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Los 'cacos' se sirven de las redes sociales para escoger a sus víctimas
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Los 'cacos' se sirven de las redes sociales para escoger a sus víctimas

Somos vanidosos y lo somos de forma innata. Es muy difícil evitar compartir nuestros éxitos, vacaciones y demás pequeñas victorias en nuestro día a día con

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Los 'cacos' se sirven de las redes sociales para escoger a sus víctimas

Somos vanidosos y lo somos de forma innata. Es muy difícil evitar compartir nuestros éxitos, vacaciones y demás pequeñas victorias en nuestro día a día con la gente que nos rodea. Lo hacemos en los bares, reuniones y demás momentos en los que damos rienda suelta a nuestra vida social, pero posiblemente, el escaparate más propicio a liberar esa coquetería que todos llevamos dentro sea las redes sociales. En Facebook y Twitter cada usuario tiene una serie de seguidores o amigos que están pendientes de los movimientos de cada uno: que si me he casado, que si he ganado un concurso, que si me voy de vacaciones... Precisamente muchos han calificado a Twitter como una red donde cada usuario va soltando sus 'pequeñas píldoras de vanidad': en esta exitosa red social uno puede escribir lo que se le antoje en menos de 140 caracteres y aunque hay honrosas excepciones, en pocas ocasiones podrá leer frases como 'me han despedido', 'me ha abandonado mi mujer'... todo el mundo quiere potenciar su lado bueno, ahí donde triunfa y lo proyecta a la red.

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Hasta ahí no hay nada incorrecto y es muy legítimo venderse en cualquier circunstancia. El problema radica en que en las redes sociales al igual que sucede en la vida de carne y hueso, hay de todo y por ello sería recomendable echar el freno a tanta coquetería y medir el calado de los detalles que filtramos a la red. En este sentido, la aseguradora británica Legal & General ha llevado a cabo un estudio entre usuarios de redes sociales que ha arrojado un dato preocupante: cerca de un 38% de los encuestados reconocía publicar con asiduidad en Facebook y similares todos los detalles sobre sus vacaciones (incluyendo las fechas), frente a un 33% que reconocía que hacía lo propio informando al mundo de cuándo se iba fuera los fines de semana. Un representante de esta aseguradora ha recalcado que hay un creciente número de usuarios en Facebook que solicitan ser su amigo sin ni siquiera conocerle, con lo que estaríamos ante lo que la firma califica como una 'brecha' en la seguridad. Hay que recordar en este sentido, que en las redes sociales muchos usuarios almacenan datos vitales y muy personales de cada uno, como la dirección, teléfono, lugar de trabajo, con quién se está casado y fotos de toda la familia.

Para demostrar este boquete en la seguridad de las redes sociales (o diremos más bien, del comportamiento o insensatez de algunos usuarios de estas redes), Legal & General solicitó -empleando un nombre de usuario ficticio- 'ser amigo' en Facebook y Twitter de 100 usuarios de cada red escogidos de forma aleatoria. Pese a lo que puedan pensar, un 13% de los usuarios de Facebook que recibieron esta llamada anónima aceptó otorgar a este perfecto desconocido todos los privilegios de acceso a sus datos personales, y un 92% hizo lo propio en Twitter sin ningún tipo de verificación previa. Hay que señalar que en un principio, en Twitter no se almacenan datos estáticos (domicilio, fotos, etc.), sino que vamos alimentándolo por momentos en microcápsulas a demanda y posiblemente por este motivo el porcentaje sea más elevado.

La indiscreción de los más jóvenes

Si a estas alturas del artículo está pensando que ningún amigo de lo ajeno seguirá sus pasos pues es muy discreto, el estudio ha puesto sobre la mesa otro dato sobrecogedor: cerca de un 40% de jóvenes entre 16 y 24 publicaban en Internet todos los detalles de sus vacaciones, y por extensión, de las de sus padres; para mayor desgracia, esta cifra de pregoneros aumenta a medida que la edad desciende, dando una idea clara de la poca sensación de peligro que perciben los más jóvenes cuando se sientan frente a los ordenadores. Como bien afirma la aseguradora responsable del estudio, esta cadena de imprudencias pueden provocar que un desconocido, del que ignoramos sus intenciones, cuente con todos los detalles en torno a una familia y sea el caldo de cultivo perfecto para llevar a cabo (previa planificación), el siguiente golpe con unas elevadas garantías de éxito.

Legal & General contó además con la inestimable ayuda de un ex-ladrón -Michael Fraser- para realizar el estudio, quien no dudó en calificar las redes sociales como 'el supermercado de los ladrones': "Es tan fácil manejarlas para localizar objetivos y recabar datos desde el sofá...". No crean que los 'cacos' son novatos en lo tocante a las nuevas tecnologías, y si no que se lo digan a una joven británica en cuya casa robaron y el ladrón, en un ejercicio de inhumanidad e impunidad a partes iguales, aprovechó que entre los objetos sustraídos se encontraba el ordenador de la víctima para acceder a Facebook desde su cuenta y mofarse de la facilidad del robo cometido.



Somos vanidosos y lo somos de forma innata. Es muy difícil evitar compartir nuestros éxitos, vacaciones y demás pequeñas victorias en nuestro día a día con la gente que nos rodea. Lo hacemos en los bares, reuniones y demás momentos en los que damos rienda suelta a nuestra vida social, pero posiblemente, el escaparate más propicio a liberar esa coquetería que todos llevamos dentro sea las redes sociales. En Facebook y Twitter cada usuario tiene una serie de seguidores o amigos que están pendientes de los movimientos de cada uno: que si me he casado, que si he ganado un concurso, que si me voy de vacaciones... Precisamente muchos han calificado a Twitter como una red donde cada usuario va soltando sus 'pequeñas píldoras de vanidad': en esta exitosa red social uno puede escribir lo que se le antoje en menos de 140 caracteres y aunque hay honrosas excepciones, en pocas ocasiones podrá leer frases como 'me han despedido', 'me ha abandonado mi mujer'... todo el mundo quiere potenciar su lado bueno, ahí donde triunfa y lo proyecta a la red.

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