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Terremoto político en Italia por la agenda "secesionista" de las regiones más ricas
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"es una secesión de los pudientes”

Terremoto político en Italia por la agenda "secesionista" de las regiones más ricas

La Liga saca adelante una agenda que pide más autogobierno y autogestión fiscal para las prósperas Lombardía y Véneto, lugares con un pasado de reclamaciones independentistas

Foto: El ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, tras una redada de la policía en Roma. (Reuters)
El ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, tras una redada de la policía en Roma. (Reuters)

“Protestas habrá, siempre las hay cuando hay dinero de por medio. ¿Tengo que explicarle por qué los del sur se molestarán?”, declaraba recientemente bajo anonimato uno de los políticos más cercanos a Matteo Salvini, ministro del Interior y líder de la ultraderechista Liga. “Qué repercusión y alcance tendrá la reivindicación del norte dependerá también de si mantenemos un perfil bajo", añadía. La fuente se refiere al último desafío que ha lanzado la Liga: intentará que se apruebe su solicitud de más autogobierno y autogestión fiscal para las prósperas Lombardía y Véneto, dos regiones con un pasado de (fallidas) reclamaciones independentistas en las que el partido de Salvini gobierna y está profundamente arraigado.

La jugada provocó un movimiento de protesta que ha ido subiendo de tono en las últimas semanas y cuyo desenlace aún se desconoce. El primero fue el alcalde de la sureña Nápoles, el exfiscal Luigi De Magistris, que a comienzos de febrero viajó hasta Roma para criticar el plan de la Liga: “Quieren romper la unidad nacional”. Otros líderes sureños se le unieron enseguida; desde Apulia, pasando por Calabria y hasta la isla de Sicilia, varios políticos cargaron contra el plan de la Liga. El riesgo es que se rompa "el requisito de la solidaridad nacional”, criticó el presidente de los Industriales de Nápoles y jefe del gremio de empresarios de Campania, Vito Grassi, en referencia al desigual reparto de la riqueza que supondría aprobar esta iniciativa

Según Viesti, la ambición de Lombardía, Véneto y Emilia Romaña solo pueden calificarse una “secesión de los ricos”

Gianfranco Viesti, experto en Economía y profesor de la Universidad de Bari (Apulia), ha abordado la polémica con un ensayo en el que analiza las posibles consecuencias del plan de la Liga. Según Viesti, la ambición de Lombardía, Véneto y Emilia Romaña -que también presentó una solicitud aunque ya posee cierto grado de autonomía-, solo pueden calificarse una “secesión de los ricos”, cuya consecuencia es la creación de italianos de clase A y B, dado que algunas regiones tendrán mucho más dinero que otras para brindar servicios a sus ciudadanos.“Debemos oponernos de forma total”, clamó el senador Gregorio De Falco, un exguardacostas originario del sur que ahora integra el grupo mixto en el Parlamento.

Lo que encendió la mecha fue una reunión del Consejo de Ministros italiano celebrada del 14 de febrero, en la que se anunció que los principios generales y los asuntos económicos de la negociación ya han sido aprobados por el Gobierno. Algo que significa que los acuerdos preliminares del 28 de enero de 2018, firmados entre el Gobierno y las tres regiones, han recibido el visto bueno para que el debate ahora se desplace al Parlamento.

Según estos acuerdos, Véneto, Lombardía y Emilia Romaña pasarán a tener algunas competencias que son del Estado central. Entre estas se citan la gestión de sus políticas laborales, la Salud pública, la Educación y medidas para la protección medioambiental. Algo que irá en paralelo al principal punto de discordia: la pretensión de las tres regiones de quedarse con la diferencia -o parte de ella- entre los impuestos que entregan al Estado central y lo que Roma devuelve a las regiones a través de las administraciones locales. Una cifra que, según estimaciones, implicaría para Lombardía retener hasta 54.000 millones de euros y hasta 15.000 millones en el caso de Véneto,.

placeholder Luigi de Magistris posa ante las cámaras tras ser elegido alcalde de Nápoles. (Reuters)
Luigi de Magistris posa ante las cámaras tras ser elegido alcalde de Nápoles. (Reuters)

Una de las brechas más salvajes de la UE

El asunto no es baladí. Estas tres regiones del noreste italiano equivalen al 40,5% del Producto Interno Bruto y alrededor del 54% de las exportaciones nacionales, según datos recientes. Mientras, las regiones del sur continúan sumidas en un grave atraso económico, que persiste desde antes de la unificación de Italia (1870) y que, en parte, ha sido ocasionado por la emigración de sus ciudadanos hacia las regiones del norte. Una brecha norte-sur que es una de las más salvajes de la Unión Europea (UE), originada en las altísimas tasas de pobreza y de paro de la Italia meridional (esto último alcanza el 55,6% de los jóvenes en una región como Calabria, según cifras de Eurostat).

La primera vez que alguien habló de la “cuestión meridional” fue en el siglo XIX. Lo hizo un diputado de izquierdas llamado Antonio Billa, precisamente para referirse al problema del sur, golpeado por el crimen organizado y la escasa industrialización. Más tarde, a principios de la década de 1990, fue la entonces llamada Liga Norte -antepasado de la actual Liga de Salvini- la que avanzó la ‘cuestión septentrional’, una paráfrasis para referirse a las reclamaciones fiscales del noreste italiano, donde muchos opinan que el resto del país vive a su costa.

Todo ello explica porqué la Liga se movió esta vez con mucho cuidado y planificación. Primero, cuando en Roma gobernaba el centroizquierda, en octubre de 2017, el partido se apoyó en una reforma constitucional de 2001 y convocó dos referéndum de carácter consultivo en los que, pese la baja participación, logró el apoyo de los ciudadanos de Lombardía (95%) y Véneto (98%) para su iniciativa. Dos meses después presentó su petición al Gobierno central, tal y como prevé ahora la Constitución italiana (que permite que las regiones obtenga una mayor autonomía, si el Estado lo permite). Y posteriormente, cuando ya había alcanzado el poder a nivel nacional junto con el Movimiento Cinco Estrellas, la Liga negoció con sus socios de M5S y logró que el asunto se integrase en el programa de gobierno de la coalición.

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"La autonomía es un tema central"

Nueve meses después de esto, ahora ha explotado las protesta, que coincide con un aumento de tensión entre los dos socios de gobierno. Después de mantenerse en silencio durante meses, el brazo derecho de Salvini y subsecretario para la Presidencia del Gobierno, Giancarlo Giorgetti, ha salido a defender públicamente las reclamaciones de Lombardía y Véneto. “La autonomía es un tema central y la Liga confía en que se logrará. Está en el programa de Gobierno y es lo que han votado los ciudadanos de las dos regiones”, dijo Giorgetti, quien en el pasado fue también secretario de la Liga en Lombardía. “También es una petición de los líderes del M5S que en Véneto y Lombardía apoyaron los referéndum”, ha advertido el político, considerado una especie de eminencia gris de la Liga. “Creo que hay que ser coherentes”, coincidió también la ministra para las Autonomías y también integrante de la Liga, Erika Stefani.

Desde el M5S, de hecho, no llegan últimamente señales favorables al plan de la Liga. “Es necesario que se garantice que todos los ciudadanos tengan un acceso análogo a los servicios”, insistió el partido. Un volantazo que los analistas interpretaron como la intención los ‘indignados’ italianos de impedir que la Liga y Salvini se marquen otro tanto. “Haremos un referéndum para solicitar mayor autonomía para Nápoles”, afirmó De Magistris. “También hemos pensado en lanzar un sistema de criptomonedas”, añadió.

En medio de esta crispación, Liguria se sumó a la polémica. La pequeña región, encajada en el noroeste, entre el Piamonte y el mar Tirreno, donde los Alpes y los Apeninos se abrazan sobre el Mediterráneo, también anunció recientemente que desea solicitar mayor autonomía. “La puesta en marcha de un camino hacia una (mayor) autonomía) es una decisión estratégica para el futuro de Liguria, sobre todo en ámbito de sus puertos, de sus transportes y para la tutela del ambiente”, llegó a decir el gobernador de la región, Giovanni Toti.

Toti espera poder formalizar su solicitud cuando acabe la discusión sobre Véneto, Lombardía y Emilia Romaña. Ya ha puesto en marcha el proceso, al crear una mesa técnica de trabajo para estudiar cuáles competencias solicitará al Gobierno nacional. Lo que salga de todo esto será decisivo para entender si el joven Estado italiano se transformará de nuevo.

“Protestas habrá, siempre las hay cuando hay dinero de por medio. ¿Tengo que explicarle por qué los del sur se molestarán?”, declaraba recientemente bajo anonimato uno de los políticos más cercanos a Matteo Salvini, ministro del Interior y líder de la ultraderechista Liga. “Qué repercusión y alcance tendrá la reivindicación del norte dependerá también de si mantenemos un perfil bajo", añadía. La fuente se refiere al último desafío que ha lanzado la Liga: intentará que se apruebe su solicitud de más autogobierno y autogestión fiscal para las prósperas Lombardía y Véneto, dos regiones con un pasado de (fallidas) reclamaciones independentistas en las que el partido de Salvini gobierna y está profundamente arraigado.

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