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Una antena implantada bajo la piel evitará infecciones en pacientes de cáncer
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desarrollada en la universidad de navarra

Una antena implantada bajo la piel evitará infecciones en pacientes de cáncer

Ingenieros españoles han desarrollado una tecnología capaz de avisar en caso de complicación. El invento podría aplicarse a personas con las defensas bajas

Foto: La implantación de chips corporales marcará el camino de la medicina
La implantación de chips corporales marcará el camino de la medicina

El ser humano y la tecnología han sido inseparables desde los comienzos de nuestra especie. Hoy vivimos rodeados de ella en simbiosis, pero los transhumanistas aseguran que la siguiente etapa reside en su implantación bajo la piel. La medicina dio el primer paso hacia este futuro el siglo pasado: el primer marcapasos portable data de 1958. Ahora, un equipo de ingenieros de la Universidad de Navarra ha desarrollado un sistema de antenas inalámbricas que monitoriza el estado de pacientes con enfermedades graves, y avisa en caso de infección.

"Los implantes inteligentes ofrecen ventajas directas y van a fundirse con el día a día de los hospitales", asegura a Teknautas el ingeniero de la Escuela Superior de Ingenieros de San Sebastián (Tecnun) y corresponsable del proyecto, Christoph Schmidt. Su dispositivo está compuesto por un biosensor que mide la contaminación microbiana, junto con la electrónica necesaria para procesar y transmitir estos datos, batería incluida.

El dispositivo está compuesto por un biosensor que mide la contaminación microbiana, una antena que transmite los datos y una batería

El dispositivo desarrollado por Schmidt está concebido para funcionar como una ampliación de los 'portacath', una tecnología que se implanta en el pecho para distribuir la quimioterapia a los pacientes de cáncer, más propensos a sufrir infecciones debido a sus bajas defensas. El ingeniero explica que, si el 'portacath' sufre un fallo o comienza a infectarse, su dispositivo transmite una alarma al ordenador para avisar de que es necesario retirar el implante inteligente.

Estos 'portacaths' son dispositivos metálicos de pequeño tamaño conectados a un catéter; suelen ser instalados en el tórax para funciones tan diversas como las transfusiones y extracciones de sangre y la administración de medicamentos. Una vez implantado puede durar años sin apenas cuidados y evitar así repetidos pinchazos, ya que puede aguantar más de 3.000 punciones. El problema, que pretende solucionar el invento de Schmidt, es que en ocasiones pueden surgir complicaciones como obstrucciones o infecciones.

Las antenas están "miniaturizadas" y son capaces de funcionar "en el delicado entorno del cuerpo humano", según aclara Schmidt. Este era el principal reto de la tecnología, que de momento es sólo un prototipo: "Como el implante inteligente no debe ocupar más volumen que sin electrónica, la miniaturización es compleja y cara". El investigador explica que todavía harán falta un par de ciclos de desarrollo antes de que el dispositivo pueda ser aplicado en pacientes.

Mundo cíborg

Schmidt no duda que el futuro de la medicina yace en los. implantes inteligentes, ya sea para prevenir enfermedades, monitorizar los datos fisiológicos del día a día e incluso "ampliar las habilidades del cuerpo". En una sociedad cada vez más envejecida también podrían ser empleados para aumentar la calidad de vida de los más mayores y así disminuir los ingresos hospitalarios y sus costes asociados.

Como el implante inteligente no debe tener más volumen que el que ocuparía sin electrónica, la miniaturización es compleja y cara

Este potencial no está exento de retos y dilemas éticos. Las altas exigencias a nivel de seguridad —sin olvidar los posibles 'hackeos'—, fiabilidad y compatibilidad con el cuerpo humano provocan que este tipo de tecnologías, aunque ya se encuentren en desarrollo, sea "un desafío a largo plazo".

Como sucede con la edición genética, Schmidt cree que la aceptación de la sociedad también supondrá un reto. "Si es una necesidad médica para un tratamiento lo más obvio y natural es que se acepte su empleo", defiende el ingeniero. Los biosensores implantados bajo la piel para ayudar a los pacientes son sólo el principio de esta historia.

El ser humano y la tecnología han sido inseparables desde los comienzos de nuestra especie. Hoy vivimos rodeados de ella en simbiosis, pero los transhumanistas aseguran que la siguiente etapa reside en su implantación bajo la piel. La medicina dio el primer paso hacia este futuro el siglo pasado: el primer marcapasos portable data de 1958. Ahora, un equipo de ingenieros de la Universidad de Navarra ha desarrollado un sistema de antenas inalámbricas que monitoriza el estado de pacientes con enfermedades graves, y avisa en caso de infección.

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