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El drama del 'carné covid' para trabajadores en Italia adelanta el debate que vendrá
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¿"Derecho al trabajo", o "a la vida"?

El drama del 'carné covid' para trabajadores en Italia adelanta el debate que vendrá

Los anti 'green pass' en Italia, un 20% de la población, intentan paralizar la medida que les obliga a test o vacuna para poder trabajar a partir de mediados de octubre

Foto: Control de 'green pass' en el Coliseo de Roma, Italia. (Reuters)
Control de 'green pass' en el Coliseo de Roma, Italia. (Reuters)

Italia vuelve a ir por delante en la pandemia. Ahora se ha convertido en el primer país occidental en exigir el 'green pass' (certificado de vacunación) o un test negativo de antígenos a 23 millones de ciudadanos si quieren desde mediados de octubre poder trabajar. “La novedad es que es una estrategia universal, vamos a tocar todo el mundo del trabajo público y privado, incluido el sector privado dependiente y autónomo”, anunció la semana pasada el ministro de Administración Pública, Renato Brunetta, miembro de la conservadora Forza Italia. "No puede haber sanción por despido para aquellos que no se vacunen, o no hagan el test, y decidan no usar el 'green pass'", matizó el ministro de Trabajo, Andrea Orlando, del progresista Partido Democrático. El decreto definitivo se ha publicado el martes 22 y el Gobierno ha retirado de la norma la suspensión del puesto trabajo y sólo habrá, desde el 15 de octubre, suspensión de salario para los que no tengan el “salvoconducto sanitario”.

La medida ha generado un nuevo acalorado debate en las calles y parlamentos. En todo caso, sigue habiendo una enorme mayoría de italianos, según los últimos sondeos de en torno al 70 y 75%, que están a favor del uso del 'green pass' y de la vacuna obligatoria. Los que no lo están, al menos más de un 20% de la población, amenazan con demandas y protestas.

Foto: El hospital San Raffaele de Milán, donde estuvo ingresado Silvio Berlusconi (EFE EPA/Matteo Corner)

—Esto es ridículo. Yo creo que Giorgia Meloni (líder de Fratelli d’Italia y principal partido opositor al 'green pass' en Italia) tiene razón.

—¿Pero usted estuvo a punto de morirse por covid, y cree que el 'green pass' no debe ser obligatorio?

—Yo pasé el covid en mayo pasado y estoy viva de milagro. Me infecté y encerré en casa sin haber, no entiendo la razón, infectado a mi marido e hijos, y empecé a tener fuerte fiebre y dolor de cabeza. Hablé con una doctora que me dijo que tenía dos opciones: ir a un hospital y que me quemaran los pulmones o tratarme en casa con ella. Me pusieron oxígeno, venía una fisio que me masajeaba la zona pulmonar, me trataron con diversos medicamentos, algunos difíciles de encontrar en Italia y que se compran en Suiza y estuve cerca de irme…, pero al final me recuperé sin ir a un hospital.

—¿Y por qué está usted en contra del 'green pass'?

—Porque un vacunado debería hacerse un test PCR para saber si tiene anticuerpos. Esto es una mentira. Yo he generado más de mil anticuerpos, pero los que se han vacunado no es seguro que lo hayan hecho. Usted se ha vacunado y puede entrar en cualquier lugar, pero yo no me siento segura al lado suyo porque, quizá, la vacuna no haya generado anticuerpos en usted. Lo único que quieren es vacunarnos a toda costa, pero no protegernos.

—¿Usted se vacunaría?

—Yo ni loca. Yo no me meto en mi cuerpo eso que le están metiendo a todos y no se sabe lo que es.

La conversación anterior es con S, una mujer de mediana edad, gerente de un club deportivo del barrio romano de Tor di Quinto, que forma parte de esa parte de la población italiana que se opone frontalmente al 'green pass' obligatorio que está imponiendo el Gobierno. El anuncio de la semana pasada de que los no vacunados sin un test que acredite que no están contagiados no podrán ir a trabajar ha generado una nueva tormenta en Italia.

Movilización para un referéndum

"Nosotros defendemos el derecho constitucional de los ciudadanos a no vacunarse y que con el 'green pass' este Gobierno está convirtiendo en obligatorio", asegura la presidenta de la milanesa asociación Genesi, Marina Assandri, a El Confidencial. Assandri lideró una manifestación el pasado domingo en Milán contra el certificado, y según los medios reunió a unos cientos de personas. Por teléfono, se la escucha cansada: "Voy a ver si consigo cenar algo pronto que esta noche tenemos reuniones con nuestros abogados. Tenemos mucho trabajo por delante, ha sido un fin de semana duro". Como S., Assandri menciona también como argumento la terapia covid en domicilios, en lugar de en hospitales, que hasta hace unas semanas no se escuchaba y que ahora cobra fuerza entre los movimientos que sostienen las “teorías conspirativas”, afirmando que tiene "mejores ratios de éxito".

Foto: Una investigadora manipula proteínas en un laboratorio para desarrollar una vacuna en spray  (Reuters/Stephane Mahe)

"Lo que mucha gente no está de acuerdo es en el cómo. El Gobierno no se atreve a imponer la vacuna, por miedo a demandas, pero lo hace de forma indirecta con sus normas. Decir que no se podrá ir al trabajo sin tener el 'green pass' por estar vacunado o mostrar test negativos, que hay que repetir cada tres días, es 'de facto' casi obligar a vacunarse. Que digan que es obligatorio si están seguros de lo que hacen. No me gusta cómo el Gobierno está imponiendo esto", señala Francesca, una romana no contraria a la vacuna ni al 'green pass', pero sí a los métodos del Gobierno. “La nueva ley del Gobierno es un instrumento hipócrita, mejor que pongan la obligación de vacunarse”, ha dicho Alessandro Di Batista, exlíder del Movimiento 5 Estrellas.

Ante este panorama, las asociaciones opositoras han decidido iniciar una recogida de 500.000 firmas para obligar a que haya un referéndum sobre el 'green pass'. "El 'green pass' está destinado a convertirse en el embrión de la futura tarjeta de identificación digital", denuncia Carlo Freccero, exdirector de RAI2 (televisión pública de Italia) y uno de los líderes de los movimientos opositores.

Los anti 'green pass' recuerdan que el trabajo es un derecho constitucional inviolable. Los que están a favor del 'green pass' les contestan que el derecho a la vida también lo es.

Lucha política dentro de los no 'green pass'

Este es un resumen de diversas corrientes contrarias al 'green pass' en las calles, pero el debate ha entrado fortísimo también en la política, donde está generando fricciones internas dentro del partido que encabeza las encuestas de intención de voto, la Lega. Para el resto las posturas son claras.

El primer ministro, Mario Draghi, que por ahora sigue marcando las líneas directrices en los grandes temas, cuenta con el apoyo del Movimiento 5 Estrellas, el Partido Democrático, Forza Italia, Italia Viva… para seguir apostando por la mano dura en la lucha contra el covid.

Frente a ellos, Fratelli d’Italia sigue siendo el principal opositor: “¿Por qué Italia es la única nación del mundo que exige un certificado verde para reconocer un derecho recogido en nuestra constitución que hoy puede ejercer si tiene un certificado que le otorga el Gobierno? Ahora, o todos los demás están locos, o tal vez nos hemos vuelto locos nosotros. Me parece lo segundo. Nadie ha impuesto el 'green pass' para poder trabajar, y creo que está bien. La campaña de vacunación se ve favorecida con información correcta. Aquí, sin embargo, primero hubo confusión y, cuando la gente empezó a hacer preguntas, se ha decidido que sea obligatorio. No me parece una forma inteligente de proceder, propia de quien piensa que los ciudadanos son súbditos”, ha dicho su líder, Giorgia Meloni.

Foto: Giorgia Meloni, líder del partido Fratelli d'Italia (Hermanos de Italia). EFE

Y, en medio de todos, la Lega que hace malabares entre las palabras de su líder, Matteo Salvini, que flirtea con oponerse al 'green pass' porque le encantan las plazas y ahora el protagonismo ahí es de Giorgia Meloni, y varios gobernadores y dirigentes de su partido que abiertamente critican que su formación se sitúe con las tesis contrarias a lo que ellos promueven en sus provincias, y apoya la mayoría de la población.

Finalmente, parece que la línea del ministro legista de Desarrollo Económico, Giancarlo Giorgetti, es la línea oficial del partido y, a cambio de bajadas en el precio de los test y de asegurar que no haya otras restricciones, no habrá desacuerdos oficiales dentro de la extraña coalición gubernamental. “Con Salvini tengo amor y acuerdos”, ha dicho Giorgetti para rebajar la tensión e imagen de que su líder en este tema ha patinado. Los últimos meses, el hasta ahora liderazgo incontestable de Salvini ha sido contestado dentro de sus filas. Especialmente, desde algunas regiones del norte se critica la posición extrema a la que lleva a la formación cercana a las formaciones de extrema derecha, algo que no representa a todas las sensibilidades que hay en el partido.

Italia vuelve a ir por delante en la pandemia. Ahora se ha convertido en el primer país occidental en exigir el 'green pass' (certificado de vacunación) o un test negativo de antígenos a 23 millones de ciudadanos si quieren desde mediados de octubre poder trabajar. “La novedad es que es una estrategia universal, vamos a tocar todo el mundo del trabajo público y privado, incluido el sector privado dependiente y autónomo”, anunció la semana pasada el ministro de Administración Pública, Renato Brunetta, miembro de la conservadora Forza Italia. "No puede haber sanción por despido para aquellos que no se vacunen, o no hagan el test, y decidan no usar el 'green pass'", matizó el ministro de Trabajo, Andrea Orlando, del progresista Partido Democrático. El decreto definitivo se ha publicado el martes 22 y el Gobierno ha retirado de la norma la suspensión del puesto trabajo y sólo habrá, desde el 15 de octubre, suspensión de salario para los que no tengan el “salvoconducto sanitario”.

Movimiento 5 Estrellas Matteo Salvini