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El porno llega a Kinect
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THRIXXX DESARROLLA UNA APLICACIÓN PARA XBOX

El porno llega a Kinect

Estaba cantado. Era una cuestión de tiempo. Una consola, la Xbox 360, dotada con un periférico, Kinect, que es capaz de percibir nuestros movimientos como por

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El porno llega a Kinect

Estaba cantado. Era una cuestión de tiempo. Una consola, la Xbox 360, dotada con un periférico, Kinect, que es capaz de percibir nuestros movimientos como por arte de magia, era carne fácil para un tipo de aplicaciones diferentes a los juegos. Y no, no nos estamos refiriendo al deporte o al baile, sino al porno de toda la vida, aunque, eso sí, adaptado a nuestros tiempos. Contar con un partner siempre dispuesto al que podemos ver y tocar (aunque sea mentalmente), hará que muchos no duden en jubilar a la muñeca hinchable, primera víctima que se nos ocurre ante la llegada del sexo virtual. Los artífices de la idea son unos austriacos que responden a la marca Thrixxx, pero que, como veremos, no lo van a tener fácil.

  

¿Recuerdan aquel “Si quieres porno, compra Andoid” que espetó Steve Jobs? Pues bien, más de lo mismo en la sede de Redmond, a cuyos responsables se les ha erizado el espinazo ante la perspectiva de que su consola familiar se convierta en un mero instrumento al servicio del sexo. Microsoft lo deja claro: no habrá juegos pornográficos, o al menos, ellos no los autorizarán. “La Xbox es una consola familiar y Microsoft no autoriza contenido para adultos en ella.”, afirman en una escueta nota de prensa. El asunto no es para menos, sobre todo a la vista del tórrido vídeo que los irreverentes desarrolladores austriacos han puesto en circulación en YouTube. Pero la prohibición de los de Washington puede quedarse en una mera declaración de intenciones, puesto que el periférico ha sido ya hackeado en múltiples ocasiones, y puede que el porno sea uno de los usos de la consola que quedan fuera del manto legal de la compañía.

Lejos de caer en el desánimo ante el ‘no’ rotundo de Microsoft, y posiblemente confiando en el poder de la comunidad, los responsables de Thrixxx se refieren al asunto con una clarificadora frase: “el genio ha salido de la botella y va a hablar”, o lo que es lo mismo, sugieren que la llegada del porno a la consola parece un hecho imparable. Por otro lado, la firma creadora del programa proscrito se posiciona ante la perspectiva de acoso por parte de los de Bill Gates: “tal vez regalemos el juego como una contribución a la comunidad open source”. Guerra abierta entre usuarios y corporación. Mal asunto para los segundos.

Feliz Navidad a todos.

Estaba cantado. Era una cuestión de tiempo. Una consola, la Xbox 360, dotada con un periférico, Kinect, que es capaz de percibir nuestros movimientos como por arte de magia, era carne fácil para un tipo de aplicaciones diferentes a los juegos. Y no, no nos estamos refiriendo al deporte o al baile, sino al porno de toda la vida, aunque, eso sí, adaptado a nuestros tiempos. Contar con un partner siempre dispuesto al que podemos ver y tocar (aunque sea mentalmente), hará que muchos no duden en jubilar a la muñeca hinchable, primera víctima que se nos ocurre ante la llegada del sexo virtual. Los artífices de la idea son unos austriacos que responden a la marca Thrixxx, pero que, como veremos, no lo van a tener fácil.

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