El papel refrigerante que anuncia el fin del aire acondicionado
El profesor Yi Zheng ha desarrollado una nueva tecnología que reduce la temperatura de los edificios hasta 12 grados, vaticinando el fin de la climatización tal y como la conocíamos
Los días de calor no han hecho más que empezar. Permanecer al sol en la calle se hace cada vez más cuesta arriba; las piernas pesan, las gotas de sudor nos caen por la frente y estamos deseando llegar a casa y encontrar consuelo encendiendo, por fin, el aire acondicionado.
Ahora bien, en una época marcada por las subidas históricas en los precios de la luz, quizá alguno se lo piense dos veces antes de coger el mando y zambullirse en esta agradable y fresca experiencia que puede traducirse en algún que otro susto reflejado en su factura. Una preocupación que podría tener los días contados gracias a la revolucionaria creación de Yi Zheng, un experto en nanomateriales que ha descubierto una manera de mantener los edificios frescos sin necesidad de electricidad.
El profesor de ingeniería mecánica e industrial en la Universidad de Northeastern, en Massachusetts, ha denominado a su invención 'papel refrigerante', ‘cooling paper’ en inglés. Según él, esta tecnología podrá cubrir los techos de distintas edificaciones o se incorporará en los materiales utilizados para construirlos.
Su funcionamiento se basa en una lámina que, colocada en el tejado, refleja los rayos solares a la vez que absorbe el calor generado en el interior. Esta doble función es muy efectiva porque el sol no es lo único que calienta nuestros hogares, también lo hacen los electrodomésticos, la cocina y el propio cuerpo humano.
El novedoso material es capaz de reducir la temperatura del interior de los edificios hasta en 12 grados y, como su propio nombre indica, está hecho, literalmente, de papel. De hecho, todo empezó cuando Yi Zheng se encontró con un cubo lleno de papel de impresión y se preguntó si existiría alguna manera útil de transformar esos residuos en algo valioso.
El profesor utilizó la licuadora de su casa para mezclar deshechos de papel con el material que forma el teflón, transformando después este experimento casero en el original invento que podría cambiar la manera en la que combatimos el calor cada verano. El equipo de Zheng comprobó después su eficacia en condiciones diversas de temperatura y humedad.
El ‘cooling paper’ es ecológico y reciclable. Su creador ha declarado que “el punto de partida es reducir el uso de materiales a base de carbono y, por tanto, reducir el calentamiento global”. El papel refrigerante, tras su uso, puede reducirse a pulpa nuevamente —como hizo Zheng en su licuadora— para volver a utilizarse sin perder un ápice de sus propiedades de enfriamiento.
No es la primera vez que una creación de este tipo anuncia el fin de la refrigeración convencional. Hace unos meses veía la luz una pintura blanca que prometía dejar las superficies 10,5 °C más frías que las de su entorno. Con el tiempo veremos cuál es la tendencia predominante y si alguna de ellas acaba desbancando a nuestra actual salvación para los días de calor.
Los días de calor no han hecho más que empezar. Permanecer al sol en la calle se hace cada vez más cuesta arriba; las piernas pesan, las gotas de sudor nos caen por la frente y estamos deseando llegar a casa y encontrar consuelo encendiendo, por fin, el aire acondicionado.