Acusan a YouTube de permitir vídeos de "violencia extrema" que traumatizan a niños

La plataforma de vídeos más usada y conocida del mundo ha sido acusada de "violencia estructural" contra los niños por un escritor y artista norteamericano que ha publicado un post en el que deja varios vídeos dedicados a los más pequeños que muestran actitudes nada recomendables para ellos. Entre ellos, se encuentran clips 'pirateados' de personajes tan conocidos como 'Peppa Pig' en los que se tortura o golpea con una "violencia extrema".

Esta grave acusación la ha efectuado James Bridle, activista y escritor centrado en el mundo tecnológico que, preguntándose qué es lo que veían los niños hoy en día en internet, descubrió que en la web, de la que es dueño Google, hay miles de contenidos que, pese a estar hechos, en teoría, para niños, son aberraciones que van contra toda enseñanza. Tras documentar cómo los algoritmos de YouTube incluían, entre los vídeos dedicados a los niños, otros pirateados, y hechos solo para aprovecharse de los recovecos que deja el sistema, decidió alzar la voz de alarma pidiendo a los padres que tuvieran cuidado con lo que dejaban ver a sus hijos.

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"Estamos hablando de niños muy pequeños que están siendo deliberadamente atacados con contenido que los traumatizará y perturbará", explica el joven al terminar su post. "La responsabilidad por lo que al final estos vídeos produzcan en los niños es imposible de asignar, pero el daño es muy, muy real".

En el artículo, en el que pone a Google y YouTube como complices de este problema sistemático, da ejemplos de vídeos como 'Peppa Pig Llorando en el dentista Doctor Pull Teeth!', Un episodio pirata en el que la cerdita "básicamente es torturada" o 'BURIED ALIVE Outdoor Playground Finger Family Song Nursery Rhymes Animation Education Learning Video' que es una mezcla indescriptible de personajes en 3D de baja calidad de Disney, con violencia, rimas infantiles y surrealismo.

YouTube, por su parte, se ha visto obligado a dar una explicación ante las evidencias expuestas por el bloguero. En un comunicado a medios recogido por The Guardian, la compañía asegura estar "siempre buscando mejorar la experiencia para todos nuestros usuarios. Le pedimos a nuestra comunidad que avise de cualquier video que crean que pueda violar nuestras reglas de la plataforma. Además, hace varios meses, actualizamos nuestra política publicitaria para indicar claramente que los videos que representan a personajes de dibujos para niños participando en conductas inapropiadas no son aptos para anunciarse en YouTube".

Lo cierto es que, como cuenta el mismo medio, muchos de los contenidos denunciados por el bloguero no se ven si se usa el filtro especial para niños menores de 13 años YouTube Kids. Pero hay canales muy grandes como Toy Freaks, el 68º más importante de la plataforma, que muestra actitudes dudosas "que muchos pensarían que están al borde del abuso y la explotación".

Un problema con difícil solución

Lejos de ser solo un reproche a los dueños de las plataformas, el artículo de Bridle va mucho más allá y busca mostrar al mundo el sistema tan difícil de controlar que hemos montado en internet. "Lo cierto es que no tengo idea de cómo puede YouTube acabar con este problema sin cerrar su propio servicio", comenta el autor del texto. "Hemos construido un mundo en el que la supervisión humana es simplemente imposible, y que no cuenta con ningún tipo de supervisión digital que pueda contrarrestar la mayoría de los ejemplos que he utilizado en este ensayo".

La plataforma se ha llenado de bots que buscan aprovechar al máximo los beneficios que dan las visitas usando los 'tags' más populares y llenando todo de contenidos de baja calidad que no tienen ningún sentido, ni ética. Solo buscan ganar el máximo de clicks. "No se trata solo de trolls, sino de un tipo de violencia inherente que aparece con la combinación de sistemas digitales e incentivos capitalistas".