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Lecciones de sindicalismo desde la meca del capital: cómo este hombre fraguó la mayor victoria obrera
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La ley del silencio

Lecciones de sindicalismo desde la meca del capital: cómo este hombre fraguó la mayor victoria obrera

A diferencia de otros líderes sindicales estadounidenses, Shawn Fain, responsable de United Auto Workers, inició su mandato en marzo del año pasado saltando a la yugular de los fabricantes de automóviles

Foto: Shawn Fain, presidente de United Auto Workers. (Reuters/Evelyn Hockstein)
Shawn Fain, presidente de United Auto Workers. (Reuters/Evelyn Hockstein)
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La industria de Hollywood tiene reservado un género para las películas de huelgas y conflictos sindicales. La ley del silencio, Sacco y Vanzetti, Norma Rae o Hoffa han reflejado de distintas maneras los roces del Trabajo y el Capital, rapsodiando héroes y heroínas de hablar llano y manos callosas que un día agarraron el megáfono y se pusieron a increpar al patrono por encima de las filas policiales. A la luz de la nueva ola de movilización sindical en EEUU, quizás los guionistas del futuro tengan material nuevo con el que trabajar. Sobre todo sí miran al sector automovilístico.

A diferencia de otros líderes sindicales, aparentemente más reservados y con un perfil político discreto, Shawn Fain, responsable de United Auto Workers (UAW), inició su mandato en marzo del año pasado saltando a la yugular, ya no de los fabricantes de automóviles, sino del mismísimo sistema capitalista: "Si de verdad vamos a ir a por la clase milmillonaria y a reconstruir la economía para empiece a funcionar para la mayoría y no para la minoría, entonces es importante no solo declararse en huelga. Si no declararse en huelga todos juntos", declaró Fain en octubre de 2023, en medio de parones coordinados en plantas de Ford, General Motors y Stellantis.

Poco después, a finales de noviembre, la estrategia de Fain daba sus frutos. Conseguía de las empresas un aumento del 25% del salario básico y del 33% en el salario máximo hasta abril de 2028, así como una subida del 150% en la paga de los trabajadores temporales y mejores prestaciones para la jubilación. Una victoria considerada histórica, tanto por las cantidades acordadas como por la originalidad de las huelgas: selectivas en tiempo y lugar, y en las tres mayores automovilísticas a la vez. Algo que no sucedía desde hacía 80 años. Fain dice que su objetivo ahora es centrarse en apretarles las tuercas a las automovilísticas extranjeras que operan en suelo norteamericano. Y coordinarse, si es posible, con otras industrias.

La llegada a la dirección de Fain, electricista de 55 años de Indiana, nieto de sindicalistas y primer líder electo de la UAW, una organización con 400.000 miembros activos, vino acompañada fundamentalmente por dos rupturas. Primero, Fain no tiene inconveniente en llevar la lucha sindical a otros sectores y arenas políticas. Aunque no tengan nada que ver con el gremio que él representa.

Foto: ¿Cuándo se celebran las elecciones presidenciales de Estados Unidos? (EFE/EPA/JIM LO SCALZO)

El 14 de diciembre, por ejemplo, Fain participó en una protesta frente al Capitolio de Washington para exigir, junto a los congresistas demócratas socialistas, un alto el fuego en la Franja de Gaza. Un acto completamente ajeno a las prioridades laborales de un tornero estadounidense, pero que refleja la sintonía ideológica de Fain con las fuerzas izquierdistas americanas. El lunes 15 de enero, Día de Martin Luther King, Fain fue uno de los oradores de la marcha en honor al líder de los derechos civiles.

La segunda ruptura reside, simplemente, en su estilo. Fain hace vídeos en Facebook Live como si fuera un influencer o un joven activista y es amigo de los golpes de efecto potencialmente virales. Una de las bazas de Fain es que tiene un aliado en la Casa Blanca. El presidente de EEUU, Joe Biden, ha apoyado explícitamente los esfuerzos de sindicalización en las automovilísticas e incluso se grabó un vídeo con palo selfie en el que salía con Fain. "La clase media levantó este país, pero los sindicatos levantaron a la clase media", dice Biden en el vídeo. "Y, cuando a los sindicatos les va bien, a todo el mundo le va bien".

"No me gusta lo que he visto durante mi carrera laboral en el liderazgo de la UAW. Maldita sea, estaban demasiado cerca de las empresas"

Cada temporada, CNN Business nombra un "líder empresarial del año". En 2023, dado "el éxito de los sindicatos ganando subidas salariales", el canal se vio obligado a crear también el galardón del "líder laboralista del año". El premio de la primera edición ha recaído sobre Shawn Fain. "No me gusta lo que he visto durante mi carrera laboral en el liderazgo de la UAW", dijo Fain al canal de televisión. "Maldita sea, estaban demasiado cerca de las empresas".

Otro posible personaje para una película hipotética es Sean O’Brien, presidente general de la Hermandad Internacional de los Teamsters, un poderoso sindicato de 1,3 millones de miembros de sectores relacionados con el transporte público y privado. Este "teamster" de cuarta generación lideró la negociación con la empresa de mensajería UPS, que acordó una serie de mejoras en los salarios y en el tratamiento de las horas extra, y más días festivos, para 340.000 empleados.

En el apartado viral, Sean O’Brien y el senador republicano Markwayne Mullin estuvieron a punto de enzarzarse a golpes durante una audiencia parlamentaria. "Levanta el culo", dijo Mullin a O’Brien, después de leer una lista de insultos y provocaciones que este le había dedicado. "Levanta el culo tú, grandullón", respondió O’Brien. Mullin se levantó y se sacó el anillo de compromiso. El responsable del comité, el demócrata Bernie Sanders, tuvo que poner orden inmediatamente y recordarles a ambos que se encontraban en el Congreso de EEUU.

Sin embargo, sería una trampa narrativa, propia de Hollywood, adjudicar a estos personajes públicos una especie de visión particularmente especial. Lo cierto es que, si repasamos algunas cifras, Estados Unidos está en un momento fantástico para exigir a las empresas. Uno de los secretos de que las multinacionales aceptaran mejorar las condiciones de sus trabajadores, más allá del carisma personal de este o aquel líder sindical, es que simplemente falta mano de obra: las empresas necesitan conservar a la gente que tienen. La mayoría no se pueden permitir despidos. Los sindicatos lo saben y por eso han elegido esta época para echar un pulso al Capital.

Una de las consecuencias de la pandemia de covid fue que muchos norteamericanos, forzados a quedarse en casa y a cuidar de sus hijos, eligieron permanecer así una vez la economía se puso de nuevo en marcha. Esto, sumado a la ya de por sí saludable tasa de empleo, las condiciones demográficas del país, los déficits educativos y otros factores, hizo que en 2021 y en 2022 dejasen sus empleos en torno a 100 millones de estadounidenses. Un fenómeno que se llegó a conocer como la "Gran Dimisión", pero que ahora los economistas prefieren llamar "Gran Reestructuración". Hay tanta demanda de empleo que uno puede dimitir con relativa tranquilidad, ya que sabe que podrá volver a encontrar trabajo sin demasiadas dificultades.

Foto: Huelga del sindicato estadounidense United Auto Workers en Deotrit. (EFE/EPA/Erik S. Lesser)

Según datos de diciembre de 2023, el sector manufacturero de bienes duraderos tiene en torno al 45% de puestos vacantes; el de hostelería y ocio, un 40%; el sector financiero, un 30%. Si el país ha experimentado recientemente la mayor inflación en décadas, se debe, parcialmente, a que las empresas han elevado los salarios para retener o atraer gente. Unas condiciones favorables a la negociación laboral que los sindicatos no podían dejar correr, además, claro, de las reivindicaciones particulares de cada sector. Lo que hizo la UAW fue trasladar a los contratos las mejoras generales que se daban en otras vertientes más flexibles del mercado laboral.

Como consecuencia, el año pasado más de medio millón de trabajadores estadounidenses participaron en 400 huelgas: el mayor número registrado en casi un cuarto de siglo. Hemos hablado del sector automovilístico y del de transporte, pero podríamos mencionar también el parón de 75.000 trabajadores sanitarios de Kaiser Permanente o, por supuesto, el de miles de actores y guionistas representados por SAG-AFTRA y por WGA. Una huelga que duró 118 días. Según la revista económica Barron's, los paros laborales perturbaron el año pasado un total de 18 millones de días de trabajo.

El "octubre rojo" de huelgas de 2021 se ha convertido en el "2023 rojo", y puede que también en el 2024 y más allá. La estrategia de Shawn Fain, cuando habla de unir fuerzas con los sindicatos de otras industrias, pasa por reequilibrar la balanza laboral de Estados Unidos: un país donde las reglas y tradiciones dictan que los sindicatos luchen para mejorar su pequeña taifa, el nicho de su empresa, en lugar de entrelazar los brazos con los obreros de otras industrias y montar un movimiento más fuerte. Esto Fain lo quiere cambiar en una fecha concreta. El 1 de mayo de 2028. Día (europeo) del Trabajo. Y día en que habrán caducado los acuerdos actuales.

La industria de Hollywood tiene reservado un género para las películas de huelgas y conflictos sindicales. La ley del silencio, Sacco y Vanzetti, Norma Rae o Hoffa han reflejado de distintas maneras los roces del Trabajo y el Capital, rapsodiando héroes y heroínas de hablar llano y manos callosas que un día agarraron el megáfono y se pusieron a increpar al patrono por encima de las filas policiales. A la luz de la nueva ola de movilización sindical en EEUU, quizás los guionistas del futuro tengan material nuevo con el que trabajar. Sobre todo sí miran al sector automovilístico.

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