El otro lado de PlayStation: el retraso europeo de la PS3 evidencia la crisis interna de Sony

Sony anunció el pasado jueves que retrasará cuatro meses el lanzamiento de su producto estrella, la videoconsola PlayStation 3, en Europa, con lo que la última versión de la play se perderá la campaña navideña en el Viejo Continente. Sus competidores, la Wii de Nintendo y la Xbox 360 de Microsoft, aprovecharán el desliz del gigante nipón, que ha puesto al descubierto su otro lado: los problemas internos que atraviesa.

“A Sony los europeos no les importamos. Da igual, compraremos las nuevas versiones de la competencia”, se quejaban en un foro videoadictos españoles, decepcionados porque el retraso sólo se producirá en Europa. No así en EEUU y Japón, donde la PS3 saldrá el próximo mes.

"Si me preguntan si la capacidad de producción de Sony se ha debilitado, no puedo negarlo", espetó ante la prensa el presidente de Sony Computer Entertainment (SCE), Ken Kutaragi, también llamado “el padre de la PlayStation”. A estos problemas de producción, debidos a la escasez de un diodo lector de rayos láser usado para la nueva tecnología blue-ray (el rayo azul), se añade el daño que ha hecho a la compañía la reciente retirada de sus baterías para ordenadores por parte de los fabricantes Dell y Apple, debido al riesgo de recalentamiento e incendio.

Según los expertos, Sony anticipaba pérdidas debido a los costes de desarrollo que exige la PS3, pero los defectos de fabricación de las baterías no afectarán sólo a los números del gigante, sino a su prestigio tecnológico y repercutirán negativamente en su estrategia de expansión.

De los 30 millones de jugadores con que cuenta el mercado global de las videoconsolas, Sony aspiraba a seis millones de unidades en todo el mundo antes de marzo. Algo que, debido al parón europeo, la compañía ya no podrá conseguir.