado su plan para retomar de alguna forma la carrera espacial. Analizamos a fondo el plan espacial de Trump

Foto: Trump firma ayer la directiva espacial (Aubrey Gemignani / NASA)
Trump firma ayer la directiva espacial (Aubrey Gemignani / NASA)

En una breve ceremonia que tuvo lugar ayer en la Casa Blanca, el presidente estadounidense Donald Trump firmó la Space Policy Directive 1, una orden presidencial que emplaza a a la NASA a enviar de nuevo misiones tripuladas a la Luna con la idea de, más adelante, poder ser los primeros en llegar a Marte.

"Es un gran paso adelante", dijo Trump, que contó con la presencia de astronautas legendarios como Buzz Aldrin o Peggy Whitson. Además de parafrasear a Neil Armstrong, la puesta en escena del plan tuvo en cuenta que ayer se cumplían 45 años de la última expedición tripulada a nuestro satélite, la misión Apollo 17.

Foto: El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sujeta un astronauta de juguete. (Reuters)

Fue la sexta y última vez que los seres humanos pisamos la Luna, y para Trump ya es suficiente. Sin embargo, los planes que detalló ayer eran inespecíficos y no abundaban en detalles. Estos son los motivos que hacen pensar en un artefacto propagandístico más que en una directiva bien asentada para volver al espacio.

Lo hemos visto antes

Dos veces y con dos presidentes republicanos al mando. La aspiración de liderar la conquista del espacio está enraizada en el carácter estadounidense.

El 20 de julio de 1989 tuvimos otra efemérides, en este caso los 20 años del aterrizaje en la Luna del módulo Apollo 11. El entonces presidente, George H. W. Bush, escogió ese día para lanzar la Space Exploration Iniciative, un plan para —a ver si lo adivinan— enviar humanos a la Luna y posteriormente lanzarse a la conquista de Marte.

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En lugar de la base lunar que planea Trump, lo que estaba en boga entonces era la Estación Espacial Libertad, una especie de nave nodriza de la que saldrían y entrarían los trasbordadores.

Unos 15 años más tarde, el 14 de enero de 2004, su hijo George W. Bush lanzó a su vez la Vision for Space Exploration, un documento base para el desarrollo futuro de misiones tripuladas a la Luna y a Marte. En este caso no se trababa de un aniversario, sino de una forma de combatir la mala reputación que el accidente del trasbordador Columbia había dado a la agencia aeroespacial un año antes.

De este plan de Bush hijo surgió el llamado Proyecto Constelación, una hoja de ruta para crear nuevas sondas espaciales, como la Orion, que pudieran transportar a los astronautas a la Luna o a Marte. Sin embargo, la administración Obama tuvo que cancelar el programa en 2010 a causa de los recortes en el presupuesto.

placeholder El módulo Orion, tal y como estaba diseñado (NASA)
El módulo Orion, tal y como estaba diseñado (NASA)

Ese ha sido el destino compartido de todos estos programas. Su falta de convencimiento político y de financiación a largo plazo acabó convirtiendo a ambos proyectos en sendos brindis al sol aunque, en su momento, ayudaran a elevar la popularidad de estos presidentes.

Ya hay planes para ello

El escenario más probable es, como detallan en este artículo de Ars Technica, que la NASA siga invirtiendo entre 3.000 y 4.000 millones anuales para reiniciar el desarrollo de su nuevo cohete, el Sistema de Lanzamiento Espacial, y la citada nave Orion, que desde el colapso del Proyecto Constelación la NASA produce a medias con la Agencia Espacial Europea.

Para cuando la NASA contara con suficiente presupuesto para construir la base lunar estaríamos en torno a 2027

Para cuando contaran con suficiente presupuesto para construir la base lunar estaríamos en torno a 2027.

Paralelamente, hace apenas un mes, la NASA firmó con la empresa Lockheed Martin un plan para construir una base en Marte mucho antes de esa fecha, en torno a 2021, con el objetivo de enviar a la primera cuadrilla de astronautas en torno a 2028 sin pasar por la Luna. Los primeros seres humanos se establecerían en el Planeta Rojo en la década de los 2030.

placeholder Elon Musk presenta sus planes para colonizar Marte en 2014 (Reuters)
Elon Musk presenta sus planes para colonizar Marte en 2014 (Reuters)

Además, en la carrera está también SpaceX. La empresa de Elon Musk planea llegar a Marte en torno a 2024, algo que en su momento dejó a la NASA circumspecta. Para la agencia, pasar por un satélite, ya sea el nuestro o Phobos, es indispensable para llegar a Marte: "Necesitamos aprender a operar fuera de la comodidad de la Tierra, no tendremos la oportunidad de aprender nada de eso si vamos directamente a Marte", dijo el año pasado Jason Crusan, director de la división de Sistemas Avanzados de Exploración de la NASA.

En resumen, el nuevo plan maestro de Trump para el espacio no mejora los que la NASA ya lleva tiempo desarrollando junto a empresas privadas del sector aeroespacial.

Salvo que, por supuesto, Trump ordenara doblar la inversión presupuestaria para la agencia.

Le quedan dos años de mandato

Cuando propuso enviar con seguridad a un hombre a la Luna, John Fitzgerald Kennedy lo hizo delante del Congreso de los Estados Unidos. Fue el 25 de mayo de 1961 y Kennedy dijo al resto de parlamentarios que, para superar a los rusos, tenían que lograrlo antes de que acabara la década. Necesitaba un apoyo total, de toda la cámara, y entonces lo obtuvo.

Hicieron falta ocho años y seis misiones Apollo (1, 7, 8, 9, 10 y 11) hasta lograr este objetivo. Antes incluso de lanzarlo, Kennedy consultó con su vicepresidente Lyndon B. Johnson y el entonces administrador de la NASA, James Webb. Para poder lograr un objetivo tan ambicioso como superar a la URSS en la carrera espacial, Kennedy no podía permitirse un paso en falso.

placeholder John Fitzgerald Kennedy fue el conseguidor de que EEUU entrara en la carrera espacial.
John Fitzgerald Kennedy fue el conseguidor de que EEUU entrara en la carrera espacial.

¿Qué ha cambiado con respecto a entonces? Ayer Trump hizo el anuncio como una orden ejecutiva del presidente, sin consulta previa a demócratas o republicanos y que comenzará cuando a Trump sólo le queden por delante dos años de mandato. En la industria aeroespacial, los tiempos de maniobra son muy amplios y es muy difícil que un sólo presidente, en el plazo de cuatro años, consiga dar un volantazo a las ambiciones espaciales que, a menudo, están planeadas para las próximas décadas y, como tal, requieren previsiones presupuestarias.

Hay dos factores más que juegan en su contra: el presupuesto del año fiscal 2019 aún no ha sido aprobado (se hará en torno a febrero de 2018) por lo que la NASA podría no contar con fondos adicionales para exploración lunar antes de 2021.

A diferencia de Trump, Kennedy llevó en 1961 su plan espacial al Congreso: necesitaba el apoyo de todos para mandar un hombre a la Luna

Además, la agencia no cuenta todavía con un administrador. La elección de Trump, el republicano Jim Bridenstine, está siendo puesto a prueba por el Senado, algunos de cuyos miembros critican que no sea un hombre de ciencia sino un político que, además, hizo en 2013 algún que otro comentario sospechoso sobre las causas del cambio climático.

En resumen, salvo que Trump repita un segundo mandato, sus nuevos planes espaciales son muy improbables.

No es lo más eficiente

Mucha gente se pregunta por qué no se ha vuelto a la Luna desde 1972.

Una de las razones, quizá la principal, es que costaría muchísimo dinero. La última vez que un presidente estadounidense, George W. Bush, lo propuso, el coste de volver a mandar un hombre (o mujer) a la Luna eran de unos 104.000 millones de dólares.

Hay muchos motivos para enviar otra misión tripulada a la Luna, pero en muchos casos podría hacerlo un robot o resolverse desde la ISS

Hay muchos motivos para enviar otra misión tripulada a la Luna, por ejemplo explorar los depósitos de hielo que nuestro satélite guarda en su Polo Norte. O construir radiotelescopios en la cara oculta que pudieran observar el universo sin interferencias terrestres.

Sin embargo, las preguntas que hay que hacerse son... ¿puede hacerlo un robot? O incluso, ¿puede hacerse desde la Estación Espacial Internacional? Y en la mayor parte de los casos, la respuesta es que sí pueden, y además no lo financiaría solamente Estados Unidos.

placeholder El primer rover lunar de la historia, el Lunojod 1 soviético (NASA)
El primer rover lunar de la historia, el Lunojod 1 soviético (NASA)

Enviar astronautas no es el camino más rápido para la exploración espacial, como bien saben los soviets, que solamente un año después de la hazaña de Armstrong, Aldrin y Collins enviaron a la Luna el primer robot explorador, Lunojod 1. Tres años después enviaron el segundo.

Recortaron dinero de exploración hace seis meses

Hace solamente seis meses, esta misma administración anunciaba un recorte de 561 millones de dólares para 2018 con respecto al año fiscal anterior. Aunque el administrador interino de la NASA, Robert Lightfoot, declaró que era un presupuesto continuista, no todos estuvieron de acuerdo.

El senador demócrata por Florida, Bill Nelson, criticó que "el presupuesto no va lo suficientemente lejos para NASA o para algunos centros espaciales", y se quejaba, en particular, de los recortes en tres áreas: ciencias de la Tierra, educación y... exploración.

placeholder El presidente estadounidense, Donald J. Trump recibe un muñeco astronauta tras firmar la orden ejecutiva en (Michael Reynolds / EFE)
El presidente estadounidense, Donald J. Trump recibe un muñeco astronauta tras firmar la orden ejecutiva en (Michael Reynolds / EFE)

Ahora, seis meses más tarde el enfoque parece haber cambiado por completo y la exploración será lo más importante.

Lamentablemente, sin apoyo de los congresistas o un presupuesto destinado para ello, el plan espacial de Trump parece enmarcarse en la saga de los Bush: proyectos exitosos a nivel propagandístico pero insuficientes en presupuesto o apoyo político para llevar al ser humano hasta su próximo límite planetario.

El plan de Trump se enmarca en la saga de los Bush: exitosos a nivel propagandístico pero insuficientes en presupuesto o apoyo político

En los próximos meses, de aquí a febrero, veremos si hay una voluntad real de cambiar las cosas para el presupuesto fiscal de 2019 o si el único cohete que Trump está intentando hacer despegar es el de su popularidad.

En una breve ceremonia que tuvo lugar ayer en la Casa Blanca, el presidente estadounidense Donald Trump firmó la Space Policy Directive 1, una orden presidencial que emplaza a a la NASA a enviar de nuevo misiones tripuladas a la Luna con la idea de, más adelante, poder ser los primeros en llegar a Marte.

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