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Orquesta, verbena y... drones: los pueblos españoles están jubilando a los fuegos artificiales
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YA HAY MEDIO MILLAR DE SHOWS AL AÑO

Orquesta, verbena y... drones: los pueblos españoles están jubilando a los fuegos artificiales

Los espectáculos con drones se han convertido en la gran alternativa a la pirotecnia de toda la vida. Solo este año, va a haber más de 500 shows en distintos puntos de España, y la gran mayoría ya tienen lugar en pueblos

Foto: Un espectáculo de Flock Drone Art en Lloret del Mar. (Cedida)
Un espectáculo de Flock Drone Art en Lloret del Mar. (Cedida)
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"Habíamos visto que lo habían hecho en Málaga, y la Costa del Sol es un referente turístico y siempre va algo por delante, así que nos interesamos por ello", responde Daniel Barbero, teniente alcalde de La Herradura, cuando le preguntan por el enjambre de drones que llegó a esta pedanía de apenas 5.000 habitantes, perteneciente a Almuñécar (Granada), el pasado marzo. Es uno de los cientos de pueblos españoles que está apostando por estos espectáculos como alternativa a los fuegos artificiales de toda la vida. Solo este año, habrá cerca de medio millar de exhibiciones de este tipo.

En el caso de La Herradura, la encargada de organizar el show fue Umiles, una de las dos empresas especializadas en estos espectáculos en España. Se trata de una compañía dedicada a distintas actividades con drones, desde seguridad a filmación, pero que en 2019 decidió abrir una línea dedicada a estas exhibiciones. "Nadie se imaginaba hacer shows con esto, salvo los frikis que estábamos mirando lo que ocurría en China y Oriente Medio, donde estaba ya muy avanzado", cuenta Ernesto Albacete, director comercial de la firma, en conversación con este periódico. El año pasado hicieron 150 espectáculos y este año ya van camino de alcanzar los 200.

Foto: Natalie Cheung.

San Agustín de Guadalix, un pueblo del norte de Madrid, fue el primer escenario en el que desplegaron su exhibición. "El alcalde estaba interesado y, por eso, conseguimos hacerlo. Hemos ido abriendo el camino, porque ni siquiera estaba regulado hacer espectáculos de este tipo", continúa Albacete. "Al principio, llamaba a ayuntamientos para ofrecerlo, y lo veían como algo raro, pero cuando salimos en programas como El Hormiguero o Got Talent, empezaron a llamarnos ellos". Y, claro, a más espectáculos, más visibilidad y más clientes. Entre ellos, Tamara Falcó, que los contrató para su boda, o las fiestas de El Pilar en Zaragoza.

"Nos ha ido muy bien, aunque más lento de lo esperado", explica por su parte Fran Arnau, fundador y CEO de Flock Drone Art. Esta empresa se fundó en 2019, pero el proceso para conseguir los permisos necesarios fue más lento de lo esperado, a lo que se sumó la irrupción de la pandemia. "Hasta finales de 2020, estuvimos en ascuas. A partir de ahí, el crecimiento ha sido bastante rápido, porque es algo muy visual, que funciona muy bien, aunque el boca oreja es importante", incide. En 2022, consiguieron superar el centenar de shows y, para este año, ya han duplicado esa cantidad. "A un ayuntamiento le interesa sobresalir sobre el resto", recuerda.

placeholder Los técnicos colocando los drones para un show de luces. (Umiles)
Los técnicos colocando los drones para un show de luces. (Umiles)

En realidad, los espectáculos de este tipo comenzaron hace ya una década, aunque más como experimento futurista para determinados eventos que como un servicio con recorrido comercial. El primer show tuvo lugar en Linz (Austria) en 2012, y fue obra de Ars Electronica FutureLab, que voló 49 drones. Desde entonces, las exhibiciones se han vuelto más complejas y se han extendido a más ámbitos, como las presentaciones de películas como Star Trek o Wonder Woman, la actuación de Lady Gaga en la Super Bowl o los Juegos Olímpicos de Tokio. Ya en 2021, Shanghái consiguió el actual record Guiness de este ámbito, tras coreografiar 3.281 dispositivos.

Este crecimiento de los últimos años, unido al abaratamiento de costes, ha hecho que localidades como los de Aranda de Duero (Burgos), Ubrique (Cádiz) o Guillena (Sevilla), entre muchos otros, se hayan fijado en estas exhibiciones para sus fiestas, a la vez que evitan o reducen la presencia de unos fuegos artificiales que cada vez son más cuestionados.

"Al final viene gente de toda la comarca"

"Contacté con la empresa y vi que entraba dentro de nuestro presupuesto, así que decidimos hacerlo, porque el coste era muy similar al de la pirotecnia", apunta Barbero, de La Herradura. En esta ocasión, el evento se enmarcó en las fiestas de San José, celebradas en marzo y no en verano, cuando la pedanía llega a duplicar su población. "Era para consumo local, aunque al final viene gente de toda la comarca y la costa", dice. ¿Qué tal fue la experiencia? "Fue un auténtico espectáculo, una maravilla a todos los niveles para un pueblo como el nuestro. Aunque lo veas en vídeo, no llegas a ver la magnitud y grandeza de cómo se crean las figuras en el cielo", responde.

El presupuesto de estos espectáculos empieza en los cuatro ceros, pero la cantidad se va elevando según las exigencias del cliente, como la duración —suele estar entre los 10 y 15 minutos— o número de drones empleados, que nunca baja del medio centenar. Por su parte, las empresas cuentan con determinadas figuras y movimientos prediseñados, pero que se pueden ir adaptando según el evento. "Siempre personalizamos la parte final del show, generalmente con el nombre de la ciudad", dicen en Flock.

Ahora bien, ¿cómo se coordinan decenas, cuando no cientos, de drones en el aire? "No es raro que nos pregunten si tenemos a un montón de personas controlando los drones", se ríe Albacete, de Umiles, cuando le preguntan por este asunto. Por supuesto, todo está automatizado. El primer paso es generar y colorear las imágenes del show con un programa de diseño tridimensional, similar al que se utilizará para una serie de dibujos animados.

Después, se calcula y establece la trayectoria que tiene que realizar cada dron. Y, por último, llega el espectáculo, para lo que se necesita casi una decena de trabajadores para el despliegue de los dispositivos, que se comunican con un sistema avanzado (RTK) de GPS, mucho más preciso que los convencionales, como los que usa tu móvil.

placeholder El espectáculo de Flock Drone Shoe en el Festival Ítaca, en Estartit. (Cedida)
El espectáculo de Flock Drone Shoe en el Festival Ítaca, en Estartit. (Cedida)

En ambas empresas, uno de los aspectos más llamativos es que ellos mismos son quienes fabrican los dispositivos. "Nosotros diseñamos el frame, las placas, los circuitos... Compramos a diferentes proveedores y ensamblamos y montamos todo nosotros", explica Arnau, de Flock. "El desarrollo es más largo, pero tienes control total sobre la máquina, porque puedes hacer actualizaciones y no depender de terceros si tienes un error o reparación. El servicio posventa es inexistente o con costes muy caros, así que salía más rentable así", apostillan en Umiles: "Solo lo usamos para nuestros servicios, pero en un par de años queremos comercializar un modelo".

¿Adiós a los fuegos artificiales?

En todo el mundo, ya hay cerca de medio centenar de empresas especializadas en espectáculos con drones, donde destacan nombres como Geoscan o Lumasky, además de tecnológicas como Intel, que apostaron hace años por este negocio. También hay otro factor en favor de estos vuelos, y es que cuestiones como el ruido, los incendios o la contaminación han estrechado el cerco sobre las celebraciones con fuegos artificiales. "Neutralizantes, oxidantes y aglomerantes se mezclan en la pirotecnia, además del perclorato de sodio que da propulsión al cohete, los metales pesados que aportan el color y los aerosoles que producen la detonación", criticaban hace unos años en Greenpeace.

Por su parte, las empresas de drones aseguran que no quieren ser competencia de los fuegos artificiales, pese a cumplir una función más que parecida. "No me gusta decir que se sustituyen, porque creo que podemos ser complementarios, al igual que con otras herramientas, como los láseres o las fuentes de luz. De hecho, en algunos casos trabajamos con pirotecnia también", dicen en Umiles, mientras que en Flock remachan: "No venimos a romper la pirotecnia, pero sí creo que va a ser algo que cambiará. Ahora mismo, nos programan como alternativa, en paralelo... Se convive bastante bien".

Foto: Fuegos artificiales en Dubai, Emiratos Árabes Unidos. Foto: EFE EPA ALI HAIDER

"Es algo que afecta mucho a personas mayores o con necesidades especiales, además de animales", comenta Barbero, de La Herradura, sobre la pirotecnia. No obstante, en esta pedanía granadina apostaron por contar también con fuegos artificiales, pero limitando su uso a la exhibición. "Antes se estaba desde primera hora de la mañana lanzando petardos y demás, y decidimos recortar con eso", comenta, a la par que reconoce que los drones también tienen ciertas limitaciones por ahora, como una mayor vulnerabilidad ante inclemencias meteorológicas como el viento. "También está la cuestión normativa, que curiosamente es mucho más restrictiva para el lanzamiento de drones", dice el teniente.

Ese es el obstáculo que quieren sortear ahora las empresas. Por ahora, los espectáculos de Umiles son de 300 drones, el máximo legal permitido en España. "Estamos intentando romper ese límite, porque países vecinos como Francia o Italia ya tienen espectáculos con 1.500 drones", explican, recalcando que ya cuentan con esa cantidad de dispositivos, repartida en distintos puntos —Canarias, Baleares y Península, además de Chile— para evitar grandes desplazamientos. En Flock, con una flota de 200 unidades, también están en trámites para conseguir más permisos mientras fabrican más dispositivos que les permitan hacer eventos simultáneos en distintos lugares.

Por ahora, Barbero aún no tiene claro si en 2024 seguirá habiendo pólvora en las fiestas de La Herradura. "La sensación general es que es el camino que debemos empezar a seguir", desliza.

"Habíamos visto que lo habían hecho en Málaga, y la Costa del Sol es un referente turístico y siempre va algo por delante, así que nos interesamos por ello", responde Daniel Barbero, teniente alcalde de La Herradura, cuando le preguntan por el enjambre de drones que llegó a esta pedanía de apenas 5.000 habitantes, perteneciente a Almuñécar (Granada), el pasado marzo. Es uno de los cientos de pueblos españoles que está apostando por estos espectáculos como alternativa a los fuegos artificiales de toda la vida. Solo este año, habrá cerca de medio millar de exhibiciones de este tipo.

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