Prisión provisional por abusar de su hija de 16 años para enseñarle "cómo se hacía"

Una adolescente ha denunciado a su padre por abusar sexualmente de ella cuando tenía 16 años. Lo ha hecho en la localidad gallega de Villagarcía de Arosa, donde la gravedad de la acusación ha llevado a la jueza titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 a enviar al acusado a la cárcel como medida provisional mientras se desarrolla la investigación.

La denuncia, recogida por La Voz de Galicia, revela que los hechos habrían comenzado hace tres años, cuando la menor tenía 16 años, y se prolongaron durante meses. Al principio, de forma ligera con tocamientos y roces cuando la adolescente estaba en la ducha, para ir avanzando en dureza con el paso del tiempo.

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EFE

La joven tuvo que soportar las vejaciones sin que su madre fuera consciente de lo que sucedía, pero decidió actuar el día que su padre le hizo una confesión que le puso los pelos de punta, tal y como recoge el auto de la jueza: "En una ocasión, le dijo que lo mismo que le enseñaba a hacer a ella se lo enseñaría a su hermana cuando creciese".

Niega las acusaciones

Eso llevó a la joven a alejarse de su padre todo lo posible y, a partir de ese momento, vigilar que no hiciera lo mismo con su hermana, evitando que se quedara a solas con su progenitor. Aparentemente, y siempre según la versión de la denunciante, eso sirvió para que su padre dejara de abusar de ella, tras meses de calvario.

El padre habría dicho a la menor que pensaba hacer lo mismo con su otra hija

La defensa niega todas las acusaciones, negando la existencia de cualquier prueba y señalando que la denuncia se ha producido más de dos años después de los supuestos ataques. Además, coincide con que los padres de la supuesta víctima se encuentran en pleno proceso de divorcio, por lo que creen que podría tratarse de una estrategia para condicionarlo.

Sin embargo, la jueza sí cree que hay indicios en el testimonio de la adolescente y, por eso, ha enviado al padre a prisión provisional, estableciendo una fianza de 10.000 euros. En caso de que pudiera pagarla y salir en libertad, se le prohíbe tanto ponerse en contacto con sus hijas como acercarse a menos de 200 metros de su domicilio, colegio o del lugar en el que se encuentren.