Es noticia
La historia del inmigrante que perdió su casa… porque el banco no le pagaba
  1. Sociedad
CAJASTUR LE DEJÓ EN LA CALLE POR LAS DEUDAS DE UN CONSEJERO

La historia del inmigrante que perdió su casa… porque el banco no le pagaba

La historia del ecuatoriano Jorge Cordero sería la cotidiana de un inmigrante que llega a España en busca de fortuna y se encuentra con la crisis

Foto: La historia del inmigrante que perdió su casa… porque el banco no le pagaba
La historia del inmigrante que perdió su casa… porque el banco no le pagaba

La historia del ecuatoriano Jorge Cordero sería la cotidiana de un inmigrante que llega a España en busca de fortuna y se encuentra con la crisis que le impide pagar la hipoteca del piso en el que vive y el banco que le financió la vivienda le desaloja cuando no hace frente a las facturas… Si no fuera porque uno de los causantes de la morosidad de este hombre aún joven que vive en Asturias desde el año 2000, fue S. A.-C., hasta hace poco consejero y miembro de la dirección de la propia entidad financiera que le dejó en la calle tras adeudarle unos cuantos miles de euros.

Cordero protagonizó una huelga de hambre que duró más de 63 días y que se vio obligado a abandonar por prescripción facultativa, con el fin de exigir la dación en pago, ya que, además de quedarse con su casa, Cajastur, perteneciente al grupo Liberbank, aún le exige el pago de 108.000 euros, mientras su mujer y su hija de corta edad permanecen en la calle en busca de una solución.

Ahora Jorge Cordero se recupera de las secuelas de su durísima huelga de hambre en casa de unos amigos. Pero no cejará en su empeño de luchar por lo que cree justo. Sus allegados afirman que "no va a tirar la toalla" y que, la próxima semana, una vez esté restablecido físicamente, estudiará la forma de mantener viva la protesta, que se inició el pasado 20 de junio, un día después de que un violento desahucio que se saldó con una veintena de heridos y varios detenidos, acabara con sus muebles diseminados por la calle.

Durante el tiempo que vivió en España, Jorge trabajó en la construcción mientras su mujer limpiaba casas. Poco a poco, ambos consiguieron reunir los ahorros suficientes para montar una empresa de mensajería que llegó a tener cuatro empleados. Pero arribó la crisis y algunos de sus clientes, básicamente empresas de transporte, dejaron de pagarle. Una de ellas, en especial, ya que era propiedad de un político del Partido Popular que se distinguió por exigir en el seno de su organización que el candidato a presidente del Principado fuera Francisco Álvarez-Cascos, lo que le valió su ostracismo político.

Por aquel entonces, J. S. A.-C. compaginaba la concejalía en el ayuntamiento de la capital asturiana con su condición de consejero por dicha institución en la Caja de Ahorros de Asturias (Cajastur). Entre todos sus deudores a Jorge Cordero le tendrían que haber pagado 80.000 euros, de los que cerca de 8.000 pertenecen a los impagos del propio S. A.-C., pero el dinero no llegó y algunas de esas empresas siguieron funcionando con otro nombre y otra identificación fiscal.

En un momento determinado, el banco reclamó las cantidades impagadas a Jorge Cordero, que trata de negociar sin éxito con la entidad financiera una demora en el pago, aduciendo que su falta de liquidez obedece a que no le ingresan el dinero que le adeudaban, siendo uno de los morosos el citado representante político en la entidad. El pasado abril se produce un intento de desahucio que abortan el propio Cordero y un grupo de miembros de organizaciones opuestas al desalojo de viviendas impagadas.

Sin embargo, en junio se produce un nuevo intento que logra fructificar, si bien a costa de numerosos incidentes por la intervención de la Policía Nacional y el decidido empeño de sus amigos de impedir que el ecuatoriano y su familia acabaran en la calle. La violencia del desahucio y la dureza transmitidas por las imágenes de los fotógrafos provocaron un aluvión de críticas en la sociedad asturiana.

Al día siguiente, dolido por lo que considera una injusticia, Jorge Cordero inicia una huelga de hambre, después de que se enterara de que Cajastur no solo se quedaba con su piso, sino que le reclama otros 108.000 euros. El afectado entiende que con la entrega de su casa cumple con su parte y se marca como objetivo de su acción lograr la dación en pago. Así se mantuvo 63 días, hasta que la salud le obligó a abandonar. Ahora, sólo piensa en volver a la protesta.

La historia del ecuatoriano Jorge Cordero sería la cotidiana de un inmigrante que llega a España en busca de fortuna y se encuentra con la crisis que le impide pagar la hipoteca del piso en el que vive y el banco que le financió la vivienda le desaloja cuando no hace frente a las facturas… Si no fuera porque uno de los causantes de la morosidad de este hombre aún joven que vive en Asturias desde el año 2000, fue S. A.-C., hasta hace poco consejero y miembro de la dirección de la propia entidad financiera que le dejó en la calle tras adeudarle unos cuantos miles de euros.