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Cazadores de satélites: una red de astrónomos aficionados que espía el cielo
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Cazadores de satélites: una red de astrónomos aficionados que espía el cielo

Rastrean los cielos para saber qué objetos sobrevuelan nuestras cabezas en todo momento. Estos astrónomos aficionados tienen catalogados todos los objetos artificiales en órbita terrestre

Foto: Aviones espía, satélites norcoreanos... cualquier objeto que orbita la Tierra es visible con un telescopio. (Reuters)
Aviones espía, satélites norcoreanos... cualquier objeto que orbita la Tierra es visible con un telescopio. (Reuters)

El pasado 20 de mayo, el Ejército del Aire de Estados Unidos lanzó al espacio un cohete en cuyo interior se encontraba el X-37B, un avión espía no tripulado fabricado por Boeing. Similar al retirado transbordador espacial, aunque a escala reducida, poco se sabe de la misión que lleva a cabo el X-37B, dada su naturaleza. Pero no importa el manto de secretismo que el ejército estadounidense despligue sobre su vehículo, ya que un numeroso grupo de astrónomos aficionados conoce en todo momento su posición.

Chris Peat es uno de esos cazadores de satélites. Este ingeniero de software del Centro de Operaciones Espaciales de Alemania es el responsable de Heavens Above, una web creada en verano de 1999. La página se dedica a recopilar todos los objetos artificiales que orbitan la Tierra para que cualquier observador aficionado pueda localizar, y ver con sus propios ojos, desde un satélite hasta la Estación Espacial Internacional.

"El rastreo de satélites se convirtió en un hobby en los noventa y se me ocurrió que sería interesante juntar esas predicciones en internet, que era relativamente nuevo en aquel momento", explica Peat por teléfono. "Compramos servidores y tenemos hasta publicidad aunque sigue siendo un hobby".

En Heavens Above se pueden encontrar datos para localizar la Estación Espacial Internacional o el telescopio Hubble

Heavens Above cuenta con un millón de usuarios registrados y recibe cada día una media de unas 400.000 a 500.000 visitas. En su web se pueden encontrar, listados, todo tipo de objetos. El más fácil de reconocer es la Estación Espacial Internacional, gracias al tamaño, aunque hay que estar ojo avizor al observarla ya que la velocidad a la que se mueve hace que sólo sea visible en lapsos de tiempo muy cortos.

Este domingo 13 será visible en Madrid durante algo menos de cinco minutos. La nave aparecerá por el noroeste a las 18:21 y desaparecerá por el nornoreste a las 18:26. "No necesitas ningún instrumento para verla —explica Peat—. Lo puedes hacer a simple vista. Durante una semana está visible al anochecer, la siguiente sobrevuela durante el día y no se puede apreciar y la posterior lo hace por las mañanas, a primera hora. Es tan brillante como una estrella y se puede ver a simple vista incluso en una gran ciudad".

Para tener todos estos datos a mano, Peat utiliza los conocimientos vertidos por una "red mundial de observadores". Armados con unos prismáticos, calculan las órbitas de los diferentes satélites en función de sus observaciones y las cuelgan en la red.

El Hubble antes que Saturno o Júpiter

"Seguir satélites es una extensión de mi afición por la astronomía, una actividad que he practicado desde que era un niño —explica David Dickinson, antiguo soldado del ejército de Estados Unidos y responsable del blog Astro Guyz, en el que informa de novedades interesantes para otros astrónomos aficionados—. Es fascinante imaginar todos los distintos satélites que están ahí arriba y me parece divertido resolver qué es cada uno de ellos. Tengo amigos que se han entusiasmado más al observar el Hubble o la Estación Espacial que cualquier otro cuerpo celeste".

Uno de esos objetos que Dickinson puede observar, y que está listado en la página creada por Peat, es el X-37B. Pocos días después del lanzamiento, los cazadores de satélites consiguieron descifrar su órbita: se encuentra estacionado a una altura entre 312 y 325 kilómetros con una inclinación de 38º respecto al ecuador. "Es grande y fácil de ver porque está en una órbita baja pero a la gente le gusta observarlo porque es algo prohibido", explica Peat.

Poco se sabe de la misión del X-37B y el ejército sólo anuncia el aterrizaje del aparato. El vuelo inaugural de la nave duró 227 días, el segundo permaneció en órbita 469 y el tercero rompió todos los récords al pasar 675 días en el vacío espacial. "Se especula mucho con la misión que está llevado a cabo. Lo más seguro es que esté probando nuevas tecnologías para el Ejército del Aire", reconoce Dickinson.

¿Qué puede hacer un ciudadano corriente para observar uno de estos satélites? Alfred Rosenberg, astrofísico divulgador del Instituto de Astrofísica de Canarias advierte que seguir estos objetos tiene una complicación añadida respecto a la observación astronómica tradicional: "El cielo se mueve muy lentamente, tienes doce horas para ver un objeto que sale por el este y se pone por el oeste. Los satélites se mueven muy rápido y cruzan el cielo en apenas tres, cuatro o siete minutos en función de la velocidad. Necesitamos instrumentos que se muevan rápido".

Los satélites se mueven muy rápido y cruzan el cielo en apenas tres, cuatro o siete minutos en función de la velocidad

Rosenberg insiste en el hecho de que muchos de estos objetos se pueden ver a simple vista "porque reflejan la luz del sol". Pero si el usuario quiere una visión más detallada necesita "un telescopio con ciertos aumentos y una montura programable que pueda seguir la órbita de ese satélite". El astrofísico recuerda que también son necesarios los parámetros orbitales, los mismos que se pueden encontrar en Heavens Above u otras páginas al uso, para realizar un correcto seguimiento de un objeto.

Fuentes consultadas por Teknautas exponen dos soluciones para el consumidor que se quiera animar a echar un vistazo con detalle a la Estación Espacial o al Kwangmyŏngsŏng-3, el primer satélite de Corea del Norte. Una, más económica, se puede obtener a partir de 700 euros e implica el uso de un software externo para alinear el telescopio. Las opciones que incorporan toda la tecnología necesaria para hacer el seguimiento desde el mismo telescopio son algo más costosas, ya que ascienden a unos 2.000 euros. "Es un hobby un poco caro", bromea Rosenberg.

El pasado 20 de mayo, el Ejército del Aire de Estados Unidos lanzó al espacio un cohete en cuyo interior se encontraba el X-37B, un avión espía no tripulado fabricado por Boeing. Similar al retirado transbordador espacial, aunque a escala reducida, poco se sabe de la misión que lleva a cabo el X-37B, dada su naturaleza. Pero no importa el manto de secretismo que el ejército estadounidense despligue sobre su vehículo, ya que un numeroso grupo de astrónomos aficionados conoce en todo momento su posición.

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