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España, la Meca de la reproducción asistida
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LEGISLACIÓN, PRECIOS Y CALIDAD, FACTORES CLAVE PARA PACIENTES EXTRANJEROS

España, la Meca de la reproducción asistida

Todavía son muchos los que recuerdan cómo en sus tiempos de juventud cruzaban la frontera norte, directos a Perpiñán, en busca de cine sin lápiz rojo

Foto: España, la Meca de la reproducción asistida
España, la Meca de la reproducción asistida

Todavía son muchos los que recuerdan cómo en sus tiempos de juventud cruzaban la frontera norte, directos a Perpiñán, en busca de cine sin lápiz rojo y de cosas imposibles bajo la dictadura de Franco. Varias décadas después, cambian las tornas y son nuestros vecinos franceses los que, junto a otros foráneos, viajan en dirección inversa. El objetivo es diferente: alcanzar el paraíso de la reproducción asistida.

Un marco más permisivo con respecto a Europa (sólo se nos escapan la selección de sexo y el vientre de alquiler), precios más bajos y, algo sorprendente si nos basamos en el que inventen ellos, unas técnicas que permiten un porcentaje de éxito superior a la media. Un atractivo más que añadir al turismo de sol y playa que, supuestamente, los guiris buscan en nuestro país.

“España está en el top de los tops en todos los sentidos”, explica a El Confidencial el doctor Ramón Aurell, jefe de la unidad de reproducción asistida del Hospital Quirón de Barcelona. Aureguill admite, “sin ninguna duda”, que en los últimos tiempos se ha multiplicado el número de extranjeros que reclaman estos servicios. “La legislación y la inexistencia de listas de espera son claves”. Éstas no son las únicas causas. La doctora Marisa López-Teijón, jefa del área del Instituto Marqués de Barcelona, añade otra razón a las dadas por su colega: España “tiene unos precios más asequibles”.

En lo que respecta a la nacionalidad, cada clínica tiene su país predominante. Mientras en el Quirón afirman que atienden a un 10% de extranjeros y predominan, por este orden, ingleses, italianos y franceses, el Instituto Marqués se torna en asamblea de las Naciones Unidas. “Atendemos pacientes de 48 países distintos. Predominan los italianos, franceses, alemanes e ingleses”, indica la doctora López-Teijón. “Contamos con 17 traductores y tenemos doctores que hablan un montón de idiomas. Parecemos un anuncio de Benetton”.

Y cada país, con sus particularidades. “El perfil de los italianos que vienen es el de toda la sociedad, a pesar de las prohibiciones que existen en su país”, indica la doctora. Mientras tanto, los ingleses huyen de su isla buscando privacidad y los franceses se convierten en fervientes seguidores de las clínicas españolas, dejando unos beneficios de 350 millones de euros anuales, según datos del semanario francés L’Express.

El doctor Oriol Coll, de la clínica Eugin de Barcelona, cuyo nombre se trasmite de boca en boca y de foro en foro especializado en Francia, coincide en que la cuestión legislativa es clave, pero no cree que España sea Jauja: “Tenemos un marco abierto, pero la Ley es estricta en los casos que describe”.

Sobre su popularidad en el extranjero (un 40% de sus pacientes son foráneos, con especial protagonismo de franceses e italianos) creen, sin embargo, que se debe al éxito de sus tratamientos: “Nos conocen desde un punto de vista científico. Publicamos mucho, asistimos a congresos…”.

Antonio Requena, director médico del IVI, una clínica que, en 2009, atendió 11.000 primeras visitas relacionadas con reproducción asistida (un 20% de ellas extranjeras), cree que la eficacia es un factor que tienen en cuenta los pacientes foráneos, pero no el principal. El buen trabajo de los españoles “es tenido en cuenta a la hora de tener que elegir si ir a países con una legislación parecida a la nuestra, como Polonia, o aquí, donde el índice de éxito es mayor”.

El movimiento no es exclusivo de Barcelona; Madrid no se queda atrás. De esta manera, desde la Clínica Ginefiv de la capital, Luis Sánchez, nos confiesa que sí se ha notado este tirón en los últimos años y que ha visto crecer muchos centros de reproducción asistida. “Nosotros tenemos un 30% de pacientes extranjeros, donde predominan los italianos, los franceses y los ingleses”. Sin embargo, para Requena, el posicionamiento geográfico de la clínica sí que resulta clave y afirma que en Madrid se hace menos, mientras que en Barcelona o en Valencia, hay más gente.

Todavía son muchos los que recuerdan cómo en sus tiempos de juventud cruzaban la frontera norte, directos a Perpiñán, en busca de cine sin lápiz rojo y de cosas imposibles bajo la dictadura de Franco. Varias décadas después, cambian las tornas y son nuestros vecinos franceses los que, junto a otros foráneos, viajan en dirección inversa. El objetivo es diferente: alcanzar el paraíso de la reproducción asistida.

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