Salas de simulación (sin realidad virtual): así se entrena la guerra en España
El ejército ya no entrena, exclusivamente, con munición real. Diversos simuladores permiten ahorrar costes y practicar en diferentes escenarios que no se pueden replicar en España
La guerra nunca ha estado tan cerca de convertirse en un videojuego. Esa es la idea que desarrollan los diferentes simuladores de tiro con los que soldados y policías entrenan de manera cotidiana para estar preparados ante diferentes posibles escenarios y, especialmente, para ahorrar costes.
El pasado mes de octubre, el Acuartelamiento de Sangenis, en Zaragoza, anunció la puesta en marcha de un concurso para fabricar una sala negra en sus instalaciones. Una sala negra es una habitación, "de aproximadamente unos diez por cinco metros, muy básica, en la que disparas a amigos, enemigos o rehenes que aparecen en una pantalla", explica a Teknautas José J. Vicente, de la oficina de comunicación de la Base de El Goloso, en Madrid.
La sala negra es el primer estadio de ese entrenamiento que ya no se hace sobre el terreno sino bajo techo y entre cuatro paredes. "Se trabaja por binomios y se practica el tiro instintivo", prosigue Vicente. El encargado de comunicación compara esa situación a la que se encuentra "la Guardia Civil cuando entra a un piso", un momento en el que soldados o agentes de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado tienen que decidir en milésimas de segundo si abren fuego.
Una sala negra tiene un tamaño de unos diez por cinco metros cuadrados y sirve para practicar el tiro instintivo
Esa sala negra es "un primer estadio" del entrenamiento virtual, explica Vicente, que señala una solución más avanzada, desarrollada por Indra, con la que el ejército entrena a sus tropas. El Simulador de Tiro de Armas Individuales, también conocido como Victrix, es un programa que se utiliza en una sala algo más grande que una negra, y que proyecta imágenes más elaboradas sobre las paredes.
"Puedes simular misiones con lluvia o de noche. El simulador es como un videojuego, hacemos entrenamientos cada vez más difíciles. Se pueden preparar misiones de combate como si estuvieras en Afganistán", puntualiza Vicente.
¿Cómo funciona ese sistema sobre el terreno? Los soldados utilizan armas reales modificadas. Tal y como se puede leer en un folleto preparado por Indra, el sistema se puede utilizar con un rango que cubre diferentes modelos de Beretta, un par de Gloks y que incluye ametralladoras ligeras, pesadas y otras armas. En el cargador, se incluye un sistema recargable de aire comprimido que simula el retroceso al apretar el gatillo y las armas incorporan un láser que se encarga de informar dónde se dispara en todo momento.
Una de las mayores ventajas que presenta Victrix es el ahorro, tanto económico como de tiempo, para el ejército. "Te ahorra muchísima munición y tiempo en traslados y permite un entrenamiento más fluido —señala Vicente—. No hay que bajar al campo de tiro para prepararnos y perder un mañana en transporte. Al campo se sigue yendo, pero como formación complementaria te ahorra tiempo y dinero".
Indra también señala el hecho de que el arma no se inutiliza con la práctica (ya que se puede volver a equipar para su uso en combate), la evaluación detallada que ofrece a los instructores y la flexibilidad que aporta el programa que viene de serie con unos escenarios predefinidos pero que se puede alterar a gusto del consumidor.
El ejército no es el único que utiliza esta técnica de entrenamiento. La Policía Municipal de Madrid también entrena a sus agentes en salas negras, galerías de tiro virtuales como se conocen en el cuerpo, aunque su uso no está extendido en todo el país. Los Mossos de Esquadra, en Catalunya, no cuentan con ninguna de estas instalaciones. "A nivel de seguridad ciudadana estándar se practica con el arma reglamentaria y con munición real. En esto aplicamos una máxima: entrena como trabajas y trabaja como entrenas", explica a Teknautas una fuente de los Mossos.
Contra el entrenamiento con balas de fogueo
Steve Benyon estuvo desplegado en Afganistán entre 2011 y 2012 y escribió un texto en su blog acerca del entenamiento en entornos virtuales. Una práctica con la que no comulga especialmente: "Los soldados se ejercitan en un entorno ideal pero las armas que utilizan no logran el mismo retroceso que una real aunque puedan replicar el aspecto y el peso. Los fundamentos del tiro de precisión son cuatro: tener una posición estable, apuntar, respirar y apretar el gatillo. Algunos de estos simuladores ponen al soldado en una situación de estrés para que decida si debe disparar o no. Al no tener retroceso, puedo disparar un rifle sin utilizar ninguno de estos fundamentos".
Sujetaba el M4 con una mano sabiendo que el objetivo al que acababa de disparar iba a levantarse tres segundos más tarde
Benyon pone el ejemplo de una práctica de tiro en la que no logró sumergirse: "Estuve hablando con un amigo mientras sujetaba el M4 con una mano sabiendo que el objetivo al que acababa de disparar iba a levantarse tres segundos más tarde". El antiguo soldado también pone el ejemplo de un entrenamiento nocturno en el que le tocó disparar "a puntos de luz que parpadeaban sobre una lona negra".
La realidad virtual no llega a España
Preguntado por el futuro del entrenamiento militar, Vicente asegura que el ejército de Tierra no necesita desembolsar en nuevas tecnologías ya que le basta con actualizar el software en función de las necesidades puntuales: "No necesitamos un simulador más complejo. Lo único, hacer misiones más específicas".
Vicente descarta el uso de la realidad virtual en el ejército español —"tampoco está previsto que la implementemos en el futuro", asegura— pero esta tecnología se ha hecho un hueco, poco a poco, en otros cuerpos armados. El ejército de Estados Unidos utiliza un programa llamado Dismounted Soldier Training System (DSTS) que permite enseñar tácticas y trabajo en equipo dentro de un entorno virtual.
La ironía del entrenamiento militar con realidad virtual reside en el hecho de que se acerca a esa cotidianeidad que los videojuegos han querido emular durante años. Creado por Intelligent Decisions, el DSTS funciona con un motor gráfico desarrollado por Crytek, el mismo estudio responsable de Crysis.
La llegada de gafas de realidad virtual al mercado de consumidores estrechará todavía más los límites entre lo que experimenta un soldado en un entrenamiento y lo que percibe un jugador de Call of Duty en su hogar. El ejército del Reino Unido puso en marcha una campaña el pasado mes de enero en el que utilizaba las gafas Oculus Rift, adquiridas meses atrás por Facebook, para reclutar a nuevos soldados. Y lo hizo con la proyección de un vídeo en el que ponía al espectador en la piel de un soldado a bordo de un tanque para que experimentara en primera persona las sensaciones que despierta el combate.
El ejército noruego ha ido un paso más allá y ha implementado esas mismas gafas de realidad virtual en el entrenamiento con carros de combate. El hecho de utilizar unas gafas que siguen el movimiento de la cabeza permite al conductor del vehículo posicionarlo donde quiera con una precisión milimétrica gracias a las diferentes cámaras repartidas por el tanque. La guerra del futuro comenzará a prepararse desde el sofá de casa.
La guerra nunca ha estado tan cerca de convertirse en un videojuego. Esa es la idea que desarrollan los diferentes simuladores de tiro con los que soldados y policías entrenan de manera cotidiana para estar preparados ante diferentes posibles escenarios y, especialmente, para ahorrar costes.
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