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Fotocatálisis, o cómo la pintura de las paredes puede eliminar la contaminación
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solo necesita la presencia de luz y oxígeno

Fotocatálisis, o cómo la pintura de las paredes puede eliminar la contaminación

Luz, oxígeno y un catalizador, el dióxido de titanio, son los tres elementos necesarios para convertir cualquier superficie en un arma contra la contaminación urbana

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En el mes de julio, una vez más, las alarmas se disparaban por los altísimos niveles de contaminación registrados en el aire de Madrid. Las autoridades se planteaban restringir el tráfico mientras pedía a los ciudadanos que utilizasen el transporte público para intentar controlar la cantidad de partículas nocivas suspendidas en el ambiente.

La capital suele ser escenario de este tipo de crisis, pero no es el único lugar en España donde la contaminación urbana es un problema que afecta a la salud de los ciudadanos. Según algunos estudios, el gasto sanitario a causa de la contaminación equivale a entre un 2 y un 4 % del PIB.

Como comenta David Almazán, presidente de la Asociación Ibérica de la Fotocatálisis, lo ideal para resolver este problema sería que todos dejásemos el coche en casa y nos moviésemos en bicicleta. Pero visto que esto no será un cambio rápido ni sencillo, éldefiende la tecnología como medio para paliar una situación que pone en riesgo nuestra salud.

Fotocatálisis, una reacción química que neutraliza la contaminación

Para ello, explica, la fotocatálisis es una apuesta sencilla, eficaz y asequible. Se trata de aprovechar una reacción química entre varios elementos de forma que los gases contaminantes se conviertan en otro producto, más fácil de procesar y eliminar, reduciendo su presencia en el aire.

La fotocatálisis es una reacción de oxidación que se produce cuando coinciden tres factores: dióxido de titanio (que actúa como catalizador), oxígeno y luz, ya sea ultravioleta o luz visible. Cuando tiene lugar, la reacción neutraliza los óxidos de nitrógeno (NOx), uno de los gases contaminantes más habituales en las ciudades, que proviene de las emisiones del tráfico. Es similar a la fotosíntesis de las plantas, que cuando reciben luz pueden transformar el dióxido de carbono en oxígeno.

Almazán explica que puesto que en España tenemos muchísimas horas de luz al año y que el oxígeno está presente en el aire de forma natural, lo que se puede hacer para aprovechar el efecto de purificación del aire en las ciudades es aplicar el dióxido de titanio a los elementos urbanos: se puede incorporar al cemento, utilizarlo en formato espray para rociar mobiliario urbano o el asfalto, o mezclarlo con pintura y cubrir con ello las fachadas o cubiertas de los edificios.

“El asfalto, las aceras, los cristales, las farolas… Cualquier superficie es susceptible de convertirse en fotocatalítica”, cuenta Almazán. Además mantiene los objetos visiblemente más limpios, ya que evita el crecimiento de bacterias y hongos, y tiene un efecto deodorante. Y no solo en el exterior, también en el interior de casas, oficinas, escuelas, hospitales y otros recintos cerrados la fotocatálisis puede tener su aplicación.

Como toda reacción química, la fotocatálisis no elimina sin más una sustancia, sino que la transforma, en un proceso que genera además una serie de residuos o subproductos. En este caso, los óxidos de nitrógeno desaparecen y se obtienen nitritos y nitratos, compuestos basados en el nitrógeno, que aparecen como sales, como un polvo algo pesado que se deposita en el suelo. “En interiores, este polvo se barre o se aspira como el polvo común, con la ventaja de que al ser más pesadollega antes al suelo, disminuyendo así las probabilidades de respirarlo”, explica Almazán.

En exteriores, los nitritos y nitratos se retiran o bien con la lluvia o con la acción de los equipos urbanos de limpieza. En ambos casos, terminan llegando a los puntos de depuración de aguas, donde se procesan como cualquier otra partícula. No hay mayor dificultad ni encarece los precios. Es, por decirlo de alguna forma, un modo de hacer la contaminación y más tangible y, por tanto, más fácil de eliminar de nuestro entorno.

Aceras y asfalto catalíticos en Madrid y Barcelona

La fotocatálisis lleva años empleándose de forma habitual en otros países, como Japón o Italia, y, aunque con dificultades y a paso lento, ha aterrizado en España donde su potencial es enorme. Esta misma semana comienzan las obras en el distrito de Villaverde, en Madrid, para instalar entre 50.000 y 60.000 metros cuadrados de pavimento fotocatalítico, y en la Avenida Diagonal de Barcelona ya están en marcha los trabajos para colocar 25.000 metros cuadrados de acera fotocatalítica.

“El precio de estos materiales es ligeramente más alto que el de sus homólogos no fotocatalíticos, claro, pero hay que tener en cuenta el ahorro que supone en gasto sanitario”, cuanta Almazán, que lamenta que la situación económica, en especial la crisis de los ayuntamientos, esté ralentizando el desembarco de esta tecnología en España. “Si estuviésemos en 2001 esta tecnología se utilizaría ya en todas partes”.

Almazán preside la Asociación Ibérica de Fotocatálisis, de la que forman parte tanto empresas productoras como organismos científicos, entre ellos el CSIC. Como actividad profesional, es directivo de Eptisa, una empresadedicada entre otras cosas a realizar controles de calidad de estos productos. En los últimos dos años han testado más de 150 muestras, y asegura que su calidad no deja de aumentar.

Por ahora, a nivel doméstico, la fotocatálisis está al alcance de cualquiera: se puede comprar pintura fotocatalítica para las paredes en cualquier superficie comercial dedicada al bricolaje por aproximadamente 10 euros el litro. "Lo ideal sería que no nos hiciese falta, claro", concluye Almazán, pero hasta entonces, es una forma eficaz de conseguir un aire más limpio.

En el mes de julio, una vez más, las alarmas se disparaban por los altísimos niveles de contaminación registrados en el aire de Madrid. Las autoridades se planteaban restringir el tráfico mientras pedía a los ciudadanos que utilizasen el transporte público para intentar controlar la cantidad de partículas nocivas suspendidas en el ambiente.

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