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El 'cerco de acero' con el que Rusia puede aplastar a Ucrania si la OTAN no lo remedia
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Una abismal diferencia

El 'cerco de acero' con el que Rusia puede aplastar a Ucrania si la OTAN no lo remedia

Si Rusia ataca a Ucrania, la desigualdad de fuerzas es tan brutal que solo una intervención de la OTAN podría frenar una guerra global

Foto: Piezas de artillería lanzacohetes BM-27 Uragan. (Russian MinDef)
Piezas de artillería lanzacohetes BM-27 Uragan. (Russian MinDef)
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La escalada de tensión entre Rusia y Ucrania está alcanzando unos niveles en los que ya se habla abiertamente de "guerra" y de "invasión". Es una zona que se ha convertido en un foco de inestabilidad que, al igual que les ocurre a algunos volcanes, alterna periodos de falsa calma con los de gran actividad. Eso es justo lo que ocurre ahora en Ucrania, está a punto de entrar en erupción y, aunque hay factores externos que van a ser determinantes, todo parece sentenciado. Si Rusia ataca, la desigualdad de fuerzas es tan brutal que solo una intervención de la OTAN podría frenar una guerra global.

De la escalada verbal se ha pasado a los hechos. De las grandes maniobras en el mar Negro y el mar de Azov, con macroejercicios de fuerzas de desembarco —algo que todos sabemos tiene una parte de adiestramiento real y otra parte de "cara a la galería"— se ha pasado a movimientos reales, a concentración de fuerzas. Ahora hablamos de acumulación de recursos listos para entrar en acción. Eso es lo que está ocurriendo en la frontera ucraniana.

Foto: rusia-invasion-ucrania-otan

Es innegable que Rusia está trasladando tropas. Cada día se identifican nuevos movimientos y nuevas unidades desplazadas a la zona. Está confirmado, por ejemplo, que se ha movilizado una gran parte del 41 Ejército de Fuerzas Combinadas con base en Novosibirsk (Siberia), una potente agrupación que incluye ocho brigadas más un regimiento especializado en guerra NBQ (nuclear, bacteriológica y química). Se trata de una unidad que no había sido movilizada con anterioridad a tanta distancia de su base, que se encuentra a unos 3.400 de Moscú y a casi 4.000 km de Ucrania, dato muy significativo.

placeholder Piezas autopropulsadas Msta. (TASS)
Piezas autopropulsadas Msta. (TASS)

Una parte del 41 Ejército, según informaciones de la inteligencia norteamericana, se habría instalado en Yelnya, una ciudad a unos 260 km de la frontera norte de Ucrania. Esta ciudad es también la base de la 144 División de Infantería Motorizada, una unidad de la “Guardia”, lo que significa que se trata de primera categoría. Además, junto a esta división y a las brigadas del 41 Ejército, se han detectado también elementos de la 90 División Acorazada, una potente unidad de carros de combate con base en Chernorechye (distrito de Samara Oblast, en el Volga).

En Pogonovo también se encuentran elementos del 41 Ejército. Es un área militar enorme donde habitualmente se concentra gran parte del material del distrito central y que también se utiliza como zona de ejercicios. Desde ahí a la frontera ucraniana solo hay unos 280 km por carretera. Otro punto de concentración sería Persianovka (frontera del este), donde ya se sabe que hay tropas establecidas y desde donde se controla la zona separatista de Donetsk.

Por último, también hay movimientos importantes en Yevpatoria, Crimea, la península anexionada por Rusia en 2014. Aquí se han detectado elementos del 58 Ejército de Fuerzas Combinadas, otra potente agrupación que incluye la 42 División de Infantería Motorizada (Guardia), la 19 División de Infantería Motorizada, seis brigadas de infantería y artillería, así como regimientos especializados de zapadores, NBQ, guerra electrónica, etc. Una unidad experimentada que ya participó en los anteriores conflictos de Chechenia y Georgia y en la propia anexión de Crimea.

Unos números muy ocultos

Identificar las unidades que se encuentran concentradas no es tarea fácil, pero menos aún lo es el evaluar el volumen de fuerzas que representan. El primer problema (obvio) es que los rusos no cuentan absolutamente nada, pero, además, está el hecho de que no se mueven unidades completas, por lo que resulta casi imposible establecer el número de efectivos. A esto se une un problema adicional y es que, entre 2009 y 2010, Rusia sometió a sus fuerzas terrestres a una profunda reorganización, que supuso el cambio de la división como unidad orgánica primaria a la brigada. Para entendernos, antes las fuerzas ‘se contaban’ por divisiones y ahora por brigadas.

placeholder Lanzacohetes 9K58 Smerch. (Vitaly V. Kuzmin)
Lanzacohetes 9K58 Smerch. (Vitaly V. Kuzmin)

Estos cambios dieron un aire más moderno y flexible al Ejército, pero con ellos resulta muy difícil establecer, por ejemplo, el número de carros de combate de una división (antes del entorno de los 320), pues dependerá ahora del número de brigadas que se asignen a una determinada unidad de combate. Pero, en términos generales, podemos establecer que una brigada acorazada (que dispone de tres batallones) alinea entre 90 y 95 carros y una brigada motorizada (con un batallón) entre 30 y 40.

Según la inteligencia norteamericana, en las zonas próximas a Ucrania se podrían haber concentrado ya más de 70.000 soldados rusos, pero, según su doctrina, que establece el empleo de grandes masas de reservas, estaríamos hablando de una cifra de tropas involucradas que podría llegar a ser del orden de los 170.000 soldados. Un enorme volumen si tenemos en cuenta que el total de sus tropas terrestres es de 280.000 efectivos. Hablar del número de carros de combate, blindados, artillería, etc., sería pura especulación, pero solo en el área de Yelnya se habrían detectado ya más de 500 blindados.

Material ruso

Aunque por descontado habrá una gran actividad aérea con vuelos de aviones tripulados y no tripulados, acciones de operaciones especiales y, con mucha probabilidad, asaltos aéreos con empleo de helicópteros de ataque Mi-24, Mi-28 y Ka-52, el grueso será combate terrestre. Utilizarán todos sus modelos de carros de combate principales, excepto el T-14 Armata, del que todavía hay un número demasiado pequeño.

Los T-90 serán la punta de lanza, de los que podrían desplegar unos 150. Los T-80 (que no salieron buenos) también se utilizarán, sobre todo los modernizados, a los que les mejoraron el nefasto motor de turbina de gas inicial. Son las versiones T-80 BV/U y T-80 BVM, de los que pondrían en liza no más de 200. Por lo demás, solo en blindados de cadenas y de ruedas tipo BMP, BTR o BLRM, se utilizarían cifras enormes, que podrían llegar a superar los 3.000 vehículos.

placeholder Sistema antiaéreo 2K22 Tunguska. (ROE.ru)
Sistema antiaéreo 2K22 Tunguska. (ROE.ru)

Sin embargo, el grueso de las fuerzas acorazadas seguirá estando formado por el viejo y fiel T-72, un carro aceptable para los tiempos que corren gracias a sus modernizaciones. Se podría llegar a utilizar más de 500 de estos blindados, que constituirían la fuerza de explotación en la doctrina rusa. Esta táctica consiste en realizar una ruptura utilizando las unidades de élite (Guardia), compuestas por las mejores tropas. El ataque, como siempre, iría precedido por elementos de zapadores e ingenieros y, una vez rotas las líneas defensivas y creados ‘pasillos’ de entrada, se lanzarían los elementos de retaguardia, formados por las brigadas de reserva, que jugarían con el factor numérico a su favor.

El ataque iría precedido por una gran actividad de guerra electrónica —muy desarrollada en el Ejército ruso— y por mucha actividad previa de reconocimiento e inteligencia. Localizados los puntos de concentración de fuerzas, puestos de mando, núcleos logísticos, etc., se lanzaría un devastador ataque de artillería, utilizando baterías con piezas autopropulsadas de 152 mm MSTA-S/SM y 2S5 Giatsint-S a los que se sumarían piezas de artillería más anticuadas de 203 mm y artillería de campaña remolcada, así como otras piezas temibles, como el monstruoso mortero autopropulsado 2S4 Tyulpan de 240 mm.

Además, habría un gran número de artillería lanzacohetes, algo que los rusos han demostrado saber utilizar con letal eficacia (algo que los ucranianos ya conocen) con lanzadores como el BM-30 Smerch, con tubos de 300 mm o el BM-27 Uragan-1M de 200 mm, e, incluso, los viejos BM-21 Grad, de 122 mm, anticuado, pero del que disponen a centenares.

La sombrilla antiaérea, evitando cualquier reacción de la OTAN, será impresionante desde el primer momento. Contará con piezas autopropulsadas ZSU-23-4 Shilka, armados con cañones de 23 mm y 2K-22 Tunguska, con cañones de 30 mm y misiles de corto alcance 9M-311 acompañando a las columnas acorazadas. Por supuesto, veremos, más a retaguardia, las célebres baterías de largo alcance S-300 y S-400, así como otros sistemas de alcance medio, como el 9K37M1 Buk en diversas variantes.

placeholder Lanzador de misiles Iskander M. (Vitaly V. Kuzmin)
Lanzador de misiles Iskander M. (Vitaly V. Kuzmin)

No menos importante, desde el punto de vista táctico, estratégico y político, es que se ha detectado la presencia en las zonas fronterizas de lanzadores de misiles Iskander M (9K-720), un misil táctico con cabeza convencional de 500 kg y alcance de 500 km, pero que puede llevar también una cabeza nuclear táctica. Esto cambia las cosas y es un claro aviso del cataclismo que se podría generar si el conflicto degenera en una escalada fuera de control.

¿Y Ucrania, qué?

La desproporción es manifiesta. No hay más que ver en el mapa el despliegue de las fuerzas rusas para entender que se trataría de un ataque a gran escala por el norte, este y sur. Ucrania está rodeada y quedaría sentenciada si tiene que depender solo de sus propios medios. Las fuerzas de tierra cuentan con 145.000 soldados de los que, a buen seguro, muchos están ya dispuestos en posiciones defensivas escalonadas a lo largo de la frontera. Saben que es imposible parar el envite ruso y jugarán a ceder terreno, retrasar el avance y esperar la ayuda militar o política.

Aun así, sus fuerzas no son despreciables. Cuentan con cuatro brigadas acorazadas, cuatro mecanizadas y otras cinco brigadas ligeras. En reserva mantienen dos brigadas acorazadas y otras dos mecanizadas, aunque lo más probable es que sean de menor calidad, con material más obsoleto e incompletas. Lo malo, a la hora de defenderse, es que la mayor parte de su material es de origen ruso, lo que quiere decir que es de sobra conocido por el enemigo, aunque esto aplica a ambos.

placeholder T-84 ucraniano. (US Army)
T-84 ucraniano. (US Army)

Sobre el papel disponen de numerosos carros (estimados unos 1.500), pero se perdieron muchos en los combates de Donbass y otros están fuera de uso. La mayoría son del modelo obsoleto T-64, en diversas versiones más o menos modernizadas. Su mejor blindado es el T-84, una versión autóctona del T-80, pero de los 150 en proceso de mejora tan solo tendrían un puñado disponible. El resto serían T-80 con diversas modernizaciones (unos 100) y cerca de 500 ejemplares del T-72, aunque muchos almacenados y de dudosa operatividad.

En artillería también se encuentran en franca inferioridad de condiciones. Disponen de 35 autopropulsados MSTA-S, poco más de 200 piezas de 152 mm 2S3 "Akatsiya" y un buen número de piezas remolcadas y artillería lanzacohetes de origen ruso, pero de segundo nivel. En cuanto a defensa antiaérea, básicamente es el mismo material ruso (salvo el S-400), pero en cantidades muy limitadas y en parte fuera de servicio.

El panorama, como se ve, es muy sombrío. Ucrania apuesta por una solución diplomática que evite una guerra que, a buen seguro, será breve pero devastadora, porque Rusia, si entra, lo hará con todo. Queda por ver, y es la única incógnita, la reacción de la OTAN con Estados Unidos a la cabeza, qué presiones diplomáticas se harán y cuáles serán las respuestas de Moscú. Más allá de esto, esperar que los combates no se lleguen a producir y que el conflicto no se les vaya de las manos.

La escalada de tensión entre Rusia y Ucrania está alcanzando unos niveles en los que ya se habla abiertamente de "guerra" y de "invasión". Es una zona que se ha convertido en un foco de inestabilidad que, al igual que les ocurre a algunos volcanes, alterna periodos de falsa calma con los de gran actividad. Eso es justo lo que ocurre ahora en Ucrania, está a punto de entrar en erupción y, aunque hay factores externos que van a ser determinantes, todo parece sentenciado. Si Rusia ataca, la desigualdad de fuerzas es tan brutal que solo una intervención de la OTAN podría frenar una guerra global.

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