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Una pareja bien avenida: el porno en internet no entiende de crisis
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SE CALCULA QUE MUEVE 97 MIL MILLONES DE DÓLARES AL AÑO

Una pareja bien avenida: el porno en internet no entiende de crisis

Antes de internet, el negocio de la pornografía se veía reducido a las estanterías superiores de los videoclubs, estaciones de servicio o quioscos. También existían las

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Una pareja bien avenida: el porno en internet no entiende de crisis

Desde que se desarrollara la web los usuarios de porno pueden intercambiar imágenes entre sí, ver películas, vídeos caseros, chatear en directo o encontrar grupos de personas con un solo 'clic'. La primera consecuencia es que el consumo de este negocio se ha disparado. La segunda, que cientos de compañías se han hecho de oro.

Una de ellas fue AdultVest. Mientras la mayoría de sectores de la industria y la automoción se vieron arrastrados por la crisis, esta compañía -que fue el primer 'hedge fund' dedicado íntegramente al entretenimiento para adultos-, aumentó sus ingresos en un 50 por ciento en 2010. No contento con este éxito, su director ejecutivo F. Koenig, lanzó iPorn.com, un sito web que permite a los usuarios importar películas porno a sus teléfonos móviles, ordenadores y reproductores de última generación y que, por cierto, a día de hoy está siendo todo un éxito. "Hay más de seis mil millones de personas en este planeta, y la mayoría de ellos participa en este tipo de entretenimientos", aseguró entonces Koenig en una entrevista para el Daily News Magazine.

Rick’s Cabaret Internacional, una cadena de clubes de alterne y artículos relacionados con el sexo desde vibradores a control remoto hasta consoladores de lujo, también incrementó ese mismo año sus ingresos hasta en un 87 por ciento, y vio cómo sus hordas de adictos al sexo -que ya ascienden a más de 90.000-, le reportaban sólo en New York la escalofriante cifra de más de un millón de dólares al mes.

Las compañías que más se han beneficiado de este matrimonio entre la pornografía e internet han sido AdulVest, CyberAge, CCBill e Internet Billing Co. "Cada vez que hay una operación de pornografía en la red, hay una buena probabilidad de que al menos uno de estos equipos esté involucrado", escribió Seth Lubove en la revista Forbes.

Si la industria del porno creció en un jardín, estos intermediarios eran los jardineros. Pero ya no son los únicos. El deseo de tener acceso a la pornografía ya estaba en los consumidores y de eso se han aprovechado cientos de pequeñas compañías y 'startups'.

Un pastel que se reparten cientos de 'startups'

Ya lo auguró Larry Flynt, visionario y creador de la biblia y manifiesto de la industria pornográfica, la revista Hustler, cuando se atrevió a pedir a la mismísima Casa Blanca un rescate de la industria del sexo por valor de cinco mil millones de dólares, y se quedó tan ancho al asegurar aquello de: "En realidad, los estadounidenses pueden vivir sin coches -en relación al rescate de las automovilísticas anunciado por Barack Obama-, pero lo que no pueden es vivir sin sexo".

Es difícil establecer las cifras que maneja esta industria. Algunas estadísticas colocan sus ingresos en hasta 97 mil millones de dólares al año. Se calcula que cada segundo 28.000 usuarios consultan porno online sólo en EEUU. Un gran pastel que está beneficiando a muchas compañías.

Hace tiempo, el famoso musical Avenue Q lanzó una obra con los muppets en la que cantaron una canción que, a pesar de ser una broma, transmitía una verdad como un templo: "The Internet is really really great… for porn! I’ve got a fast connection so I don’t have to wait… for porn!"

La canción, que circuló por internet alcanzando un número de visionados realmente alto, refleja lo que está pasando en la web, hasta tal punto que algunos analistas no han dudado en asegurar que tenemos que dar las gracias a la pornografía y al intercambio de música y películas por las conexiones rápidas de banda ancha.

Además de los pesos pesados del negocio de la pornografía, una de las pequeñas compañías que se ha visto beneficiada por internet ha sido Lovehoney. Según Matt Curry, director de e-commerce de la compañía o, como él mismo se define en su perfil de Twitter, "principal azote y 'tastemaker' Sexual": "Gracias a internet nuestros clientes tienen un acceso fácil, privado y rápido a nuestros juguetes sexuales. Algo que nos ha beneficiado mucho".

Algo en lo que tiene que ver y mucho el uso de la tarjeta de crédito. Su lista de juguetes sexuales favoritos, publicado en el blog Lovehoney, da una buena idea de la cantidad de compras en línea que soporta la compañía. Dane Productions es otro ejemplo del éxito de este negocio. Hace 10 años lanzaba su primera película. Hoy, los ingresos superan las seis cifras gracias a su expansión por la web. A un nivel inferior, Grindr también ha sacado tajada. Esta página ha alcanzado los 4 millones de usuarios en 192 países.

El talón de Aquiles del porno

Sin embargo, la industria de la pornografía está perdiendo dinero por culpa de sitios como YouPorn o RedTube. Páginas que aplicaron la filosofía de YouTube a la pornografía y donde cualquiera puede subir su propio contenido. Estas páginas ganan dinero con la publicidad, mientras están provocando que algunas compañías ganen menos con las ventas de películas.

Ahora, una pareja y una cámara es suficiente para hacer una obra porno, publicarla en internet y empezar a generar ingresos. Y es que el contenido amateur se ha convertido en uno de los reclamos más populares. Después de décadas de cabello rubio decolorado a lo Jane Fonda y pechos de plástico, la gente empieza a preferir algo más real. Pero todo esto es parte de la tendencia inevitable de la tecnología. La misma que encumbró este negocio y que, paradojas de la vida, también puede terminar acabando con él.

Desde que se desarrollara la web los usuarios de porno pueden intercambiar imágenes entre sí, ver películas, vídeos caseros, chatear en directo o encontrar grupos de personas con un solo 'clic'. La primera consecuencia es que el consumo de este negocio se ha disparado. La segunda, que cientos de compañías se han hecho de oro.