Es noticia
¿Adiós a Las Fallas? La contaminación que hay detrás de los fuegos artificiales
  1. Medioambiente
  2. Ciudad
Una tradición que debe adaptarse

¿Adiós a Las Fallas? La contaminación que hay detrás de los fuegos artificiales

Los espectáculos pirotécnicos generan altos picos de contaminación por óxido nitroso, dióxido de azufre y micropartículas en suspensión que conviene evitar, por nuestra salud y la del medio ambiente

Foto: 'Mascletà' de Las Fallas en Valencia (Fuente: iStock)
'Mascletà' de Las Fallas en Valencia (Fuente: iStock)

El sector de los fuegos artificiales se enfrenta a un nuevo escenario, marcado por los requerimientos medioambientales, que exige un replanteamiento de su actividad. Las políticas municipales y las normativas internacionales sobre contaminación y calidad del aire ponen en jaque al sector, y las alternativas “limpias” como los drones o los juegos de luz láser se presentan como algo más que una alternativa descafeinada.

El pasado 1 de febrero las autoridades de Pekín prohibieron por primera vez los fuegos durante las celebraciones del Año Nuevo. El motivo era que la ciudad gozara de una buena calidad de aire para las ceremonias de los Juegos Olímpicos de Invierno que arrancaron tres días después. “Es incomprensible no permitir los fuegos. ¿Cuál es el motivo verdadero? Nuestras tradiciones más antiguas se están perdiendo", protestaba un internauta en Weibo (el Twitter de China) y recogía Reuters.

Foto: Niveles muy altos de contaminación en París. (Reuters)

Este principio de mes volvía a celebrarse la famosa mascletá de la plaza del Ayuntamiento de Valencia después de dos años de suspensión por la pandemia del covid. Muchos valencianos, cuenta Nicolás Magán, asesor técnico de la Asociación Española de la Pirotécnia (Aepiro), recibieron la carga de petardos entre lágrimas. “Se trata de un arte efímero y con una fuerte carga simbólica. En el sur de España o de Italia, por ejemplo, se usan tracas para homenajear a los difuntos. En Valencia se disparan cohetes cuando una novia sale de casa, y así en muchos lugares”.

Y es cierto, los espectáculos pirotécnicos tienen mucho de tradición: pero contaminan demasiado y su uso exige una revisión a fondo para que logren adaptarse a las nuevas normativas de protección ambiental.

Tal y como se señala en el estudio “Episodios de contaminación atmosférica recreativa: partículas inhalables de los fuegos artificiales”, los penachos de humo presentan un contenido elevado de metales como propelentes, oxidantes y/o estabilizantes. Los compuestos de potasio son dominantes en la pólvora (que es el propulsor de los fuegos artificiales) Los de bario pueden utilizarse como oxidantes y son útiles como estabilizadores y como agentes colorantes.el estudio “Episodios de contaminación atmosférica recreativa: partículas inhalables de los fuegos artificiales. Por último rtanto el carbonato cómo el nitrato se utilizan para crear efectos blancos o, en presencia de cloro, un color verde. Los nitratos y sulfatos de estroncio pueden utilizarse como oxidantes y, en presencia de carbonato, producen un color rojo.

placeholder Fuegos artificiales por el Año Nuevo Chino en Madrid.- EFE Víctor Lerena
Fuegos artificiales por el Año Nuevo Chino en Madrid.- EFE Víctor Lerena

Para Teresa Moreno, investigadora del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua del CSIC, este estudio, uno de los trabajos más mencionados a nivel internacional sobre la contaminación provocada por la pirotecnia, deja muy claro que "los fuegos articiales dan orígen a picos de contaminación por partículas en suspensión, óxido nitroso, dióxido de azufre y micropartículas" por lo que sería conveniente reconsiderar su uso para evitar situaciones de riesgo por contaminación ambiental.

A nivel internacional se han medido los efectos de diferentes celebraciones. Por mencionar algunos conocidos, en 2021 se publicó un estudio sobre la contaminación ambiental provocada por los fuegos del 4 de julio en el estado de California. “En el condado de Orange, los niveles de nanoparticulas presentes en el aire (PM2.5) aumentaron hasta tres veces más de lo normal, mientras que la contaminación en la ciudad de Los Ángeles se disparó 10 veces por encima de lo habitual”. En su apogeo, dicen los investigadores, estos eventos son comparables con la contaminación provocada por los incendios forestales. No estamos pues ante una cuestión menor.

Foto: Fuegos artificiales en Dubai, Emiratos Árabes Unidos. Foto: EFE EPA ALI HAIDER

Otro de los estudios más relevantes al respecto es el llevado a cabo recientemente por la Agencia Federal del Medio Ambiente de Alemania (UBA). Entre las conclusiones más relevantes está la de que “los fuegos representan casi el 1% de las emisiones anuales totales de micropartículas (PM10) y casi el 2% de las peligrosas nanopartículas (PM2.5)”. También en 2020, la Escuela de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York encontró niveles perjudiciales de plomo en dos de los 12 tipos de cohetes disponibles en el mercado. “Los experimentos con roedores y tejidos humanos mostraron que la exposición de los pulmones a las emisiones de partículas de cinco tipos de estos fuegos artificiales aumentaba significativamente la oxidación” dice el texto de su estudio.

La respuesta de los pirotécnicos

El sector no es ajeno a las preocupaciones medioambientales o las relacionadas con la contaminación acústica, reconocen desde Aepiro. “La pirotecnia tiene un 90% de componentes inertes y un 10% de componentes activos que son los que generan emisiones. Los inertes son sobre todo papel y cartón, aunque también se reciclan residuos de otras industrias como la cáscara del arroz. Hay materiales activos como los cloruros de mercurio y arsénico que se han sustituido”, explica Magán.

El 29 de febrero de 2020 se disparaba en la Marina de Valencia una de las últimas mascletás antes del confinamiento. Los medios la bautizaron como 'mascletá sostenible', porque el encargado de los fuegos, el famoso taller de Ricardo Caballer, consiguió reducir en un 70% los residuos utilizando el propio material pirotécnico como soporte.

Existe toda una corriente dentro del propio sector que apuesta por la sostenibilidad y trata de sustituir los compuestos contaminantes que provocan las explosiones y los espectaculares colores por otros inocuos para la salud y el medio ambiente. Se trata de la llamada Green pyrotechnics, sobre la que se han publicado varios estudios donde se propone eliminar los nitratos y los percloratos de las mezclas, entre otros compuestos tóxicos

placeholder Columna de humo en Valencia tras una 'mascleta' EFE Juan Carlos Cárdenas
Columna de humo en Valencia tras una 'mascleta' EFE Juan Carlos Cárdenas

Por otra parte cada vez son más las alternativas que se promocionan como alternativa ecológica y sostenible. Por ejemplo, en 2018 en EE UU se usaron drones y láseres durante el 4 de julio en zonas cercanas a las Montañas Rocosas para evitar incendios forestales. Alemania cuenta con zonas libres de fuegos para proteger la calidad del aire y las asociaciones animalistas presionan para que se prohíban totalmente los espectáculos pirotécnicos, porque el ruido desata el terror en los animales de compañía, provocándoles cuadros de estrés que pueden llevarles incluso a la muerte.

En nuestro país se han usado como alternativa vídeos en pantallas gigantes, luces proyectadas sobre vapor de agua, incluso en algunas localidades de Málaga se han celebrado castillos de fuegos artificiales con sordina. Ahora llega una última idea, la del artista Daan Roosegaarde, que quiere iluminar Bilbao con millones de chispas de luz biodegradables durante la Cumbre del Bienestar para el Cambio Social de junio. Estas chispas se moverán con el viento formando una nube de 50x30x50 metros.

Desde el sector se preguntan si recurrir a alternativas como llenar el cielo con un enjambre de vehículos aéreos no tripulados o disparar láseres hacia la bóveda celeste es más sostenible. ¿Se puede evitar la contaminación acústica sin renunciar a la esencia de este tipo de celbraciones? “Con los fuegos hay un efecto transitorio de exposición a partículas. Es cierto que son episodios puntuales pero emiten muchos contaminantes tóxicos”, dice la investigadora del CSIC Teresa Moreno.

“Se pueden usar drones, pero necesitas mucho más presupuesto. En cuanto al ruido, hay espectáculos que proponen fuegos sin explosión, pero el ruido es algo intrínseco. Las explosiones son las que determinan la altura a la que se verán los cohetes. No somos ajenos a la sensibilidad medioambiental y trabajamos con todo tipo de grupos de riegos para ver de qué manera convivir, pero hay espectáculos que son puramente de sonido como la mascletá. ¿De verdad vamos a prohibir una fiesta que ha sido declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco?” se pregunta Nicolás Magán desde su experiencia como asesor pirotécnico.

El sector de los fuegos artificiales se enfrenta a un nuevo escenario, marcado por los requerimientos medioambientales, que exige un replanteamiento de su actividad. Las políticas municipales y las normativas internacionales sobre contaminación y calidad del aire ponen en jaque al sector, y las alternativas “limpias” como los drones o los juegos de luz láser se presentan como algo más que una alternativa descafeinada.

Calidad del aire
El redactor recomienda