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Musk se la juega: el peligroso programa de Tesla para probar su piloto automático
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¿Un negocio redondo?

Musk se la juega: el peligroso programa de Tesla para probar su piloto automático

La compañía de los coches eléctricos más famosos del mundo está dejando que sean sus propios clientes los que experimenten con su nuevo 'software' con unas pequeñas instrucciones

Foto: (Foto: Reuters)
(Foto: Reuters)

Tesla siempre da que hablar. Es una de esas compañías que, dirigida por uno de los magnates más polémicos de los últimos años, Elon Musk, nunca deja indiferente a nadie, y parte de su éxito se debe a ello. En su historial está la creación de los coches eléctricos más famosos, ha marcado su territorio en otros espacios como las baterías, los hogares inteligentes o la conducción autónoma y sus ideas siempre suelen tener adeptos y detractores. Ahora es este último punto, el de los coches autónomos, el que ha levantado una gran polvareda en el propio sector, pues está dejando que sean sus propios clientes, dueños de automóviles Tesla, los que prueben el sistema de piloto automático por su cuenta y riesgo.

La polémica ha saltado esta última semana durante la cual la compañía ha empezado a promocionar su nueva actualización del sistema FSD (Full Self-Driving) que busca convertir los Tesla en coches que pueden funcionar de forma 100% autónoma, o casi. Para conseguirlo, la nueva versión toma el ya existente Autopilot y multiplica sus prestaciones para convertirlo en un 'software' de conducción semiautónoma, siguiendo con lo anunciado por Musk en 2019, aunque todavía está en una versión 'beta'. Hasta ahí no habría mucho problema ni nada llamativo, pues son muchas las empresas inmersas en estas investigaciones, pero la alarma viene justo después.

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Como todo programa en 'beta', el FSD requiere un monitoreo constante mientras está en funcionamiento pues, como explica la propia Tesla en sus instrucciones, "puede hacer algo incorrecto en el peor momento". Sin embargo eso ha importado más bien poco a la hora de entregar este programa a un grupo reducido de clientes que no ha dudado en grabarse usándolo mientras los expertos se llevan las manos a la cabeza.

Como cuentan en The Verge, dos de esos "afortunados" clientes han subido vídeos a YouTube o a redes como Twitter mostrando cómo funciona este sistema y demostrando cómo reacciona en carreteras convencionales, nada de circuitos. Tesla deja claro en todo momento que este sistema solo se puede utilizar si llevas las dos manos en el volante y tienes todos los sentidos puestos en la carretera, pero la necesidad de mostrar lo que tienes entre manos puede superar cualquier recomendación. En sus vídeos muestran en detalle el funcionamiento de un sistema que ya no necesita ni siquiera de carreteras señaladas para funcionar, que es capaz de girar como un humano y que, también, "da bastante miedo".

Tesla cuenta con una legión de fans y entusiastas de la compañía que ha llevado a que se la conozca como 'el iPhone de los coches' y todo apunta a que está aprovechando esa popularidad para lanzar esta acción con algunos de sus usuarios más fieles, pero muchos expertos lo ven como una locura. Dejar tecnología tan delicada, y encima en versiones tempranas, en manos de usuarios sin conocimientos técnicos ni experiencia en su uso puede ser un grandísimo peligro. Sobre todo ante situaciones delicadas.

Así de claro lo deja, en conversación con Teknautas, el experto en coches autónomos Rubén Fidalgo. "Lo primero es que no son sistemas del todo autónomos, pero igualmente es un grandísimo riesgo. Obviamente Tesla se lava las manos asegurando que ellos avisan de todos los problemas a los usuarios y piden que usen el sistema de una forma concreta, pero no basta con eso. Estas herramientas no deberían estar en manos de usuarios comunes para el uso habitual, tienen fallos, como ya se ha demostrado en numerosas ocasiones, y pueden ocasionar grandes accidentes. Y más si es una versión temprana", añade este experto.

Un negocio redondo

Entonces, si es tan arriesgado, ¿por qué una compañía como Tesla se la juega así? Para Fidalgo todo pasa por el negocio. "Para la compañía es un negocio redondo. Normalmente todas las pruebas que se hacen con coches autónomos se llevan a cabo con un control estricto de toda la situación, en escenas que no son del todo reales con escoltas o circuitos cerrados y valen un mucho dinero. Aquí tienes gente dispuesta a probar tus herramientas y entrenar tus programas de forma gratuita, en ocasiones totalmente reales, con reacciones reales... Mientras las autoridades se lo permitan y a los clientes no les importe ser cobayas de la empresa pues para ellos es un puntazo", apunta Fidalgo.

El negocio todavía es mejor si se pone atención en lo que Musk y sus socios tienen pensados para el futuro del FSD. En un tweet publicado el jueves por la mañana, el propio Elon Musk explicó que el sistema estaba en una versión limitada para algunos usuarios, pero acto seguido dejó claro que su precio, para cuando sea posible extenderlo, aumentará el paquete de 'software' en 2.000 dólares. Tanto si ya cuentas con una versión anterior del paquete (podías contar con, por ejemplo, asistencia en aparcamiento) como si no y necesitas todo el 'software' de nuevas tendrás que pagar unos 1.700 euros más por un programa que encima está siendo entrenado por los propios usuarios.

En total, para los que lo compren de cero, tendrán que desembolsar unos 10.000 dólares extra en el kit de asistencia. Un precio nada desdeñable si encima tenemos en cuenta que Musk anunció en septiembre que pronto tendrán un modelo de Tesla por unos 25.000 dólares. Dos anuncios que pueden ser una pista del futuro de la compañía.

Como explican en el medio especializado Techcrunch, todo apunta a que Tesla necesita nuevas formas de rentabilizar sus productos. La empresa, que lleva años inmersa en una continuada y prometida bajada de precios, se está dando cuenta de que necesita encontrar nuevas formas de compensar la reducción de las ganancias generadas por el 'hardware' de sus automóviles y ha visto en el 'software' y otros servicios la solución perfecta. Con un público tan fiel, tan actualizado y tan arraigado a la marca, la venta de actualizaciones continuas puede convertirse en una rentable fuente de ingresos.

Tesla siempre da que hablar. Es una de esas compañías que, dirigida por uno de los magnates más polémicos de los últimos años, Elon Musk, nunca deja indiferente a nadie, y parte de su éxito se debe a ello. En su historial está la creación de los coches eléctricos más famosos, ha marcado su territorio en otros espacios como las baterías, los hogares inteligentes o la conducción autónoma y sus ideas siempre suelen tener adeptos y detractores. Ahora es este último punto, el de los coches autónomos, el que ha levantado una gran polvareda en el propio sector, pues está dejando que sean sus propios clientes, dueños de automóviles Tesla, los que prueben el sistema de piloto automático por su cuenta y riesgo.

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