Es noticia
Madrid ya usa Radar Covid, pero nada cambia: por qué solo llega al 2% de los casos
  1. Tecnología
En el resto de Europa no están mejor

Madrid ya usa Radar Covid, pero nada cambia: por qué solo llega al 2% de los casos

Tras meses de desarrollos, luchas, polémicas y pruebas, la aplicación española de 'contact tracing' ya está disponible en toda España salvo Cataluña y Ceuta, pero su uso es muy limitado

Foto: Foto: EFE.
Foto: EFE.

El pasado 8 de octubre, llegaba el anuncio definitivo. Tras meses de desarrollo, polémicas, luchas territoriales y pruebas, la Comunidad de Madrid ponía en marcha la aplicación española de rastreo de contactos, Radar Covid, en toda la región. Después de una prueba realizada en el municipio de Guadarrama y con la tensa disputa entre administraciones en todo lo alto, llegaba el impulso definitivo para convertir esta herramienta en una ayuda para el control de la epidemia del coronavirus a nivel nacional, a falta de la inclusión de Cataluña y Ceuta. Pero los resultados no acompañan, de momento, a lo esperado y están muy lejos del objetivo. Pese a la incorporación de Madrid, el epicentro de la pandemia, solo un pequeño porcentaje de los infectados la utilizan.

Como ya es más que sabido, esta 'app' debería ser una ayuda clave para el 'rastreo' de contactos y el corte de cadenas de transmisión aprovechando la tecnología de nuestros teléfonos móviles. Gracias al Bluetooth, nos indicaría de forma anónima si hemos estado en contacto durante más de 15 minutos y a menos de dos metros de un positivo, incluso aunque no fuéramos conscientes de ello, pero lo cierto es que a día de hoy, en plena segunda ola y según estimaciones de los datos abiertos de la 'app', solo alrededor del 2% de los infectados detectados comparte su diagnóstico en la aplicación.

Foto: Foto: Reuters.

Aunque ni el Gobierno central ni las autonomías dan información actualizada del uso de la aplicación (cosa que sí hacen países como Irlanda o Suiza), este porcentaje sale de los datos que la propia Secretaría de Estado de Digitalización (la Sedia) publica en la plataforma GitHub y que son recopilados por una herramienta desarrollada por el informático Pedro José Pereira Vieito. Un programador español que, siguiendo los casos de otros países como Alemania o Suiza, reporta a diario la evolución del uso de la aplicación y tiene incluso un 'bot' en la red social Twitter que actualiza los datos y gráficos cada día.

En concreto, este experto detecta el uso recuperando el rastro que genera cada diagnóstico subido a la 'app' (los datos conocidos como 'temporary exposure key', TEK). Luego publica estos datos y los compara con los contagios reales reportados diariamente. Pereira obtiene y publica toda la información en bruto, pero también la limpia y hace una estimación de diagnósticos compartidos al día analizando estos TEK, que son las claves de los móviles con los que has estado expuesto en los 14 días anteriores (por cada día, se puede generar un TEK). Para el conteo final, se queda solo con los TEK subidos cada día y que tienen de fecha de generación el día anterior. Así limita las posibles sobreestimaciones, aunque aún el número real puede ser incluso menor al de sus cálculos.

El propio Pereira explica que es imposible saber el dato exacto sin que la propia Sedia lo ofrezca, como sí hacen otros países, pero sí aclara que es un medidor fiable, muy cercano a los datos reales y, sobre todo, es útil para ver las tendencias a nivel nacional. Y si lo comparamos, incluso asumiendo cierta sobreestimación, con los datos de contagio, la comparación es bastante desoladora.

Según vemos en la gráfica bajo este párrafo, generada con la información de Pereira y los datos de Sanidad, los diagnósticos reportados han ido aumentando con el paso de las semanas, pero también lo han hecho los casos, y el primero de estos indicadores sigue quedando muy por debajo del segundo. Además, todo indica que incluso la distancia podría crecer en los próximos días si una comunidad como Cataluña, en la que todavía no se ha implementado este servicio, sigue aumentando el número de casos. Este mismo lunes, solo se subieron al sistema 123 códigos de los 12.212 casos notificados por Sanidad, un 1,01% del total. Si quitamos Cataluña y Ceuta, que todavía no están integradas, el porcentaje sube al 1,25%.

Los datos de los TEK son claros, pero no son los únicos. En las descargas de la 'app', también se ve que el sistema no tiene el alcance que se necesita. La Sedia asegura que el programa ya lo han descargado 4,6 millones de personas en nuestro país, un 10% de la población (por debajo del 20% mínimo ideal). Un dato que, además, tampoco tiene relevancia: lo importante es cuánta gente usa Radar Covid de verdad. Como comentó recientemente a Teknautas el epidemiólogo suizo Marcel Salathé, uno de los 'padres' del sistema de 'apps' de rastreo, no sirve de nada medir solo descargas, "es una cifra muy basta, medimos la actividad real de la gente con la aplicación de diferentes formas. Eso te dice de una forma mucho más precisa cuántas de esas descargas se están usando de verdad. En Suiza, esto ronda el 60% de las descargas totales. No es muy diferente en el resto de países".

Pero ¿a qué se deben estos números de adopción tan bajos? Todo apunta a una mezcla de factores y confusiones que está lastrando la eficacia de la 'app'. Una parte apunta a la ciudadanía, que aún puede desconocer el sistema u optar por no usarlo por desconfianza, pero la otra tiene que ver con dos problemas de base: la falta de operatividad en algunos territorios aún a día de hoy, como la mencionada comunidad catalana, y los ya famosos códigos que deben estar repartiéndose y siguen sin entregarse en masa. Solo una de las regiones, Castilla y León, asegura que a día de hoy se los reparte al 100% de los casos que aparecen, "lo quieran o no". En el resto, el desfase entre positivos confirmados y entrega de códigos para introducir en la 'app' es abismal.

El lío de los códigos

Por ejemplo, Baleares, que fue de las primeras regiones en comenzar a usar Radar Covid a finales de agosto, ha repartido a día de hoy solo 211 códigos. Es el mismo número de contagios que se registran allí aproximadamente cada dos días. "Son muy pocos códigos. Al principio, hubo problemas técnicos con las entregas, eso ya está mejor, el problema ahora es de adopción. Estamos haciendo mucha campaña, pero no basta, necesitamos una campaña a nivel nacional potente para que la adopción crezca", explican a este diario fuentes del Gobierno balear.

En la Comunidad de Madrid, la situación es parecida. Radar Covid lleva exactamente 13 días activa. En este tiempo, se han confirmado más de 20.000 contagios, pero solo 524 de ellos, un 2,6%, usaron la 'app' para notificarlo y generar así las alertas que pueden facilitar el rastreo de contactos. Ese porcentaje resultante es engañoso: no todos los 20.000 infectados tendrían la 'app' descargada cuando se les notificó el positivo. Pero si el sistema estuviera engrasado, se les pediría hacerlo a todos justo cuando se les comunica. Con las campañas de comunicación adecuadas detrás, un número muy importante acabaría tecleando el código en Radar Covid.

Fuentes consultadas de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid aseguran que, pese a que los números son bajos, la evolución es positiva. "Esto, al final depende de la voluntad de los ciudadanos para descargarse la 'app'. Desde Salud Pública, estamos preguntando a los pacientes cuando hablamos con ellos si disponen de la 'app' para promover su uso".

Desde Andalucía, otra de las comunidades pioneras en sumarse al sistema, el Servicio Andaluz de Salud (SAS) explica a este periódico que han repartido unos 700 códigos desde el 24 de agosto. Solo en una semana, los casos totales de la región llegan a los 12.000.

Por último, algunas regiones como Extremadura o País Vasco, también han empezado a dar información sobre los resultados de la 'app' como una forma de promover su uso. Hace unas semanas, Euskadi anunciaba que en 10 días de uso (del 22 de septiembre al 2 de octubre), la 'app' había enviado notificaciones a 24 personas por contactos surgidos de dos positivos y había ayudado a poner en cuarentena a tres personas. En Extremadura, en una semana (del 15 al 24 de septiembre), la aplicación Radar Covid fue utilizada por 40 personas con PCR positiva, permitiendo esto dar con 12 contactos estrechos.

El problema no solo está en España

La situación de la aplicación en España no es la mejor, pero el problema no solo se queda aquí. Fuera de nuestras fronteras, muchos países europeos e incluso fuera de nuestro continente están teniendo bastantes problemas para rentabilizar y mostrar la efectividad de estos sistemas. En Francia, en junio, ya tildaron la campaña para usar la 'app' de fiasco, pues solo llegaron a un 2,8% de la población y en pocas semanas se la desinstaló medio millón de personas. Allí, el problema clave fue el diseño de la 'app', que no tuvo en cuenta aspectos fundamentales de privacidad, como sí ha ocurrido en el resto de Europa.

En Alemania, que es de los que más ratio de uso tienen, esa cifra está sobre el 8%-9%, Suiza, como hemos mencionado, se mueve en el 20% de uso real, y países como Bélgica o Portugal, que recopila también el propio Pereira, están en cifras similares a las de España. En la nación lusa, incluso se ha abierto el debate sobre si podría obligarse a los ciudadanos a usar esta aplicación, que en su caso se llama Stay Away. Aunque de momento todo apunta a que será complicado poner en marcha una medida así, ya son muchas las voces que ponen en entredicho la efectividad de esta herramienta, pues a día de hoy la evidencia científica de la misma es escasa.

El pasado 8 de octubre, llegaba el anuncio definitivo. Tras meses de desarrollo, polémicas, luchas territoriales y pruebas, la Comunidad de Madrid ponía en marcha la aplicación española de rastreo de contactos, Radar Covid, en toda la región. Después de una prueba realizada en el municipio de Guadarrama y con la tensa disputa entre administraciones en todo lo alto, llegaba el impulso definitivo para convertir esta herramienta en una ayuda para el control de la epidemia del coronavirus a nivel nacional, a falta de la inclusión de Cataluña y Ceuta. Pero los resultados no acompañan, de momento, a lo esperado y están muy lejos del objetivo. Pese a la incorporación de Madrid, el epicentro de la pandemia, solo un pequeño porcentaje de los infectados la utilizan.

Infecciones
El redactor recomienda