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Punto y final a las restricciones musicales
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Punto y final a las restricciones musicales

La industria musical siempre ha recibido recelosa cualquier innovación el los sistemas de distribución de copias en formato digital. Cuando las redes P2P empezaron a popularizarse

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Punto y final a las restricciones musicales

La industria musical siempre ha recibido recelosa cualquier innovación el los sistemas de distribución de copias en formato digital. Cuando las redes P2P empezaron a popularizarse y el intercambio ilegal de música apretaba las tuercas de las discográficas algunas compañías empezaron a introducir códigos maliciosos en los ficheros que controlaban su uso e imponían restricciones.

Cuando Steve Jobs, fundador y consejero delegado de Apple, se disponía a lanzar su tienda virtual de música iTunes, la inclusión del DRM en las canciones convenció a Universal, Sony BMG, Warner y EMI que controlan el 70% de la distribución musical mundial.

El Digital Rights Managment o DRM es una tecnología que restringe el libre uso de los archivos a un número de reproducciones, copias o dispositivos en donde utilizarlos. Así el DRM de iTunes (‘FairPlay’) no permite escuchar la música más que en iPod, copiarla a cinco ordenadores y grabarla en un solo CD.

Steve Jobs casualmente está cansado

En un artículo publicado esta semana en la web de Apple, Steve Jobs, un oportunista nato, dice que ha llegado la hora de dejar de lado el DRM porque es un modelo que no funciona "ni funcionará jamás para frenar la piratería musical".

El ‘FairPlay’ de iTunes está provocando problemas legales en Alemania, Francia, Finlandia y Noruega. Además, la diversidad de dispositivos de reproducción y las conclusiones que derivan de la lucha por el control de la alta definición entre Blue Ray y HD DVD, han hecho recapacitar a fundador de Apple que presenta tres posibles soluciones.

La elemental es dejar todo como está y tratar solucionar de una forma u otra los problemas con los países europeos. Otra opción es abrir el DRM a la competencia para que todos puedan tener acceso a la venta desde la tienda virtual pero comprometiendo así seriamente la integridad del software de protección.

Tras rechazar la primera opción y explicar las posibles consecuencias de la segunda, Steve Jobs apuesta por eliminar cualquier tipo de restricción en los ficheros.

El número de descargas ilegales aumenta

Sin ánimo de entrar a juzgar la estrategia de Jobs, que en cualquier caso mejora las opciones de los usuarios en tiempos de fragmentación de los soportes digitales, los datos confirman la idea del fundador de Apple. Sólo en Estados Unidos se producen más de 1.000 millones de intercambios ilegales al mes. iTunes controla el 70% del mercado de la música de pago en USA y calcula que ha vendido algo más de 2.000 millones de canciones en 2006 frente a los 20.000 millones de descargas ilegales.

Las acciones judiciales y el espionaje de dudosa legalidad a los usuarios por parte de las sociedades de gestión de derechos no han tenido efecto alguno. El número de usuarios de redes P2P creció un 7%, mientras que las descargas lo hicieron en un 41%.

Un cambio de mentalidad necesario

Mientras vemos el desenlace de esta historia en la que Steve Jobs puede ser nombrado bastión indiscutible de la libertad musical. Vemos como es imprescindible que las discográficas y sociedades de gestión de derechos cambien radicalmente sus modelos.

En España destacamos como siempre por ser punteros en algo lamentable: el uso del canon como contraprestación económica que restituye el mal que provoca la piratería. El canon está dirigido a conservar una industria que se genera en torno a un bien cultural que es la música, no al propio artista o compositor de la obra.

Cuando los intermediarios tienden a desaparecer, cuando las licencias de uso de las obras varían enormemente unas de otras, las sociedades de gestión de derechos y las discográficas entorpecen la distribución y no favorecen a la creación porque están anquilosados en un modelo desfasado. Posiblemente algunos de los actores de la industria cultural tengan que desaparecer, pero con murallas de cartón piedra el problema de la piratería no va a desaparecer.

* Chema Martínez-Priego es consultor de Comunicación Interactiva de Secuoyas

La industria musical siempre ha recibido recelosa cualquier innovación el los sistemas de distribución de copias en formato digital. Cuando las redes P2P empezaron a popularizarse y el intercambio ilegal de música apretaba las tuercas de las discográficas algunas compañías empezaron a introducir códigos maliciosos en los ficheros que controlaban su uso e imponían restricciones.