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Arroz dorado, el transgénico por el que 109 premios Nobel han abroncado a Greenpeace
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les acusan de crimen contra la humanidad

Arroz dorado, el transgénico por el que 109 premios Nobel han abroncado a Greenpeace

El arroz dorado, que aporta precursores de vitamina A allí donde es escasa, no se cultiva todavía debido a la oposición del grupo ecologista

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En el año 2000, un artículo publicado en la revista 'Science' explicaba la biotecnología detrás del arroz dorado. Se trataba de una variedad modificada genéticamente para sintetizar los precursores del betacaroteno, necesario para sintetizar vitamina A. El desarrollo era obra del Instituto Federal Suizo de Tecnología, y la idea era que se pudiese cultivar en aquellos países en los que, por culpa de la dieta, las personas no tienen un aporte suficiente de este precursor y por tanto padecen una deficiencia de vitamina A, que lleva asociada problemas de vista e incluso ceguera.

Lea aquí: La única razón para odiar los transgénicos es la desinformación científica

Este jueves, 109 premios Nóbeles publicaban una carta abierta en la que acusaban a la ONG Greenpeace de manipular los riesgos, beneficios e impactos de los cultivos transgénicos, entre ellos el arroz dorado. 16 años después de su primera publicación, y 9 años después de la aparición de su segunda variedad, que produce 23 veces más betacaroteno que el original, ninguna de las dos está disponible para el consumo humano. Y eso a pesar de que sus dos principales creadores renunciaron a la patente para que pudiese ser utilizado en misiones humanitarias.

"Greenpeace ha encabezado la oposición al arroz dorado, que tiene el potencial de reducir o eliminar gran parte de las muertes y enfermedades causadas por la deficiencia de vitamina A, que tiene su mayor impacto en la gente más pobre de África y el sudeste asiático", se puede leer en esa carta.

Según la OMS, 250 millones de personas sufren este tipo de carencia, y el 40% son niños menores de 5 años. Según estadísticas de UNICEF, 2 millones de muertes causadas por esta deficiencia, que afecta al sistema inmunitario y pone en riesgo la vida de niños y bebés, serían evitables. "¿Cuánte gente pobre tiene que morir en el mundo antes de considerar esto un crimen contra la humanidad?".

La oposición de Greenpeace

A pesar de la defensa de la comunidad científica, Greenpeace sigue oponiéndose y haciendo campaña en contra de este tipo de cultivos.

Cuando surgió, sus activistas consideraban que la cantidad de vitamina A a partir del arroz dorado era insuficiente: su primera versión solo aportaba 1,6 microgramos de betacaroteno por gramo de arroz, lo que implica que una persona media debía comer entre 1,5 y 2 kilos al día para obtener la cantidad diaria recomendada de precursor de la vitamina A. Este problema, que efectivamente existía, se solucionó con la segunda versión, que multiplicaba por 23 la cantidad de betacaroteno.

La oposición basada en las emociones y el dogma y contradicha por los datos debe ser detenida

Aun así, la ONG sigue oponiéndose al cultivo de arroz dorado porque lo considera un 'caballo de Troya' para allanar la entrada a otros transgénicos. Este argumento palidece al lado de la respuesta que dio el Instituto Internacional de Investigación para el Arroz: el arroz dorado fue desarrollado con fondos públicos y su patente fue liberada. Es difícil pues encajar el argumento antimultinacionales en este caso.

En la carta firmada por el más de centenar de premios Nobel, se pide a los gobiernos que rechacen la campaña de Greenpeace en contra del arroz dorado, y en contra de los cultivos mejorados con biotecnología en general. "La oposición basada en las emociones y el dogma y contradicha por los datos debe ser detenida".

En el año 2000, un artículo publicado en la revista 'Science' explicaba la biotecnología detrás del arroz dorado. Se trataba de una variedad modificada genéticamente para sintetizar los precursores del betacaroteno, necesario para sintetizar vitamina A. El desarrollo era obra del Instituto Federal Suizo de Tecnología, y la idea era que se pudiese cultivar en aquellos países en los que, por culpa de la dieta, las personas no tienen un aporte suficiente de este precursor y por tanto padecen una deficiencia de vitamina A, que lleva asociada problemas de vista e incluso ceguera.

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