Los usuarios vapulean la aplicación de mensajería de Facebook

¿WhatsApp? ¿LINE? ¿Telegram?… Muchas veces olvidamos al Messenger de Facebook, un servicio de mensajería que acumula millones de usuarios y que últimamente está en el disparadero tras una serie de actualizaciones que han terminado de colmar la paciencia de los usuarios, y han organizado una rebelión muy peculiar votando negativamente de forma masiva la app en las respectivas tiendas de aplicaciones.

¿Unos pocos votos? No, son miles los votos que han tirado las críticas de la aplicación a niveles preocupantes, hasta el punto que desde Facebook se ha tenido que emitir una entrada aclarativa en el blog corporativo explicando que su demonizada app no es tan mala como la pintan.

¿Cuáles han sido los detonantes de esta rabieta colectiva? Podemos decir que dos: un cambio en la política de privacidad a comienzos del mes pasado que obligaba al usuario a aceptar unas condiciones de uso draconianas, por un lado, y la que terminó de desatar el incendio, la obligatoriedad de instalar una aplicación móvil específica para usarlo.

Sobre lo primero, lo cierto es que el usuario se ha visto obligado a aceptar las conocidas TOS (Terms of Service) en unas condiciones que pondrían los pelos de punta a cualquiera que las leyera, aunque por suerte para Facebook, casi nadie las lee. De esta manera, el usuario da permiso a la aplicación a hacer llamadas, enviar mensajes, grabar audio, y sacar fotos, todo esto sin nuestro permiso específico.

Aunque siendo justos, estas condiciones suelen ser por desgracia más habituales de lo que pensamos, y de hecho, casi el pan nuestro de cada día de muchas aplicaciones que necesitan acceder a ciertos datos para funcionar con normalidad. ¿Por qué entonces el escándalo? Básicamente por la sombra de la duda sobre el respeto a la privacidad que planea de forma permanente sobre la red social. La cantidad de información que alberga Facebook sobre el usuario es descomunal, pero ahora con las aplicaciones móviles se cuenta además con la ubicación del usuario y sus hábitos de uso con el móvil.

Vapuleados por los votos negativos

Como apuntamos, una entrada en el blog oficial ha intentado atajar la crisis, sobre todo en lo referente al acceso al micrófono y la cámara, y lo que es más importante, una explicación sobre por qué se ha obligado al usuario a instalar una aplicación paralela de mensajería cuando antes estaba integrada en la propia de Facebook. “Estas afirmaciones no son ciertas y en muchos casos se han rectificado”, podemos leer al final del primer párrafo, en lo que podemos entender como un mea culpa más o menos encubierto.

Y este ha sido precisamente el problema al que se ha enfrentado Facebook desde sus inicios: una invasiva política de privacidad que ha alarmado en diversas ocasiones a los usuarios obligando a retroceder determinadas decisiones. El segundo punto que han abordado las huestes de Zuck en esta entrada es explicar por qué era necesaria una app independiente: el envío de mensajes es hasta un 20% más rápido y por otro lado, se pueden utilizar las famosas stickers.

Pero parece que esta intervención no ha puesto fin a la humillación, como califica gráficamente Business Insider, y de hecho el 94% de las votaciones recibidas por los usuarios han sido de una sola estrella, un castigo manifiesto, como dejar un céntimo de propina. Sin embargo, la aplicación sigue contando con un elevadísimo número de descargas y atentos al dato, porque Facebook piensa obtener un rendimiento extra de los mismos planificando una pasarela de pago móvil desde la propia aplicación.

Un futuro ambicioso que aporta un poco de luz a un asunto un tanto turbio en torno a la aplicación. ¿Conseguirá Facebook dar la vuelta al enfado de los usuarios? Parece que no a corto plazo, pero este gesto ha sido una muestra patente de que al final no compensa actuar sin su beneplácito.