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Nunca pensé comprar esta marca por el precio, pero esta barra de sonido es diferente
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NO ES PERFECTA, PERO ES MUCHO MÁS BARATA

Nunca pensé comprar esta marca por el precio, pero esta barra de sonido es diferente

Aunque ya había experimentado en el terreno de los productos asequibles, Sonos parecía una marca inalcanzable para presupuestos cortos. Su nuevo dispositivo enmienda este extremo. Lo probamos a fondo

Foto: Imagen de la Sonos Ray en blanco. Foto: EC.
Imagen de la Sonos Ray en blanco. Foto: EC.

Es cierto que Sonos ya había experimentado con algún producto 'asequible', pero no es menos cierto es que este fabricante no había conseguido quitar el aura de ser un tanto inalcanzable para aquellos con un presupuesto corto. Algo así como Apple y los móviles, pero en el mercado de los equipos de audio. Muchos a mi alrededor se quedaban bastante impresionados cuando venían a casa y estaba probando uno de sus altavoces o una de sus barras de sonido. Pero al conocer el precio rápidamente la idea de hacerse con una de ellas se les quitaba de la cabeza.

Pero ahora esta casa de sonido, fundada hace ya 20 años (aunque aquí esté comenzando a ser realmente en los últimos tres o cuatro años), ha conseguido un dispositivo que realmente puede convencer a muchos de los que reniegan de sus productos por lo económico. El invento en cuestión se llama Sonos Ray y se trata de una barra de sonido asequible.

Foto: Vista de tres de los altavoces expuestos en la prueba. (EC Diseño)

"¿Y eso es cuánto es?', estarán pensando muchos de ustedes. Menos de 300 euros. Ahora es cuando cogen y se marchan de esta pagina y se ponen a leer cualquier otra pieza del periódico mientras maldicen mi nombre. Pero la realidad es que esta barra de sonido resulta barata en comparación con su modelo estrella, Arc (cuesta casi mil euros); o su modelo más modesto, la Beam 2, que cuesta 499 euros. ¿Cómo de buena es Ray? Si lo que te importa es tener un buen sonido, no vas a encontrar nada mejor por su precio o menos. En este aspecto, es una faena de aliño muy bien rematada.

Lo perfecto que se puede ser a 299€

Eso sí, Sonos Ray no es un producto que tenga ese toque para parecer perfecto a todos. Ninguno en el fondo tiene eso. Aquí, además, concurre una circunstancia muy especial: que el que está metiendo el bisturí es alguien que no está acostumbrado a hacerlo para tirar los precios a la baja. He podido probar esta barra, recientemente presentada, durante 10 días con el fin de conocer lo mejor, lo peor y por qué deberías (o no) ponerla en tu salón.

placeholder Sonos Ray. Foto: M. McLoughlin
Sonos Ray. Foto: M. McLoughlin

Vayamos a lo básico: el aspecto exterior. Es una barra de sonido relativamente pequeña. No es tan compacta, por ejemplo, como la LG Eclair (que prácticamente es una pastilla) pero es notablemente más pequeña que las otras que ha lanzado la marca. Mide poco más de 55 centímetros de largo. Y de alto se queda en torno a 7. La profundidad es de menos de 10 centímetros.

Su diseño es sobrio y correcto, aunque no oculta ni pretende hacerlo que es un dispositivo de menos quilates. Utiliza el plástico como ingrediente básico del armazón, que tiene extremos redondeados. No hay mucho más misterio. Está disponible en negro y blanco mate. No es algo que le penalice. En muchas ocasiones, uno va perfectamente vestido para la ocasión con una camiseta básica y un vaquero, por muy sencillo que sea el conjunto, pues aquí lo mismo.

Obviamente, si quieres un producto 'lifestyle' no te encaje en lo que tengas en la cabeza, pero eso también te obligue a dejarte un dinero mucho más alto. Aquí tenemos un diseño funcional. Encaja en múltiples ambientes, aunque no sea una obra maestra. Es estrecho y cabe fácilmente en un pequeño espacio delante del televisor, sin molestar a la visión. El tamño va como un guante a teles de 43, 50 o 55 pulgadas.

placeholder Sonos Ray. Foto: M.McLoughlin
Sonos Ray. Foto: M.McLoughlin

Además, es estable y gracias a su acabado y las pequeñas patas que incluye en la parte inferior, que absorben los movimientos y reduce las vibraciones para que estas no distorsionen el sonido. Una de las cosas de las que prescinden aquí es del micrófono. Los controles táctiles se limitan a los de volumen y play/stop de la parte superior. Eso no te permitirá utilizar Assistant, Alexa o el propio asistente de voz que ha creado Sonos (de momento, solo disponible en inglés). Pero ya ve usted. Qué perdida. Al que le interese y sea usuario de estas herramientas probablemente tenga ya más de un altavoz de Amazon o Google en casa. El que sea un hater se quita un micrófono de casa. Y a la mayoría de posibles compradores le dará igual.

¿Dónde está mi HDMI?

Ese sacrifico, por llamarlo de alguna manera, es menor. Pero hay otros. El primero, algo curioso se esconde en la parte trasera. En el hueco donde tenemos la toma de corriente, el puerto ethernet o el botón que sirve para sincronizar la barra con la app de Sonos, que es la que gobierna el sistema. Conviene recordar que la mayoría de equipos de la compañía (salvo el Roam y el Move, que también ofrecen conectividad BT) utilizan el wifi para conectarse a Apple Music, Tidal, Spotify, TuneIn... Pues en ese hueco donde encontramos esas conexiones no encontramos, sin embargo, HDMI. Desde el punto de vista de los componentes, este quizás se el recorte más llamativo y el que más dudas pueda suscitar. El apéndice que unirá nuestra barra con la televisión que tengamos es un conector óptico. Un método de entrada olvidado por muchos pero que tiene una extensa implementación, tanto en modelos asequibles, como en modelos más antiguos.

Si no tiene Atmos, la ausencia de HDMI es un poco insignificante

La ausencia del HDMI es simplemente el efecto físico de otros de sus sacrificios: la ausencia de Atmos, el sistema de audio espacial por objetos de Dolby, que queda reservado al menos para Beam. Tiene soporte para digerir Dolby Digital, DTS y sonido estéreo PCM. No hay piezas que escupan el sondio hacia los laterales como ocurre con los modelos más caros. Por eso la rejilla del Sonos Ray apunta hacia la parte frontal. Hay una buena noticia. Permite montar un sistema 5.1 y añadirle un Subwooffer de la marca. Probablemente haya novedades en torno a esto, porque en los mentideros especializados se habla de que pronto veremos un 'Sub Mini', más barato que el modelo estándar, para aquellos que quieran un extra en los bajos sin dejarse un auténtico dineral.

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¿Se nota la pérdida de Atmos?. Depende como tengas de entrenado el oído. Es cierto que para experimentar la experiencia completa necesitas altavoces en el techo. Lo que hacen barras de sonido como Beam es apoyarse en paredes y techos para que rebote el audio rodeando a los usuarios y dando esa sensación inmersiva. Pero esta virtualización tiene sus límites. Vas a perder punch, pero lo bueno es que Ray se puede emparejar con un par de Sonos One SL (180 euros aproximadamente cada uno) o con dos Symfonisk para crear audio inmersivo.

Es más, si alguien me pregunta si se compra el Beam de segunda generación, que cuesta 500 euros: o combina un Ray y dos Sonos One SL por algo más de cien euros, le recomendaría esta segunda opción. Especialmente si además de un complemento para su tele busca un buen equipo para buscar música ¿Por qué? Con esta combinación, tendrás un buen equipo para disfrutar de tus artistas y temas favoritos en casa. La diferencia con Atmos es percicible, sí, pero muchos usuarios van a apreciar y sacar más provecho a tener 3 equipos que uno que simule el efecto de Dolby Atmos. Habrá a quien la cuenta corriente le de igual y vaya a por el pack completo.

placeholder La barra de sonido, por su parte de atrás. Foto: M. McLoughlin
La barra de sonido, por su parte de atrás. Foto: M. McLoughlin

Tele pero también música

Pero, a la hora de la verdad, muchos utilizarán el Ray como único interprete y no en equipo. Incluso de esa manera, puede servir como un muy buen equipo de música. Yo la he probado la mayoría del tiempo con la tele que tengo en la habitación (43 pulgadas) y cuando he querido utilizarla para escuchar música ha llenado de sobra la habitación, manejándose sorprendentemente bien con los bajos para ser el equipo que es. Es decir: no es un equipo pensado, por sus piezas, para sonar contundente en las frecuencias más bajas. Pero hace un buen papel y teniendo en cuenta su desempeño en el resto de frecuencias, el sabor de boca que deja es bueno. Temas como 'ItíIt´s You' (Sezairi), 'Sunset' (Davichi), 'Uncle Blue' (Leifur James), 'Thriller' (Michael Jackson), 'Too many drugs' (Rigoberta) o 'Maravillos' (Sidonie) suenan con contudencia y bastante claridad.

Esto se logra gracias a un sistema 3.0. Un resumen rápido de las diferentes partes que le componen esta barra: la zona centro y los laterales se reparten 4 amplificadores (de clase D), dos midwoofers así como dos tweeters. Eso se jalona un sistema pasivo de reflexión de graves, que ayuda a crear esa contundencia de las frecuencias más graves sin estropear la reproducción ni hacerla demasiado artificial.

placeholder Sonos Ray, discreta y bajita. Foto: M. McLoughlin
Sonos Ray, discreta y bajita. Foto: M. McLoughlin

Pero cuando esta Sonos Ray llama la atención, de verdad, es cuando la utilizas para ver películas y series. 'Stranger Things 4', entre otras producciones como 'Separación' (Apple TV +) o 'Deadwood' (HBO Max), se ha apoderado de mi habitación, hasta el punto de que he tenido que bajar el volumen cuando he tenido probado a emparejar la barra con dos Sonos One SL, porque en absoluto me esperaba que pudiese llenar así la estancia. Por las noches he recurrido al modo nocturno, que suaviza la reproducción, dejando los diálogos como protagonista pero amortiguando los sonidos más escandalosos para no molestar al personal. También tiene un modo diálogo, pero no me he visto en la necesidad de activarlo. Creo que, por norma, cumple muy bien a la hora de poner las voces en el frente, en primer plano y darle el protagonismo a cada elemento acústico cuando toca. RInde tan bien en este aspecto que refuerza mi idea de que puede hacerle sombra a su hermana mayor y ser una excelente compra si se sabe cuáles son sus renuncias y lo que se busca.

La ausencia que más me ha agotado

El Ray se puede controlar con el mando de la tele si la tele tiene un control con infrarrojos. Si funciona únicamente con BT o radiofrecuencia es probable (hay algunas excepciones de marcas como LG o Samsung) que tengas que acabar controlándola de la misma manera que hay que controlar la reproducción musical: con la app. No es una molestia mayúscula, porque al fin y al cabo el móvil es algo que tenemos a mano constantemente y es cuestión de 5 segundos. Pero por 300 euros se les puede pedir que funcionen con controles BT.

Creo que con esto acaba mi radiografía del Sonos Ray. Como digo me ha parecido un equipo súper equilibrado y para quien busque fidelidad en el sonido y en la reproducción del audio de las películas y series es una gran opción asequiible. El problema es que cuando más abajo compites, más rivales te salen. Es probable que no te salgan rivales en la calidad de sonido, pero si en la versatilidad. Hay opciones de Denom, Sony o Samsung que te incluyen , por algo menos de precio, un 'subwoofer' inalámbrico.

placeholder Vista del Sonos One SL, un complemento perfecto para esta Ray. Foto: M. Mc
Vista del Sonos One SL, un complemento perfecto para esta Ray. Foto: M. Mc

Y habrá gente que preferirá tener la estridencia y la contundencia a cambio de perder fidelidad, algo que también puede ocurrir cuando intentas atraer a la gente por el precio. Ray tiene el añadido de que ofrece capacidades wifi que otros no y que a través de su app se puede reproducir música de múltiples servicios fácilísimamente, así como compatibilidad con AirPlay 2. Pierde, sin embargo, las capacidades de BT que otros ofrecen. La otra ventaja del Ray es que es una esquina de un gran puzle como el de Sonos, que con el tiempo puedes escalar y completar creando un sistema multiroom.

Sonos Ray (299€)

Sonos One SL (179€)

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Es cierto que Sonos ya había experimentado con algún producto 'asequible', pero no es menos cierto es que este fabricante no había conseguido quitar el aura de ser un tanto inalcanzable para aquellos con un presupuesto corto. Algo así como Apple y los móviles, pero en el mercado de los equipos de audio. Muchos a mi alrededor se quedaban bastante impresionados cuando venían a casa y estaba probando uno de sus altavoces o una de sus barras de sonido. Pero al conocer el precio rápidamente la idea de hacerse con una de ellas se les quitaba de la cabeza.