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20.000 km en 3 horas: el equipo gallego que diseña el primer avión hipersónico europeo
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20.000 km en 3 horas: el equipo gallego que diseña el primer avión hipersónico europeo

Un grupo de la Universidad de La Coruña forma parte del proyecto STRATOFLY que busca crear una nueva aeronave que vaya de Madrid a Sidney en 3 horas volando por la estratosfera

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Imagina poder volar de Madrid a Sidney en apenas 3 horas y, además, hacerlo aprovechando la capa más alta de nuestra atmósfera, la estratosfera. Lo más seguro es que, así, de primeras, la idea te parezca más digna de una película de ciencia ficción que de un proyecto real, pero la llegada de un transporte con estas características está más cerca de lo que imaginas. La propia Unión Europea se ha puesto manos a la obra para crear un nuevo avión hipersónico que cumpla estos requisitos, y cuenta con un grupo de ingenieros gallegos para conseguirlo.

El proyecto, llamado H2020-STRATOFLY, nace del programa 'Horizon 2020' y bebe de otras ideas anteriores también lanzadas por la UE (como el proyecto MAAXIMUS o los LAPCAT) con el objetivo de acercar a Europa al impulso por las aeronaves hipersónicas que se está viviendo a nivel mundial. Eso sí, apostando por la sostenibilidad medioambiental y la rapidez a un nivel que pocos ahora mismo se atreven a igualar. Y, ¿qué pintan los españoles aquí? Pues han sido seleccionados para diseñar y optimizar las estructuras del avión.

Foto: El C-101 se usa en maniobras acrobáticas y como vehículo de aprendizaje. (Wikipedia)

Comandados por Santiago Hernández Ibáñez, un catedrático de 67 años que lleva más de 30 relacionado con el mundo de la mecánica de estructuras y la aeronáutica, estos ingenieros de la Universidad de La Coruña tienen la misión de encontrar una solución estructural que permita cumplir los objetivos del proyecto. Y solo tienen 30 meses para hacerlo. “Queremos que el avión llegue en 3 horas de Europa a Australia, pero también que sea sostenible económicamente, no contamine y pueda viajar por la estratosfera. Nosotros somos los encargados de valorar todo esto y optimizar las estructuras para que sean factibles dentro de los requisitos que se piden a la aeronave”, explica a Teknautas Hernández Ibáñez.

Ellos, ayudados de algoritmos y programas informáticos, analizarán los materiales que se usarían para la fabricación de la nave, compensarán los pesos, la forma elegida para la aeronave, los distintos factores que pueden afectar al vuelo y finalmente deberán afinar, al máximo, todos estos aspectos, en lo que ellos denominan 'optimización de estructuras'. “La tecnología ahora da muchas más facilidades que hace años, y es verdad que solo es un modelo conceptual. Pero no deja de ser un proyecto a contrarreloj y la idea es que en 2020 tengamos unos resultados lo suficientemente sólidos para que la creación del avión siga su marcha”, comenta el catedrático.

placeholder Parte de los requisitos que se pide al nuevo avión (Foto: ESA)
Parte de los requisitos que se pide al nuevo avión (Foto: ESA)

Una misión bastante complicada si le sumamos que deben crear un diseño para una aeronave de aviación comercial capaz de transportar unos 100 pasajeros a una velocidad de crucero de hasta ocho veces la velocidad del sonido (unos 10.000 km/h). Además, deberá alcanzar ese ritmo en la estratosfera (a unos 30 o 40 kilómetros del suelo) por lo que uniendo todos estos puntos superaría a cualquiera de los proyectos norteamericanos de avión hipersónico lanzados hasta la fecha (incluidos los de la NASA).

Para poderlo lograr, la UE ha regado el proyecto con 4 millones de euros y, por ejemplo, el centro español tiene desde junio 6 investigadores del Grupo de Mecánica de Estructuras dedicados en exclusiva al STRATOFLY. Si todo sale según lo previsto, en diciembre de 2020 ofrecerán, junto al resto de institutos presentes en este consorcio, sus resultados finales. “En 2 años y con 4 millones de euros está claro que no se puede hacer un avión, y menos de estas características. Es decir, este es un primer paso para conocer hasta dónde podemos llegar. Pero si los resultados son satisfactorios es casi seguro que la Europa ampliará la financiación y los años del proyecto”.

24 contratos con Airbus

Santiago habla tranquilo y con bastante seguridad. Se la dan los años como investigador, pero también el bagaje que este grupo gallego lleva detrás. Ya han participado en cuatro grandes proyectos a nivel europeo relacionados tanto con aeronáutica como con temas sísmicos y, lo que llevan como medalla más importante, desde 2004 han firmado hasta 24 contratos de colaboración con Airbus. Todos relacionados con la optimización estructural de sus aviones. “Hemos participado en la fabricación del A380, del A350, del A340... Y estamos colaborando con ellos en futuras aeronaves”, explica Hernández.

Eso, según explica el doctor, les ha servido para que los distintos institutos involucrados en este proyecto se fijen en ellos, y sean el único centro español en el grupo para la creación del STRATOFLY. “Tenemos una experiencia más que contrastada a nivel internacional. Hay diferencias entre un avión convencional y esto que estamos diseñando ahora, pues se enfrentan a situaciones muy diferentes y las estructuras deben adaptarse a los entornos, pero al final los algoritmos y los problemas que encontramos tienen ciertas similitudes. Todo se basa en cómo hacer que la aeronave pese lo menos posible, consuma lo mínimo y vuele con todas las garantías”.

placeholder Santiago Hernández Ibáñez (en primera línea, segundo por la izquierda) en una de las reuniones del consorcio. (Foto: Instituto Von Karman)
Santiago Hernández Ibáñez (en primera línea, segundo por la izquierda) en una de las reuniones del consorcio. (Foto: Instituto Von Karman)

En este caso, compartirán el proyecto con grandes institutos europeos, coordinados por el Politécnico de Turín y el Instituto Von Karman, algo que gusta, y mucho a Hernández. “Hay en total 10 instituciones en el consorcio, y cada uno se está encargando de puntos diferentes del avión. El seguimiento es continuo con el objetivo de ir conociendo los avances que vamos haciendo, hasta que en 2020 quede totalmente listo”, explica. Sobre si finalmente el STRATOFLY existirá, él lo tiene claro: “Tardará años, pero se construirá, estoy seguro”.

Imagina poder volar de Madrid a Sidney en apenas 3 horas y, además, hacerlo aprovechando la capa más alta de nuestra atmósfera, la estratosfera. Lo más seguro es que, así, de primeras, la idea te parezca más digna de una película de ciencia ficción que de un proyecto real, pero la llegada de un transporte con estas características está más cerca de lo que imaginas. La propia Unión Europea se ha puesto manos a la obra para crear un nuevo avión hipersónico que cumpla estos requisitos, y cuenta con un grupo de ingenieros gallegos para conseguirlo.

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