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Cafeteras a precio de iPhone: viviendo la fiebre del café de origen en primera persona
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Cafeteras a precio de iPhone: viviendo la fiebre del café de origen en primera persona

En los últimos años, se han popularizado unas cafeteras pata negra que prometen revolucionar la experiencia de prepararte un espresso en casa. Así ha sido vivir con una durante 30 días

Foto: Cafetera sobre fondo rosa. (EC)
Cafetera sobre fondo rosa. (EC)

Mi relación con el café ha sido esquizofrénica. Lo odié con ganas hasta que terminé en un trabajo en el que me tocaba currar desde las 8 de la tarde hasta las 4 de la mañana. En el proceso de adaptación a ese horario, abracé el brebaje en cuestión y lo cogí con gusto. Toleraba, siempre que llevara su chorrito de leche, cualquier café: el del bar, el de la máquina de la oficina, de cápsulas o de filtro.

Una vez dejé atrás ese periodo, con el paso del tiempo, empecé a interesarme más por la bebida. Me acostumbré a tomarlo solo, sin azúcar ni sacarina ni nada por el estilo. Cogí cierto gusto por el café de especialidad y caí en la costumbre de recorrer locales y tiendas para escuchar propuestas y descubrir nuevos sabores. En estos años he tenido cafeteras italianas cuya base he dejado completamente chamuscada. También caí, durante cierto tiempo, en el mundo de las cápsulas. Y también he tenido cafeteras de goteo. Pero nunca le había prestado demasiada atención al equipo a pesar de mi afición.

Existen desde hace un tiempo, pero se han vuelto especialmente populares en los últimos años

Sin embargo, hace poco llegué a casa de otro entusiasta del café. Vi en la encimera una enorme cafetera, del tamaño de una freidora de aire generosa, reluciendo en la cocina. Tenía la apariencia de un aparato que perfectamente podría estar en un bar o en un restaurante. Era una de esas máquinas semiautomáticas de última generación. Estas existen desde hace un tiempo, pero se han vuelto especialmente populares en los últimos años, en paralelo al auge que ha experimentado el café en este período.

placeholder El disco perfecto de café. (M. McLoughlin)
El disco perfecto de café. (M. McLoughlin)

Como saben quienes leen habitualmente esta sección, siempre estamos dispuestos a probar todo lo que se presente en nuestro camino, así que decidimos darle una oportunidad a una cafetera semiautomática. Concretamente, probamos una de Sage Appliances, una empresa especializada en estos y otros electrodomésticos. Durante un mes, nos prestaron uno de sus modelos estrella, la Barista Express Impress, para averiguar qué beneficios nos brinda meter una de estas cafeteras, que cuesta lo mismo que un iPhone, en nuestra casa.

Antes de entrar en materia, conviene hacer un pequeño repaso de los distintos tipos de cafeteras que podemos encontrar si queremos adentrarnos en este mundillo más allá de las clásicas de goteo, filtro, italiana o las de cápsulas. Básicamente son las siguientes:

  • Cafeteras superautomáticas. Lo más avanzado. Se encargan de todo y el usuario no tiene que hacer nada más que seleccionar el tipo de preparación que desea. Se encargan de moler los granos, cambiar el filtro, ajustar el tiempo y la cantidad de agua. Son las más caras y están pensadas para aquellos a los que les fascina un café bien preparado, pero no quieren complicarse con la preparación. Algunas incluso trabajan la leche y la dejan lista sin que tengas que hacer nada.
  • Cafeteras semiautomáticas. Como su nombre indica, solo personalizan parte del proceso, como el prensado o el tamaño de la dosis, entre otros. Algunos modelos incluso incluyen el molinillo o lo necesario para espumar la leche. Pero todavía hay que dedicarle tiempo para preparar el espresso. Con las cafeteras semiautomáticas, hay que tener varias cosas en cuenta. Lo primero es el precio. Es probable que sean las que tengan más variedad de modelos. Las cafeteras semiautomáticas son las que tienen más variedad. Aquí es importante fijarse en los bares de presión que pueden ejercer. El mínimo debe ser de 10 bares de presión. La mayoría ya supera holgadamente ese registro con 15. Las más avanzadas manejan hasta 20. Otra cosa interesante en la que fijarse es si el depósito de agua incluye filtro. ¿Por qué? Porque si vives en una zona donde el agua tenga un alto grado de cal, si no se filtra previamente, puede acabar dañando la vida útil de tu aparato.
  • Cafeteras manuales. Permiten controlar absolutamente todos los parámetros. Para aquellos muy dedicados a esta pasión. No basta únicamente con conocer el funcionamiento, sino también conocer en detalle el tipo de producto que estás manejando, ya que probablemente tendrás que utilizar la máquina de forma diferente.

¿Por qué entonces este modelo cuesta bastante más que otras? Por varias razones

La Barista Express Impress que estamos poniendo a prueba en esta ocasión es una máquina semiautomática. Pero de alta calidad, una de las más avanzadas y completas que se pueden encontrar dentro de su categoría. Es un auténtico capricho para los amantes del café. Lo de capricho se refiere a que su precio de salida es más de 800 euros. También hay que mencionar que lleva unos meses en el mercado, por lo que también es relativamente fácil encontrarla a un precio algo rebajado. Incluso ya hay sitios web de segunda mano que la venden a un precio considerablemente reducido, si no te importa recurrir a esa opción.

Decíamos que cafeteras semiautomáticas hay muchas y gran parte de ellas a precios mucho más modestos. ¿Por qué entonces este modelo cuesta bastante más que otras? Por varias razones. La primera es su calidad de construcción. Se nota desde que la sacas de la caja. Cuenta con un diseño elegante. Es como si en Sage hubieran tomado una de esas cafeteras con encanto que tienen algunos locales y la hubieran reducido para que quepa en la encimera o en una esquina de la cocina. Ojo, tampoco es diminuta. Ocupa 41 centímetros de alto, 38 de ancho y 33 de profundidad. Además, en los laterales cuenta con dos controles físicos (una palanca y una rueda), así que es recomendable dejar algo de espacio para poder utilizarla cómodamente.

placeholder Has logrado la dosis perfecta. (M. McLoughlin)
Has logrado la dosis perfecta. (M. McLoughlin)

El material escogido para la construcción es acero inoxidable con un acabado pulido en la mayor parte de la máquina. Se trata de un acabado bastante agradecido, ya que se ensucia menos y no es un imán para las huellas. Si vienes de una cafetera de filtro o de cápsulas, te puede abrumar ver tantos LED, botones y opciones en su parte frontal. Sin embargo, lo cierto es que es fácil acabar cogiéndole el tranquillo.

Además de la máquina en sí, en la caja encontramos el portafiltro de 54 mm y un total de cuatro cestas de filtro. Tenemos dos tipos de filtros. Uno pensado para utilizar con café molido justo en el momento y otro para café molido previamente. En ambos casos, contamos con dos unidades de diferente capacidad por si queremos hacer una taza o dos tazas al mismo tiempo.

También encontramos una jarra de leche (de acero) para utilizar con la varita de vapor y así poder preparar un buen café con leche o un cortado con su espumita sin tener que calentar por separado ni utilizar ningún accesorio extra para conseguir la espuma. Otra cosa que trae incluido es el filtro para colocar en el depósito de agua situado en la parte trasera, de 2 litros de capacidad. Completa el conjunto una serie de utensilios para el mantenimiento y la limpieza de la máquina.

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Sage Barista Express Impress
Compra por 782€

En la parte superior de la máquina tenemos el depósito del molinillo. Un molinillo que tiene una capacidad de 250 gramos. Es una medida bastante estándar en lo que se refiere a los paquetes que venden las tiendas de especialidad. Por cierto, la tapa del molinillo tiene un sistema hermético, algo interesante para que el café se mantenga en mejores condiciones.

Fue muy intuitivo ponerla en funcionamiento una vez que las reservas de café estaban completas. Cuenta con un botón de dosis que activa el mecanismo para moler los granos. Tendremos que indicar qué tipo de filtro estamos utilizando y para cuántas tazas. Una vez ha servido la ración, lo que tienes que hacer es bajar la palanca hacia abajo. Una palanca que ejerce una presión de 10 kilos para lograr un disco de café perfectamente compacto y plano para obtener el espresso perfecto. Cuando lo haces, automáticamente se activa un indicador que nos muestra si la dosis es escasa o es demasiado.

Cuando lo consigues, se muestra una cara sonriente que nos indica que ya está listo. Estas dos características, la palanca que imita el golpe de un barista y el sistema de dosificación inteligente, son la tecnología que la marca ha bautizado como tecnología Impress. Muchas veces no te bastará con bajar la palanca una vez, sino que tendrás que repetir el proceso un par de veces para lograr que todo esté a punto. Aunque hay que dedicarle un poco de tiempo, resulta más rápido y, sobre todo, más eficaz que lo que venía haciendo yo todas las mañanas.

placeholder La cafetera de Sage. (M. McLoughlin)
La cafetera de Sage. (M. McLoughlin)

Una de las cosas que nos permite controlar esta Sage Barista Express Impress es cómo vamos a moler el café. Siempre podemos optar por el modo automático y dejar que la máquina decida por nosotros. La molienda básicamente depende del tiempo de extracción del café. Si no sabes qué significa esa expresión, se podría resumir como el tiempo durante el cual el café va a estar en contacto con el agua. En una cafetera de estas características, por norma general, el tiempo de elaboración es corto, unos 30 segundos. Por esa razón, el grano se debe moler más fino, por ejemplo, que si estamos utilizando una cafetera italiana o si estamos haciendo cold brew (infusión en frío), donde el café debe presentarse de forma más gruesa.

En este sentido, te doy dos consejos. El primero es que confíes en el modo automático si no tienes suficiente conocimiento. Si te dejas llevar por la máquina, podrás obtener un buen espresso con su adecuada dosis de espuma de manera consistente. Una vez adquieras más experiencia, será el momento de experimentar. Yo he estado experimentando varios días con los diferentes grados de molienda. A mí particularmente, me gusta el café que se siente algo más espeso, más denso y muy corto. Para eso, lo recomendable es ir a un nivel alto (el máximo es 25), alrededor del 19 o 20.

Sin embargo, si prefieres algo muy ligero y un poco más largo, deberías ir a un nivel más fino. Lo recomendado por el fabricante, si no te gustan las pruebas, es optar por algo intermedio, alrededor del 15 o 16. Una vez lo pones en funcionamiento, es cuestión de esperar unos segundos mientras la máquina hace el café. El sonido es similar al ruido que provoca una máquina de cápsulas. No me ha parecido nada exagerado.

placeholder La jarra para los amantes del café con leche. (Foto: M. McLoughlin)
La jarra para los amantes del café con leche. (Foto: M. McLoughlin)

Esta cafetera no nos permite experimentar con la temperatura del agua, sino que por norma general la calienta a 93 grados antes de proceder a la preparación. La sensación que tengo es que la entrega en un punto muy bueno, caliente pero sin excederse. Como recordatorio, es capaz de preparar una o dos tazas simultáneamente. Yo, como suelo tomar un café solo doble, he utilizado el sistema para preparar dos cafés, pero he utilizado una única taza.

En resumen, mi conclusión es que si le dedicas cierto cuidado y atención a la dosis, a la molienda y a la materia prima, es muy probable que tampoco eches mucho de menos ese café de tu local de referencia. ¿Qué pasa con el café con leche, el capuchino o el cortado? Ahí entra en juego la varilla para calentar la leche y la jarra. Alcanza hasta 130 grados de temperatura, lo que te da para servir la leche muy caliente y hacer mucha espuma. La intensidad se regula fácilmente desde un costado. Yo no estoy tan acostumbrado a tomarlo ni prepararlo así, pero he tenido éxito en estas semanas con algún invitado, que ha quedado gratamente sorprendido por la presentación. Lo de hacer la figura de una flor o un corazón depende ya de la destreza de cada uno. En mi caso, nula.

Hasta aquí, mis impresiones con mi primer contacto con una cafetera de alta calidad como esta. ¿Es cara? Depende. Creo que si te gusta el café preparado con atención y calidad, y estás dispuesto a dedicarle algo de tiempo al proceso, puede ser una buena compra para tener en casa. También hay que tener en cuenta el acabado premium, ya que esas características siempre aumentan el costo. Sin embargo, si eres de los que valora la rapidez por encima de todo o no consumes café diariamente, no le vería sentido ni a esta compra ni a ninguna similar. Quizás una cafetera de cápsulas te resuelva la situación. Si eres un entusiasta y te gusta controlar hasta el último parámetro y detalle, es posible que tengas que optar por algo mucho más especial.

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Mi relación con el café ha sido esquizofrénica. Lo odié con ganas hasta que terminé en un trabajo en el que me tocaba currar desde las 8 de la tarde hasta las 4 de la mañana. En el proceso de adaptación a ese horario, abracé el brebaje en cuestión y lo cogí con gusto. Toleraba, siempre que llevara su chorrito de leche, cualquier café: el del bar, el de la máquina de la oficina, de cápsulas o de filtro.

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