Es noticia
"Mis hijos no comen si me quitan los 400 euros"
  1. Sociedad
QUIENES DEPENDEN DE LA AYUDA, DESESPERADOS ANTE LA INCERTIDUMBRE DE NO SABER SI SE ACABA

"Mis hijos no comen si me quitan los 400 euros"

Nerviosos, asustados, desesperados. Decenas de miles de desempleados soportan en vilo y de mala manera la incertidumbre de no saber qué pasará a partir del 15

Foto: "Mis hijos no comen si me quitan los 400 euros"
"Mis hijos no comen si me quitan los 400 euros"

Nerviosos, asustados, desesperados. Decenas de miles de desempleados soportan en vilo y de mala manera la incertidumbre de no saber qué pasará a partir del 15 de agosto, fecha en la que expira la ayuda de 400 euros del llamado Plan Prepara. Quedan tres días y aún nada se sabe. Tras el último Consejo de Ministros, Mariano Rajoy aseguró una vez más la preocupación del Ejecutivo por los desempleados, cuando le preguntaron qué haría con los 400 euros zanjó: "El asunto no se ha tratado". El portavoz de los populares en el Congreso, Alfonso Alonso, ha contribuido a la confusión sobre las intenciones del Ejecutivo: El viernes su partido buscaba "una alternativa a la ayuda" y, 24 horas después, decía que "estaría bien" que el Gobierno aprobara "de urgencia" la prórroga de una ayuda que, se justifica el PP, "no inserta a nadie" pero de la que come mucha gente.

Teresa Álvarez vive con sus dos hijas de 14 y 24 años en un piso de Chiclana, Cádiz. Mantiene a las chicas con los 502 euros que cobra de paro. La mayor, Patricia, también está sin empleo, y puede sacar adelante a su niño de 4 años gracias a su madre y a los 400 euros del subsidio que recibe desde hace cuatro meses.

A Teresa se le acaba el paro en abril del año que viene y no sabe qué hará a partir de entonces si no encuentra un empleo. Ni siquiera sabe si entonces podrá cobrar los 400 euros o no. "Hasta hace un año vivíamos en Madrid, pero tuvimos que mudarnos al sur en busca de un sitio más económico". El alquiler le cuesta 300 euros, la mitad de lo que pagaba en la capital.

Teresa y su hija esperan encontrar un trabajo con el que mantener dignamente a su familia sin tener que recurrir a una ayuda "que encima está en el aire". "Llevo meses echando currículos en todo tipo de sitios, pero no sale nada", lamenta.

La mujer critica la pasividad del Gobierno ante el drama de miles de parados como ella. "Si en mi mano estuviera pondría a Rajoy en la situación de mantenerse con 400 euros, aunque solo fuera durante dos semanas", afirma, y considera indignante que “ataquen de esta forma" a la clase media baja. "Nos están dejando en la misma ruina, pero no voy a consentir que mis hijos pasen hambre".

Una persona en su situación no entiende de medidas. "Y todavía tienen la poca vergüenza de decir que son para incentivar la economía", protesta. "Ahora no solo te despiden con más facilidad, sino que tampoco hay opción de trabajar".

"No podré alimentar a mis hijos"

Mateo Rodríguez está divorciado y tiene la custodia compartida de tres niños de 7, 8 y 9 años. Los mantiene con los 400 euros que hoy están en el aire. Vive en un piso de Valencia que lleva un año sin poder pagar, mientras cuida a sus hijos por turnos con la ayuda de su familia y de su actual pareja. Además, debe afrontar los 200 euros que le tocan de la hipoteca de una casa de Alaquas, donde vive su  ex mujer que también está en paro. Tiembla de solo pensar qué puede pasar si dejan de percibir la ayuda.

"Es durísimo contar que no les voy a poder dar de comer a mis hijos", lamenta. "Miles de familias nos hemos abastecido por mal que sea con esa ayuda, pero ahora ni eso". Según él, "vamos en un barco a la deriva y no tenemos capitán". Considera que Rajoy tampoco se enfrenta a una oposición "competente y unida". "Nadie aporta soluciones y se les está yendo de las manos".

Con 41 años, Mateo lleva mucho tiempo sin encontrar empleo como reformador y decorador de interiores, un gremio que ahora "está muerto, en gran parte por la especulación del ladrillo". Y como Teresa, asegura que estaría dispuesto a aceptar cualquier trabajo.

Huelga de hambre

Mientras el Gobierno se lo sigue pensando, hay un hombre en las cercanías del Congreso que lleva 47 días en huelga de hambre. Se trata de Luis Fernández, un parado que preside la Asociación Nacional de Desempleados (Adesorg), y considera "insultantes" las "maniobras de distracción" que está llevando a cabo el Gobierno.

Fernández no da crédito ante la actitud de los gobernantes. "Es alarmante ver cómo no se preocupan de si a la gente les puedan cortar la luz o el gas, o lleguen a perder una vivienda de alquiler o, directamente, de si van a poder comer".

El responsable de Adesorg llega a especular acerca de lo que puede ocurrir a partir de ahora. Teme, por ejemplo, que el Gobierno pueda imponerles incluso hacer servicios sociales para obtener los 400 euros. Una medida que "solo serviría para sustituir a más empleados públicos", dice. "Van a pinchar en hueso duro como vayan por ahí".

Hasta el momento, asegura, una decena de autónomos y desempleados se han unido a la huelga de hambre, aunque ahora solo la mantienen tres. Pero le gustaría que representantes de todos los colectivos le apoyasen. Cree que, hasta la fecha, la respuesta de la gente ha sido pacífica.  "Pero como esto siga así, no se puede garantizar que la situación no vaya a mayores dentro de unos meses", sentencia. "Si hay que quemar el Congreso, yo les facilito la cerilla”.

Nerviosos, asustados, desesperados. Decenas de miles de desempleados soportan en vilo y de mala manera la incertidumbre de no saber qué pasará a partir del 15 de agosto, fecha en la que expira la ayuda de 400 euros del llamado Plan Prepara. Quedan tres días y aún nada se sabe. Tras el último Consejo de Ministros, Mariano Rajoy aseguró una vez más la preocupación del Ejecutivo por los desempleados, cuando le preguntaron qué haría con los 400 euros zanjó: "El asunto no se ha tratado". El portavoz de los populares en el Congreso, Alfonso Alonso, ha contribuido a la confusión sobre las intenciones del Ejecutivo: El viernes su partido buscaba "una alternativa a la ayuda" y, 24 horas después, decía que "estaría bien" que el Gobierno aprobara "de urgencia" la prórroga de una ayuda que, se justifica el PP, "no inserta a nadie" pero de la que come mucha gente.