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El filón de los 'realities' de TV: la red se llena de publicidad dudosa de sus concursantes
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A la caza de incautos en Instagram

El filón de los 'realities' de TV: la red se llena de publicidad dudosa de sus concursantes

La tercera edición de 'La isla de las tentaciones' es un ejemplo perfecto de ello. Servicios y negocios polémicos han encontrado una gran (y barata) ventana en las redes de estos famosos

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Marta de Lola mira a la cámara y te enseña un 'clon' del Apple Watch. Ella es una de las estrellas de la recién estrenada tercera edición de 'La isla de las tentaciones' y utiliza su cuenta de Instagram para explicar las bondades de un reloj que, según ella, se pone todos los días porque es genial y que puede ser tuyo con un descuentazo. Nada demasiado raro en el mundo 'influencer' (De Lola tiene unos 364.000 seguidores) si no fuera porque el supuesto XWatch es clavado a otros modelos que se venden en AliExpress por un precio más bajo y porque no, no es la única concursante de un 'reality', ni de 'La isla de las tentaciones', que acaba relacionando su rostro con productos, negocios o marcas de dudosa fiabilidad.

En pleno 'boom' de programas como el último éxito de Telecinco, todo tipo de negocios de internet que son tildados como dudosos, polémicos o que incluso en redes sociales llegan a ser acusados de cometer distintos delitos, han encontrado en los protagonistas de estos programas un filón para publicitarse. En sus perfiles, normalmente de Instagram y en concreto en sus 'stories', los famosos anuncian y promocionan estos productos como prescriptores e incluso muchos lo hacen escondiendo que se trata de un anuncio. Y la última edición de 'la isla' es otro ejemplo de ello.

Foto: (Foto: Wallpaper)

El caso de Marta de Lola no es único. Teknautas pudo comprobar que al mismo tiempo que esta joven de 27 años, al menos dos de sus compañeras de programa (Marina García y Lucía, con 213.000 y 118.000 seguidores respectivamente), que inició su andadura hace tres semanas, realizaron publicaciones similares anunciando el mismo reloj en sus perfiles y con descripciones similares. Gonzalo Montoya, de la primera edición del programa, también había anunciado el mismo producto meses atrás, y otros 'influencers' se habían animado a recomendarlo e incluso la marca los pone como ejemplo en su cuenta en Instagram. También por la isla pasó otro famoso que saltó a la palestra por asegurar que el reloj que promocionaba incluso podía 'predecir' si tenías covid.

Este es un caso típico de DropAli, un producto que se coge en AliExpress por un precio mucho más bajo y que una página haciendo de intermediario como si fuese la creadora del producto lo encarece y se lleva la diferencia. El término viene de una variación del 'dropshipping', del que ya hemos hablado en Teknautas y que consiste en vender sin almacén y es una de las prácticas más cuestionadas en los últimos años en internet para generar dinero (incluso algunos de sus gurús han sido denunciados), pero no es la única que encontramos en estos perfiles.

Algunos se han pasado a promocionar aparatos deportivos de dudosa efectividad también salidos de AliExpress, e incluso algunos se han animado a tentar otros sectores más polémicos como son las apuestas deportivas o los supuestos cursos para aprender a invertir. Famosos como Tom Brusse, que fue uno de los protagonistas de la segunda edición del 'reality', aparecieron en sus redes promocionando canales de Telegram de supuestos 'tipsters' o expertos en apuestas deportivas o Estefanía Carbajo, gran figura de la primera edición, que ha llegado a probar con anuncios de cursos de 'trading' con los que "vais a ganar un dinerito extra".

En lo que coinciden todos ellos es en el tipo de contenido con el que promocionan esto. Lo hacen a través de sus perfiles personales, enlazan a la página o el canal del negocio o marca y lo recomiendan con todo lujo de detalles, casi como si no fuese una promoción. Es más, en la mayoría de los casos comentados ni siquiera se siguen las recomendaciones básicas puestas por la plataforma o por otro tipo de organismos para diferenciar anuncios de contenido no pagado. Normas como poner la etiqueta 'ad' o usar las herramientas que te da Instagram para dejar claro que ese 'clip' está pagado.

¿Llegar a una audiencia similar, pero más barato y útil?

En cuanto a por qué apuestan por estos perfiles y de forma reiterada aparecen cuatro motivos claros: son perfiles de moda en ese momento, suelen aceptar este tipo de promociones que otros pueden rechazar, el perfil de su público es joven, pero en muchos casos puede no conocer bien el trasfondo de estos productos o las polémicas que han generado a su alrededor y una última que engloba las anteriores: es como estar anunciándote en Telecinco, pero a un coste mucho más bajo y quizá con mayores beneficios.

El último programa de 'La isla de las tentaciones' rondó una audiencia aproximada de 3,2 millones de espectadores, y su potencial económico ha llevado a que el programa lo patrocinen incluso una plataforma como Tinder. No se sabe cuánto paga ni Tinder, ni cualquiera de los otros anunciantes por meter su marca en ese momento de la programación, pero, según las tarifas de 2021 de publicidad en televisión, rondarían entre 15.000 y 25.000 euros los 20 segundos. Unas cifras gigantescas que no están al alcance de todos.

Sin embargo, un post o una serie de 'stories' de uno de sus concursantes, en pleno programa y al menos con cientos de miles de los seguidores del programa atentos a lo que dice puede quedarse en unos 3.000 euros, según la agencia BInfluencer. A eso hay que sumarle, además, que esa publicidad pasa muchos menos filtros, está menos controlada por autoridades y reguladores, no es ni obligatorio avisar que es publicidad, dura más tiempo y puede llegar más 'feedback' gracias a que el usuario puede interactuar con el contenido de forma inmediata.

Marta de Lola mira a la cámara y te enseña un 'clon' del Apple Watch. Ella es una de las estrellas de la recién estrenada tercera edición de 'La isla de las tentaciones' y utiliza su cuenta de Instagram para explicar las bondades de un reloj que, según ella, se pone todos los días porque es genial y que puede ser tuyo con un descuentazo. Nada demasiado raro en el mundo 'influencer' (De Lola tiene unos 364.000 seguidores) si no fuera porque el supuesto XWatch es clavado a otros modelos que se venden en AliExpress por un precio más bajo y porque no, no es la única concursante de un 'reality', ni de 'La isla de las tentaciones', que acaba relacionando su rostro con productos, negocios o marcas de dudosa fiabilidad.

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