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No es el Brexit suizo, pero se le parece: el nuevo embolado de la UE con Berna
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RUPTURA DE LAS NEGOCIACIONES

No es el Brexit suizo, pero se le parece: el nuevo embolado de la UE con Berna

La decisión de Suiza de dar por muertas las conversaciones con la UE, tras más de siete años negociando un marco general, podría tener grandes consecuencias económicas en el futuro

Foto: Banderas de Suiza y la Unión Europea. (Reuters)
Banderas de Suiza y la Unión Europea. (Reuters)

Los suizos suelen presumir de que tienen lo mejor de los dos mundos en su relación con la Unión Europea: acceso ilimitado al mercado más grande del mundo y, al mismo tiempo, la capacidad para anteponer su soberanía y poder decir que no. Por eso, la mayoría de periódicos del país celebraron la retirada de Berna de las negociaciones con la UE este miércoles después de siete años de negociaciones infructuosas para alcanzar un marco general que regulara las relaciones entre ambos. Pero, a largo plazo, esta decisión puede perjudicar la relación con su primer socio comercial.

El acuerdo fallido, pese a tener un nombre gris y funcionarial, era clave para el futuro de ambos bloques, porque buscaba agrupar los más de 120 acuerdos que Suiza tiene con la UE. Estos acuerdos siempre han sido un dolor de cabeza para los diplomáticos europeos, que temían que Reino Unido buscara tras el Brexit una situación similar y poder elegir a la carta. Por eso, Bruselas quería construir un marco que englobara las relaciones de ambos para permitir a Berna seguir manteniendo ventajas comerciales. A cambio, le pedía aceptar algunas condiciones. Y Suiza, tras años negociando, ha dicho finalmente que no.

"Desde el principio estaba claro que algunos elementos, especialmente aquellos relativos a la libre circulación de personas, eran muy sensibles para ambos", explica Livia Leu, Secretaria de Estado del Ministerio de Asuntos Exteriores de Suiza, a El Confidencial. Los suizos también establecieron una línea roja en torno al mercado laboral, pues tanto los partidos políticos como los sindicatos querían proteger los altos salarios locales y las condiciones laborales.

Foto: Roberto Balzaretti, Secretario de Estado suizo para la Unión Europea. (Reuters)

"Suiza ya había hecho grandes concesiones desde el principio, especialmente en relación con la adopción dinámica en la ley europea y el rol del Tribunal de Justicia Europea en casos de arbitraje. El Consejo Federal Suizo (el gobierno) tenía, por tanto, muy poco espacio de maniobra. Después de la evaluación del borrador, el Gobierno llegó a la conclusión que el resultado final no cumplía las condiciones", asegura Leu.

"La razón principal es la gran incomodidad suiza de ceder más soberanía", explica Stefanie Walter, profesora de Relaciones Internacionales en la Universidad de Zurich, a El Confidencial. "En 2018, el Gobierno suizo hizo una ronda consultas a la sociedad civil sobre el acuerdo marco que habían negociado con la UE -y que la UE pensaba que estaba finalizado- y tres aspectos clave emergieron como principales preocupaciones: la garantía de que se protegerían los altos sueldos suizos, la apertura a los ciudadanos europeos al sistema de bienestar suizo y las ayudas estatales de los cantones suizos".

placeholder Livia Leu, Secretaria de Estado del Ministerio de Asuntos Exteriores de Suiza desde 2020. (EFE)
Livia Leu, Secretaria de Estado del Ministerio de Asuntos Exteriores de Suiza desde 2020. (EFE)

Ante el fracaso de las negociaciones, desde el Ministerio de Exteriores de Suiza aseguran que se han preparado para distintos escenarios, pero confían en que el nivel de cooperación entre Bruselas y Berna se mantengan al mismo nivel. Sin embargo, la UE ha advertido que los acuerdos vigentes, con 20 y 50 años de antigüedad (el Tratado de Libre Comercio y los acuerdos bilaterales), no permitirán profundizar la relación económica. Incluso la podrían deteriorar. Actualmente, más del 52% de las exportaciones del país centroeuropeo tienen como destino la UE -160.000 millones si se suman bienes y servicios-.

"Si no se renuevan los acuerdos, Suiza tendrá que enfrentarse a problemas, desde el sector médico hasta la industria de ingeniería mecánica pasando por menos seguridad eléctrica y menos oportunidades para los investigadores suizos de participar en el programa Horizonte Europe", afirma Walter. "Incluso ahora se comenta que Suiza puede ser excluida del certificado del covid de la UE".

El tira y afloja del Brexit

Suiza siempre ha mantenido una relación ambivalente con la Unión Europea. El país helvético, en el corazón de Europa, alberga a casi 1,5 millones de ciudadanos comunitarios y más de 334.000 franceses, italianos y alemanes cruzan a diario la frontera para trabajar allí. Sin embargo, los suizos siempre han preferido mantener su propio camino político. En 1992 el pueblo helvético rechazó en un referéndum -por muy poco- la entrada en el Espacio Económico Europeo y, desde entonces, la pregunta sobre qué relación quiere con la UE ha revoloteado el debate público.

"Nosotros no tratamos de unirnos a la Unión Europea, sino tener buenas relaciones basadas en los acuerdos que ya tenemos", dijo hace dos años en una entrevista con El Confidencial Roberto Balzaretti, antiguo Secretario de Estado suizo para la UE y negociador jefe con Bruselas. En esa misma conversación, Balzaretti expresaba preocupación por el referéndum que se iba a celebrar en su país para preguntar a los ciudadanos si querían limitar la libertad de movimiento con ciudadano de la UE. Se celebró y ganó el 'no', demostrando que hay muchos suizos a favor de no cortar lazos con la UE.

De hecho, algunos políticos socialdemócratas y verdes suizos se lamentaron esta semana por el fin de las negociaciones. "Miércoles negro", tuiteó Roger Nordmann, presidente del Partido Socialista. En cualquier caso, desde el Gobierno tratan de rebajar las consecuencias: "El Gobierno suizo decidió acabar las negociaciones, pero Suiza seguirá siendo un socio comprometido con la UE", recalca Liu.

Foto: Roberto Balzaretti, secretario de Estado para la Unión Europea de Suiza.

Para entender el movimiento del Gobierno hay que comprender el complejo sistema político suizo, donde el Ejecutivo tiene poco poder porque así lo dicta la Constitución. Muchos han juzgado la ruptura de las negociaciones como la consecuencia lógica de la presión social. Una parte nada desdeñable de los suizos miran con suspicacia a la Unión Europea. De hecho, el partido más votado, el Partido del Pueblo Suizo (SVP), ha hecho campaña por tumbar estas negociaciones. Cristoph Blocher, antiguo líder del partido y para muchos padre del populismo en Europa, ya dijo en 2019 que este acuerdo con la UE sería "suicida" y acusó al Gobierno de estar siendo "conejos de laboratorio" de los burócratas de Bruselas.

Los euroescépticos en Suiza consideran que las palabras de la UE son amenazas vacías y que Bruselas no dejará de renovar los acuerdos bilaterales porque también se benefician de ellos. Un tira y afloja que ha recordado al Brexit.

"La acechante amenaza del Brexit suizo que puede ser una calamidad para Bruselas", titulaba una columna de opinión en 'The Telegraph', el diario británico euroescéptico por excelencia. Otros han comparado este portazo de Suiza a la UE con el Brexit no por la forma, sino por el fondo. "El Nein suizo del acuerdo marco con la UE es como el Brexit: los problemas eran la libertad de movimiento y la alineación dinámica", escribía el consultor de asuntos europeos Wolfgang Munchau en Eurointelligence. "La UE sigue insistiendo con lo mismo y sigue obteniendo los mismos resultados".

Los suizos suelen presumir de que tienen lo mejor de los dos mundos en su relación con la Unión Europea: acceso ilimitado al mercado más grande del mundo y, al mismo tiempo, la capacidad para anteponer su soberanía y poder decir que no. Por eso, la mayoría de periódicos del país celebraron la retirada de Berna de las negociaciones con la UE este miércoles después de siete años de negociaciones infructuosas para alcanzar un marco general que regulara las relaciones entre ambos. Pero, a largo plazo, esta decisión puede perjudicar la relación con su primer socio comercial.

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