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Prescribe el crimen de Helena Jubany: ¿qué pasa con el último imputado?
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Prescribe el crimen de Helena Jubany: ¿qué pasa con el último imputado?

Veinte años del crimen sin resolver de la bibliotecaria el juez acuerda su prescripción, pero hace solo una semana, salió un nuevo sospechoso citado como imputado en el caso

Foto: Helena Jubany, la joven bibliotecaria de 27 años que fue hallada muerta en Sabadell en diciembre de 2001. Fuente: Archivo
Helena Jubany, la joven bibliotecaria de 27 años que fue hallada muerta en Sabadell en diciembre de 2001. Fuente: Archivo

El caso de Helena Jubany, la bibliotecaria asesinada en diciembre de 2001, cierra definitivamente tras dos décadas. Así lo ha anunciado el magistrado del juzgado de Primera Instancia 2 de Sabadell en un auto en el que acuerda la prescripción del delito para todas aquellas personas que no hayan sido calificadas como investigadas en el crimen. Pero, ¿qué pasa si los investigadores dan con un sospechoso?

Hace tan solo una semana, la misma sala informó de que, por primera vez, se había citado como imputado al que podría ser el primer sospechoso de ser el autor material del crimen. Se trata de X.J.M., un hombre con quien Jubany estuvo intercambiando mensajes poco antes de aparecer muerta y a quien se le relaciona con las notas anónimas que la joven estuvo recibiendo antes de su muerte. El magistrado dejó claro que existía una "clara conexión" entre el acusado y estas cartas, concretamente en la que fue enviada el 9 de diciembre que contenía una especie de acertijo.

Foto: Helena Jubany, la bibliotecaria asesinada en 2001. Fuente: cedida

Por lo tanto, hay un potencial sospechoso pero el caso ha quedado archivado por el juez. ¿En qué quedará entonces la imputación a este último personaje? La respuesta está en el auto enviado por el TSCat, donde queda demostrado que, hasta ahora, la investigación por el asesinato de Jubany sigue presente, pero la decisión del magistrado se acoge a lo recogido en el artículo 131.1 del Código Penal. Según el cual, un delito prescribe a los 20 años cuando "la pena máxima señalada al delito sea prisión de quince o más años"; condición que cumple el actual caso.

En otros delitos, dependiendo de la pena de cárcel que impliquen las acusaciones, el tiempo de prescripción varía pero siempre empiezan a contarse desde el día en el que se produce el acto delictivo. En el caso de los cargos por homicidio, delitos contra la libertad sexual, malos tratos, torturas o detenciones ilegales, entre otros, cuando las víctimas son menores de edad, la cuenta atrás arranca cuando el afligido cumple la mayoría de edad.

Este particular reloj penal solo se detiene cuando, dentro de ese plazo, el procedimiento se dirija contra un culpable. Es entonces cuando comenzaría otra cuenta atrás partiendo del momento en el que cese ese proceso contra el sospechoso o se cierre sin fijar condena. Tras esta explicación, el Juzgado de Primera Instancia nº2 de Sabadell concluye que el proceso de investigación por el crimen de Helena Jubany prescribe. Eso sí, solo para los que, hasta ahora, no hayan sido considerados como en ningún momento como investigados.

Lo que excluye, por tanto, la última imputación practicada en el caso contra X.J.M. Contra esta decisión del tribunal cabe presentar un recurso en el plazo de tres días, o recurso de apelación en un límite de cinco días.

Otros sospechosos que no se libran

X.J.M. no ha sido el único sospechoso de estar implicado en el crimen de la joven bibliotecaria. Antes de él, mucho antes de él, estuvieron otras tres personas pertenecientes al entorno social de la víctima. Una de ellas fue Montse Careta, considerada, hasta hace poco, como la autora material del delito. Ella era la propietaria del piso en el que encontraron el cuerpo de Jubany y fue compañera suya en la Unió Excursionista de Sabadell.

Careta fue acusada por el asesinato de su amiga y, por ello, fue trasladada a la prisión de mujeres de Wad-Ras (Barcelona), pero solo unos días antes del juicio se ahorcó en su celda dejando una única nota en la que explicaba que ella no había matado a Helena. El rastro de Careta llevó a los investigadores hasta su entonces pareja, Santi Laiglesia, y una amiga de ambos, Ana Echaguivel. Todos ellos conocían a la víctima pero ninguno presentó una coartada de aquel 2 de diciembre de 2001.

El caso de Helena Jubany, la bibliotecaria asesinada en diciembre de 2001, cierra definitivamente tras dos décadas. Así lo ha anunciado el magistrado del juzgado de Primera Instancia 2 de Sabadell en un auto en el que acuerda la prescripción del delito para todas aquellas personas que no hayan sido calificadas como investigadas en el crimen. Pero, ¿qué pasa si los investigadores dan con un sospechoso?

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